Cómo son las cuervas termales que se encuentran debajo de Budapest

Bajo el barrio de Rózsadomb, las galerías del Molnár János asombran por su belleza natural, biodiversidad y su acceso restringido solo a buceadores certificados

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Bajo las bulliciosas calles de Budapest, donde los visitantes disfrutan de los históricos Baños Termales Lukács, se esconde la poco conocida cueva termal Molnár János. Este sistema, considerado uno de los mayores del mundo en su tipo, se extiende silencioso y cálido bajo el barrio de Rózsadomb. Solo los buceadores certificados tienen acceso a este enclave, que une turismo de aventura y patrimonio natural en la capital húngara, informó CNN Travel.

La entrada a la cueva pasa inadvertida para la mayoría de los peatones. Oculta junto a un acantilado de piedra caliza y un pequeño lago cubierto de lirios, la puerta se disimula tras un edificio del siglo XIX, vestigio de una antigua casa de baños.

Las galerías de la cueva,
Las galerías de la cueva, de más de 5,8 kilómetros de longitud y hasta 90 metros de profundidad, ofrecen cámaras amplias, aguas claras y formaciones geológicas singulares (Facebook/Molnár János Cave Official)

Un mural de buceador y el letrero “Fábrica de la Felicidad” apenas insinúan el universo subterráneo tras la entrada. Al cruzar el umbral, se percibe el calor geotérmico y, tras descender una escalera, los buceadores ingresan en aguas oscuras y templadas. Inicia así el trayecto por un laberinto de más de 5,8 kilómetros de longitud y hasta 90 metros de profundidad.

Magia geológica y aguas termales únicas

La cueva está alimentada por aguas minerales ricas en sulfuro de hidrógeno y dióxido de carbono. Estas aguas, de ligera acidez, disuelven la roca caliza y la marga, esculpiendo cámaras y pasadizos de formas irregulares. La temperatura del agua, que en la superficie alcanza los 27 ℃ (80 ℉), baja gradualmente a 20 ℃ (68 ℉) y desciende hasta 17-18 ℃ (62-64 ℉) en los sectores más profundos ante el contacto con corrientes frías de las colinas de Buda. Parte del caudal sigue alimentando los Baños de Lukács mediante una tubería subterránea, manteniendo la conexión entre el mundo subterráneo y la superficie, detalló CNN Travel.

La cueva termal Molnár János,
La cueva termal Molnár János, bajo el barrio de Rózsadomb en Budapest, es uno de los sistemas subterráneos más grandes del mundo y solo permite el acceso a buceadores certificados (Facebook/Molnár János Cave Official)

A diferencia de otras cuevas, Molnár János se caracteriza por sus espacios amplios y la claridad de sus aguas. Csaba Gőcze, guía de buceo de MJ Cave —el operador local de inmersiones—, remarcó a CNN Travel lo inusual de hallar cuevas de aguas templadas: “Es muy raro encontrar cuevas de agua templada. Normalmente, el buceo en cuevas implica una temperatura del agua de 4 a 15 grados Celsius. Aquí, la temperatura en las capas superiores es de 27 ℃”. Gőcze calificó la experiencia como “absolutamente preciosa”, en parte por las grandes cámaras y las corrientes suaves, lo que facilita las exploraciones a quienes cuentan con la formación adecuada.

Una experiencia de buceo estricta y espectacular

El acceso a la cueva está estrictamente regulado y restringido a buceadores con certificación especial, dada la oscuridad y la fragilidad del ecosistema. La visibilidad suele ser excelente, pero cualquier contacto accidental con las paredes o el fondo puede enturbiar el agua al instante.

La temperatura del agua varía
La temperatura del agua varía entre 27 ℃ en la superficie y 17-18 ℃ en las zonas más profundas, conectando con los históricos Baños Termales Lukács de Budapest (Facebook/Molnár János Cave Official)

Para preservar la pureza del entorno, se sigue una guía instalada a un metro del fondo, lo que permite recorrer el sistema sin alterar su equilibrio delicado. “Normalmente, se puede ver hasta donde alcanza la linterna”, explicó Gőcze, aunque advirtió que un movimiento en falso puede hacer perder la visibilidad.

En el interior, pueden apreciarse vetas minerales, cristales y cámaras de colores y texturas diversas. “Varios puntos de la cueva se ven completamente diferentes, ya que hay rocas de distintos colores, zonas con cristales y zonas sin ellos”, detalló el guía. La fauna también sorprende. Pequeños camarones se desplazan entre las rocas, y las paredes exhiben conchas fosilizadas y erizos de mar, recordando el pasado marino de la región, cuando el mar de Panonia cubría gran parte de la actual Hungría.

El acceso a Molnár János
El acceso a Molnár János está restringido a buceadores con certificación especial, quienes deben seguir estrictas normas para evitar alterar la visibilidad y el equilibrio del entorno (Wikipedia)

Investigación, protección y futuro de Molnár János

La exploración de Molnár János continúa abierta. Aunque el mapa oficial delimita 5,8 kilómetros de galerías, cada semana voluntarios y exploradores descubren nuevos pasajes, toman mediciones y actualizan los mapas, aún no difundidos en su totalidad. Gőcze, en conversación con CNN Travel, indicó que existen tramos sin cartografiar y que algunos podrían pertenecer a una red aún más extensa.

La conservación es prioritaria. Investigadores recopilan muestras de agua para analizar la presencia de microplásticos y otros contaminantes. Un estudio realizado en 2022 detectó contaminación en ciertos puntos de entrada de agua, aunque las zonas recién exploradas se mantienen intactas. Los fósiles y la fauna en la cueva proporcionan información valiosa sobre la historia geológica y biológica local.

La cueva alberga fósiles marinos,
La cueva alberga fósiles marinos, cristales y una fauna adaptada, proporcionando información clave sobre la historia geológica y biológica de la región (Facebook/Molnár János Cave Official)

Para quienes buscan la experiencia, MJ Cave facilita el acceso a Molnár János. Las inmersiones, que requieren reserva previa, incluyen una sesión informativa y la opción de alquilar todo el equipo necesario. Las primeras exploraciones suelen extenderse una hora y, para buceadores experimentados, se ofrecen recorridos hasta los 60 metros de profundidad, con paradas de descompresión.

Aunque el mapa oficial limita la cueva a 5.800 metros, la posibilidad de pasajes inexplorados mantiene la expectativa vigente entre exploradores, quienes sospechan que el alcance real de Molnár János podría superar los ocho kilómetros.