En una escena que ilustra las extremas medidas de seguridad de los líderes mundiales más autoritarios, el personal de Kim Jong-un fue captado en video realizando una minuciosa descontaminación de todos los muebles que el dictador norcoreano había tocado durante su reunión con Vladimir Putin el miércoles en Beijing.
Las imágenes, difundidas en el canal de Telegram del periodista ruso Alexander Yunashev, muestran a dos asistentes limpiando ansiosamente el respaldo de la silla donde se sentó Kim y llevándose su vaso en una bandeja, en lo que parece ser un intento deliberado de eliminar todas las trazas de su ADN.


El encuentro tuvo lugar en el marco de las celebraciones en Beijing para conmemorar el 80° aniversario de la victoria sobre Japón en la Segunda Guerra Mundial. El encuentro entre Kim, Putin y el presidente chino Xi Jinping fue el primero entre líderes de Corea del Norte, Rusia y China desde los primeros días de la Guerra Fría.
“Después de las negociaciones, el personal que acompañaba al jefe de la RPDC destruyó cuidadosamente todos los rastros de la presencia de Kim”, reportó Yunashev en su canal Telegram Yunashev Live. “Se llevaron el vaso del que bebió, limpiaron la tapicería de la silla y aquellas partes de los muebles que el líder coreano había tocado”.
En el video se observa cómo uno de los hombres se asegura de limpiar minuciosamente los brazos de madera del asiento e incluso la mesa contigua.
La operación se realizó inmediatamente después de que concluyera la parte oficial de la reunión, cuando Putin y Kim se retiraron “muy satisfechos” para continuar las conversaciones en un ambiente más relajado, según el reporte.
El antecedente de Putin
No está claro si Kim ordenó esta descontaminación forense por temores sobre los servicios secretos de Putin o los chinos, pero el dictador de Pyongyang no es el único líder mundial preocupado por proteger su material genético.
Según reportes previos de los periodistas investigativos Regis Gente y Mikhail Rubin, los guardaespaldas de Putin han estado recolectando sus desechos corporales desde 2017 durante sus viajes al extranjero. El Servicio Federal de Protección (FPS) de Rusia supuestamente recoge la orina y materia fecal del presidente ruso en bolsas selladas que son transportadas en maletas especiales de vuelta a Moscú.
Esta práctica busca prevenir que líderes de países rivales obtengan información sobre la salud de Putin basándose en sus excrementos.
Durante una visita de Putin a Francia en 2019, un video mostró a seis hombres trajeados de su séquito acompañándolo al baño, y uno de ellos fue visto saliendo con un pequeño maletín.
Momento diplomático clave para Kim
El encuentro en Beijing marcó un momento clave para Kim Jong-un, ya que fue el mayor evento diplomático multilateral al que ha asistido el aislado líder norcoreano. La visita le ofreció la oportunidad de ganar apoyo implícito para su programa nuclear y expandir su círculo diplomático.
Durante las conversaciones bilaterales, Kim prometió su apoyo total a Putin, prometiendo hacer “todo lo que pueda para asistir” a Moscú, mientras el presidente ruso agradeció a Pyongyang por enviar tropas para luchar contra Ucrania. Corea del Sur estima que Kim envió aproximadamente 15,000 soldados para apoyar a Rusia, con estimaciones de muertos que varían entre 600 y 2,000 efectivos norcoreanos.
“Si hay algo que puedo o debo hacer por usted y el pueblo ruso, lo considero mi deber como una obligación fraternal”, le dijo Kim a Putin durante la reunión en la Casa de Huéspedes Estatal Diaoyutai.
Putin se dirigió a Kim como “Querido Presidente de Asuntos Estatales” y elogió a las fuerzas especiales norcoreanas desplegadas para ayudar a las tropas rusas. “Sus soldados lucharon con valentía y heroísmo”, declaró el líder ruso.
Los dos países están unidos por un tratado de defensa mutua de 2024 y ambos enfrentan severas sanciones internacionales: Rusia por su guerra en Ucrania y Corea del Norte por su programa de armas nucleares.
Para los analistas occidentales, la reunión de 26 líderes mundiales en Beijing, incluyendo al presidente iraní Masoud Pezeshkian, ha sido denominada un “Eje de Agitación” debido a la postura anti-OTAN de los países participantes.