Cómo fueron las históricas jornadas del cónclave que eligió a Prevost como nuevo Papa

Los cardenales alcanzaron un consenso en la tercera votación y definieron así al estadounidense como el nuevo líder de la Iglesia Católica

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Cómo fueron las históricas jornadas del cónclave que eligió a Prevost como nuevo Papa (Vatican News)

La muerte del papa Francisco, el pasado 21 de abril, dio inicio a un nuevo capítulo en la Iglesia Católica, que quedó frente al desafío de elegir a su próximo líder.

Tras el funeral del argentino y los diez días de duelo, los 133 cardenales con derecho a voto se reunieron en el Vaticano y este miércoles comenzó el cónclave en el que, en un clima de total hermetismo, los purpurados debían manifestar su voluntad para definir el futuro de la Iglesia.

Para ello, se acondicionó la residencia de Santa Marta, donde permanecieron alojados y en total aislamiento del mundo exterior, y se preparó la Capilla Sixtina, con la emblemática chimenea, por la que saldría poco después la fumata blanca.

La Santa Sede reacondicionó la
La Santa Sede reacondicionó la Capilla Sixtina para poder realizar el cónclave (REUTERS)

Las primeras votaciones, sin embargo, no fueron exitosas.

Una multitud de fieles esperaba ansiosa en la plaza de San Pedro que saliera el clásico humo blanco que indica consenso pero, por el contrario, los primeros dos intentos fueron fallidos y se emitió la fumata negra. Incluso la primera de estas instancias se demoró durante casi tres horas.

La noticia, de todas formas, no tardaría en llegar; cuando ya muchos anticipaban que podría tratarse de un cónclave largo, sonaron las campanas y la chimenea se tiñó de blanco. Había Papa.

Al tercer intento, salió la
Al tercer intento, salió la fumata blanca por la chimenea (REUTERS)

Al interior de la Capilla Sixtina, los cardenales vivían con emoción el momento. Entre aplausos, saludos, cantos y rezos, celebraban la elección del nuevo líder de la Iglesia: el estadounidense y ciudadano peruano Robert Francis Prevost, de 69 años.

Enseguida, el equipo de la Santa Sede comenzó con las diligencias debidas para preparar la emotiva ceremonia que esperaba al nuevo Papa y a los fieles de todo el mundo.

Se prepararon la tradicional muceta roja -que Francisco había desistido de usar en una señal de simpleza-, el traje blanco -descrito como una teología de seda por el propio Ranieri Mancinelli, sastre del Vaticano- y el anillo del pescador, y el cardenal protodiácono Dominique Mamberti tomó el micrófono para anunciar al mundo desde el balcón: "Habemus papam!“.

Entonces, se abrieron las cortinas rojas y apareció Prevost, en adelante León XIV, conmocionado por la misión que le fue encomendada.

Prevost, en adelante León XIV,
Prevost, en adelante León XIV, eligió su nombre en homenaje al papa León XIII (REUTERS)

Sus primeras palabras transmitieron esperanza y paz a todo el mundo, incluidos los no católicos porque, en línea con su voluntad de continuar con el legado de Francisco, se comprometió a dirigir una Iglesia misionera y unida, abierta a recibir a todos y a construir puentes de diálogo, especialmente en los tiempos convulsionados que se viven en todo el mundo.

De hecho, ello quedó reflejado en la elección de su nombre, un homenaje al papa León XIII, uno de los pontífices más influyentes de la historia moderna y autor de la encíclica Rerum Novarum, que defiende el derecho al trabajo digno, el derecho de los trabajadores a organizarse en sindicatos y a percibir un salario justo, todos lineamientos que establecieron las bases de la Doctrina Social de la Iglesia.

Prevost agradeció a Francisco durante
Prevost agradeció a Francisco durante su primera intervención como Papa y se comprometió a mantener vivo su legado

“Queridas hermanas y hermanos. Este es el primer saludo de Cristo resucitado, el buen pastor que dio su vida por el rebaño de Dios. Yo también quisiera que este saludo de paz entrara en sus corazones y llegase a sus familias, a todas las personas, en todas partes, a todos los pueblos, a toda la tierra. La paz sea con ustedes. Esta es la paz de Cristo resucitado. Una paz desarmada y una paz desarmante, humilde y perseverante. Proviene de Dios. Dios, que nos ama a todos de manera incondicional”, pronunció durante su primer discurso.

A continuación, encabezó el rezo de un Ave María con los allí presentes y dio fin, así, a su primera aparición pública como Papa, en una ceremonia llena de simbolismo.

Una multitud de fieles siguió
Una multitud de fieles siguió emocionada el cónclave desde la Plaza San Pedro (REUTERS)

La comunidad internacional no tardó en transmitir sus felicitaciones al Santo Padre por este “momento histórico” y reafirmó su compromiso con la Iglesia y sus valores, de cuidado, amor y respeto, en este nuevo capítulo.