Migrar: el duelo invisible, la nostalgia que transforma y la reconstrucción de la identidad en tierra ajena

Testimonios y expertos destacan cómo el desarraigo afecta la vida cotidiana, desde la adaptación a nuevas costumbres hasta la búsqueda de pertenencia en comunidades desconocidas.

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La Vida como Inmigrante - Cinzia Francischiello con Veronica Buchanan.

La migración es un duelo real. Con esto, se refleja el impacto emocional de dejar el país de origen, abordando el fenómeno desde la perspectiva de quienes han emigrado y de especialistas en salud mental. Y es que en definitiva, el desarraigo afecta la identidad, la nostalgia y el sentido de pertenencia de los migrantes.

La psicóloga Verónica Buchanan (MN 39502) explicó que el duelo es una de las palabras que quizás mejor representa el trabajo psíquico que implica empezar a vivir en otro país. Según la experta, el proceso migratorio no solo implica adaptarse a un nuevo idioma o entorno, sino que supone un trabajo del aparato psíquico, un trabajo de la persona para transformarse en otro a partir de una pérdida. Esta transformación, puede llevar a que la persona realmente pase a ser otra, “aunque lleve sus huellas, aunque lleve sus orígenes”.

Conversación en el estudio de
Conversación en el estudio de Infobae con Verónica Buchanan Foto: Diego Barbatto

La migración implica una pérdida múltiple: no solo se deja atrás la vida cotidiana y los vínculos, también se renuncia a grandes aspectos de la vida: desde marcas de nacimiento como los tonos al hablar, las palabras familiares; hasta situaciones diarias, tan simples como las marcas que se compran y encuentran en el supermercado. Evidenciando que el duelo migratorio se manifiesta en los detalles más cotidianos.

Una de las cosas a las que quizá no se le pone atención, es que se termina perdiendo básicamente el país de origen, porque “sabes que a pesar de que vuelvas, no es el mismo lugar que dejaste”. La añoranza, se dirige hacia algo que ya no está, algo que ya no existe, tanto la persona que se fue, como el entorno que quedó han cambiado. La especialista coincidió en que la nostalgia o la añoranza es el afecto más íntimo quizás de la migración: la añoranza por algo que definitivamente se perdió.

Verónica Buchanan
(Foto: Diego Barbatto)
Verónica Buchanan (Foto: Diego Barbatto)

Sin embargo existe la posibilidad de transformar la nostalgia en una fuerza positiva. La psicóloga citó a la escritora Melinda Tom, autora de “La nostalgia feliz”, para ilustrar cómo la memoria y las huellas del pasado pueden integrarse en la vida presente sin convertirse en un obstáculo. “Se trata justamente del trabajo para recuperar esas huellas, esas marcas, esa historia que es la que hace que una vida sea la vida de una misma, sin que funcionen como un yunque, como un peso”, explicó.

Es importante resaltar el papel de la comunidad y la importancia de reconstruir lazos sociales en el país de destino. La especialista relató el caso de una mujer que, tras emigrar, encontró apoyo en un grupo de inmigrantes de habla hispana a través de redes sociales. “Lo importante es recuperar la noción de vecindad, de comunidad, de poder ir tejiendo nuevos lazos con los que nos rodean en la vida cotidiana”, afirmó.

La soledad y la sensación de no pertenecer a ningún lugar constituyen uno de los desafíos más profundos de la migración. “Es la soledad del limbo, el dolor más profundo de la migración, esa experiencia de no pertenecer al lugar de donde uno se fue y tampoco terminar de pertenecer en el lugar donde uno vive”, resumió la especialista.

Cinzia y Verónica (Foto: Diego
Cinzia y Verónica (Foto: Diego Barbatto)

El sentimiento de no ser “ni de aquí ni de allá” suele ser recurrente en los testimonios. Muchas personas aseguran que al regresar a su país de origen ya no se sienten parte de él, pero tampoco logran integrarse plenamente en el país de acogida. La psicóloga explicó que “construir lugares de pertenencia puede llevar muchos años de una vida” y que el sentimiento de pertenencia se desarrolla cuando la persona logra realizarse en el nuevo entorno, por ejemplo, al establecer rutinas laborales o sociales.

El papel de la tecnología en la experiencia migratoria también es relevante. Aunque las redes sociales y aplicaciones de mensajería permiten mantener el contacto con amigos y familiares del país de origen, la especialista advirtió que “el celular muchas veces nos juega una mala pasada porque nos da la sensación de que porque seguimos conversando a través de WhatsApp con nuestros amigos, vecinos y nuestro mundo de ese otro lugar, estamos allá y en realidad no estamos allá”. Recomendó utilizar estos medios como herramientas de comunicación, pero no como sustitutos de la convivencia y la integración en el presente.

Verónica Buchanan
(Diego Barbatto)
Verónica Buchanan (Diego Barbatto)

La adaptación y la reconstrucción de la vida en el extranjero requieren una decisión activa. Es importante buscar comunidades y conexiones en el nuevo entorno. La especialista concluyó que los migrantes “hacen un trabajo enorme, un trabajo subjetivo y un trabajo social enorme”, reconociendo el esfuerzo que implica reconstruir la identidad y el sentido de pertenencia lejos del país natal.