La misa de inicio del pontificado de León XIV tendrá el mismo despliegue de seguridad que el funeral del papa Francisco

Lo anticipó el prefecto de Roma, Lamberto Giannini, quien se reunió este viernes con los integrantes de un comité de seguridad una vez conocida la fecha. Será el 18 de mayo y se espera la presencia de numerosos jefes de Estado

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Vista del funeral del papa
Vista del funeral del papa Francisco en la Plaza de San Pedro en el Vaticano, el sábado 26 de abril de 2025 (AP Foto/Gregorio Borgia)

El amplio dispositivo de seguridad de las autoridades italianas para el funeral del papa Francisco se repetirá con vistas a la misa de inicio de pontificado de León XIV, el domingo 18 de mayo.

El prefecto de Roma, Lamberto Giannini, reunió este viernes a los integrantes de un comité de seguridad una vez conocida esa fecha y aseguró que para la ceremonia se espera que haya unas 250.000 personas entre San Pedro y las zonas aledañas.

Es previsible también que acudan jefes de Estado o de Gobierno, a la manera del funeral del papa argentino.

El dispositivo de seguridad se ha puesto en marcha e irá en progresión”, aseguró el prefecto romano. Apuntó que habrá más de 5.000 agentes de seguridad de diversos cuerpos, así como soldados.

La primera homilía de León XIV

Este viernes, el papa León XIV celebró su primera misa, en la que ofreció su esperada primera homilía en la Capilla Sixtina junto a los cardenales. Se refirió a la relación de Jesús con sus discípulos y la trasladó al vínculo que él pretende tener como jefe de la Iglesia Católica con los prelados.

La agenda del Papa continuará el domingo, cuando rezará la oración del Regina Coeli desde la Logia Central de la Basílica de San Pedro a las 12:00 (10:00 GMT). En tanto, el lunes se reunirá con los trabajadores de los medios de comunicación acreditados ante la Oficina de Prensa de la Santa Sede.

El Vaticano informó que la misa de entronización -que contará con ese importante despliegue de seguridad- se celebrará el domingo 18 de mayo. Además, indicó que el pontífice mantendrá su primera audiencia general con los fieles el próximo 21 de mayo y tres días después, el 24, con la Curia y los trabajadores del Vaticano.

En otro orden, a sus 69 años, el misionero estadounidense enfrenta una de las primeras decisiones simbólicas de su pontificado: ¿Optará por vivir en el Palacio Apostólico o se alineará con la política de su antecesor, el papa Francisco, eligiendo un lugar más sencillo como la Casa de Santa Marta?

Aunque la elección pueda parecer de poca relevancia, tiene un impacto profundo en la imagen que el nuevo pontífice desea proyectar al mundo. Tal decisión no depende solo de la preferencia personal de León XIV, sino también de factores logísticos, oportunidades y la organización interna del Vaticano.

El papa León XIV (Vatican
El papa León XIV (Vatican Media/Simone Risoluti ­Handout via REUTERS)

La Casa de Santa Marta, o Domus Sanctae Martae, como se conoce formalmente, ha sido un emblema de simplicidad desde su inauguración en 1996. Construida durante el papado de Juan Pablo II, se erige a tan solo unos pasos de la Basílica de San Pedro y cuenta con impresionantes vistas a la plaza de Santa Marta. Su edificación fue pensada inicialmente para albergar a los cardenales durante el cónclave, pero en 2013 Jorge Bergoglio, conocido por su cercanía con la gente y su estilo de vida austero, la eligió como su residencia.

Por otro lado, el Palacio Apostólico, la residencia tradicional del papa, sigue siendo un símbolo de la autoridad y el poder papal. Este complejo monumental alberga a las oficinas de gobierno de la Iglesia, capillas, museos y más de 1.000 habitaciones. En este lugar, el papa Francisco continuó realizando actividades formales como las audiencias y la oración del Ángelus, pero nunca lo habitó como residencia personal.

El Palacio Apostólico tiene una larga historia, que data de siglos atrás, siendo la residencia papal. Aunque el edificio sigue siendo un centro neurálgico de la Iglesia, es conocido por su majestuosidad y, en contraste con Santa Marta, representa la tradición papal de una vida más formal.