Armas, rituales y violencia: así viven los Mursi, una de las tribus más temidas en África

Aislados en el sur de Etiopía, mantienen prácticas ancestrales que incluyen escarificaciones y discos de arcilla en los labios

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La tribu Mursi mantiene prácticas
La tribu Mursi mantiene prácticas ancestrales y una estructura social marcada por la violencia y la pobreza en el sur de Etiopía (Wikipedia)

En el sur de Etiopía, a orillas del río Omo, habita una de las tribus más enigmáticas y temidas del continente africano: los Mursi. Su población, difícil de calcular por su estilo de vida nómada y la dispersión de sus asentamientos, se estima en varios miles. Pertenecen al grupo étnico surmico y conservan su propio idioma, el mursi, como parte de una identidad cultural profundamente arraigada.

Para el Estado etíope, los Mursi se incluyen dentro de la categoría “Surma”, que engloba también a los Me’en y los Suri. En el territorio donde viven, la modernidad apenas dejó huella y la vida cotidiana sigue ligada al pastoreo y a la agricultura de subsistencia.

Según precisó CNN, la vida cotidiana de los Mursi transcurre en un entorno de sabana, en chozas de paja y ramas, donde las condiciones de vida son difíciles y la pobreza es generalizada. El acceso al agua es limitado y la atención médica requiere recorrer largas distancias. Asimismo, la esperanza de vida es baja en comparación con la media nacional, y los niveles de escolarización de los niños son reducidos.

La violencia como un desafío y el rol protagónico de la mujer

La violencia entre grupos y el desafío de proteger al clan forman parte de la estructura social, donde los hombres tienen el deber de defender a la comunidad de amenazas externas como el robo de ganado o de mujeres por parte de otras tribus, detalló el medio español El Correo.

Un elemento cultural distintivo de los Mursi es la imagen de las mujeres, reconocidas por usar discos de arcilla en el labio inferior y los lóbulos de las orejas. Esta práctica se reserva a las mujeres casadas y constituye un símbolo clave de belleza y estatus social. El proceso incluye la extracción de los incisivos superiores y la inserción paulatina de piezas de madera y arcilla, hasta lograr formas de dimensiones notables.

Otros rasgos de la identidad cultural incluyen las escarificaciones: marcas en la piel que señalan valor y resistencia al dolor, realizadas con motivos estéticos, de pertenencia y con sentido ritual.

Las mujeres Mursi destacan por
Las mujeres Mursi destacan por el uso de discos de arcilla en los labios, símbolo de belleza y estatus social (Wikipedia)

Al mismo tiempo, las tradiciones espirituales de esta tribu están centradas en el respeto a las fuerzas de la naturaleza. En tanto, la autoridad se concentra en los consejos de ancianos llamados “jalabas”, que dictan las normas de la comunidad a través de la oralidad y la tradición.

Aunque la sociedad es fundamentalmente patriarcal, las mujeres asumen un papel preponderante en las tareas productivas y domésticas. La violencia de género está normalizada dentro de estas estructuras y la vida diaria de la infancia se desarrolla entre el cuidado del ganado y los trabajos agrícolas.

El contacto con el turismo introdujo nuevas dinámicas económicas y sociales, sobre todo por las propinas que se intercambian en las visitas y que pueden usarse para la adquisición de alcohol o municiones. Según señaló CNN, los cambios también generan conflictos internos y externos, ya que la región del valle de Omo está marcada por la presencia de armas de fuego, la competencia entre tribus y la presencia intermitente de la autoridad estatal.

En ese sentido, los Mursi muestran una actitud ambivalente hacia los extranjeros: pueden pasar de la reserva a la hospitalidad o a la desconfianza, dependiendo del contexto y de la cooperación que establezcan los visitantes.

La identidad constituye un ejemplo de resistencia cultural en condiciones desafiantes. Mantienen prácticas ancestrales en medio de un escenario donde la diversidad étnica es amplia pero donde persisten la fragilidad social, la escasez de recursos y los riesgos derivados de las tensiones intertribales y externas. Su modo de vida sigue despertando interés, pero también subraya los desafíos y contrastes propios de la región del valle de Omo en Etiopía.