
El régimen de China calificó este domingo como un “pequeño paso” la decisión del presidente estadounidense Donald Trump de eximir productos electrónicos de consumo de los aranceles del 145% impuestos a productos chinos, instando a Washington a “cancelar por completo” lo que denominó una “práctica errónea” en su política comercial.
“China está evaluando ahora el impacto”, declaró un portavoz del Ministerio de Comercio chino en un comunicado oficial, tras el anuncio realizado el viernes por la administración Trump de que productos como teléfonos inteligentes, computadoras portátiles y otros dispositivos electrónicos quedarían excluidos de los gravámenes.
La reacción de Beijing llega después de que la Oficina de Aduanas y Protección de Fronteras de EE.UU. confirmara que artículos como teléfonos inteligentes, ordenadores portátiles, discos duros, monitores de pantalla plana y algunos chips podrían acogerse a la exención. La medida también abarca a las máquinas utilizadas para fabricar semiconductores, lo que significa que estos productos no estarán sujetos a los aranceles actuales del 145% aplicados específicamente a China ni a los aranceles básicos del 10% impuestos a otros países.
“Instamos a Estados Unidos a dar un gran paso para corregir sus errores, cancelar por completo la práctica errónea de los aranceles recíprocos y volver al camino correcto del respeto mutuo”, añadió el portavoz ministerial chino, sugiriendo que Beijing considera insuficiente la exención parcial decidida por Washington.
Esta exención representa el último giro en la política arancelaria de la administración Trump, que ha modificado en varias ocasiones su plan masivo de aplicar gravámenes a bienes procedentes de la mayoría de los países. Los analistas interpretan que la decisión refleja la comprensión por parte del presidente estadounidense de que es poco probable que sus aranceles a China logren desplazar la fabricación de teléfonos inteligentes, ordenadores y otros dispositivos electrónicos a Estados Unidos en un futuro próximo.
Guiño a las “siete magníficas”

La decisión de Trump parece reconocer las realidades económicas y logísticas que enfrentan empresas como Apple, que ha construido durante décadas una cadena de suministro finamente calibrada en China. Trasladar esa producción a Estados Unidos no solo llevaría varios años y costaría miles de millones de dólares en nuevas instalaciones, sino que también podría triplicar el precio de productos como el iPhone, amenazando con hundir las ventas de estos artículos emblemáticos.
Esta exención sigue un patrón similar al establecido durante el primer mandato de Trump, cuando también protegió a estos productos electrónicos populares fabricados en China de los aranceles impuestos durante la anterior guerra comercial. Sin embargo, el presidente había comenzado su segundo mandato aparentemente decidido a aplicar aranceles más amplios, lo que provocó una caída en el valor de mercado de Apple y otras grandes empresas tecnológicas.
Las turbulencias en los mercados financieros afectaron especialmente a las denominadas “siete magníficas” del sector tecnológico: Apple, Microsoft, Nvidia, Amazon, Tesla, Alphabet (matriz de Google) y Meta (matriz de Facebook). A principios de semana, el valor de mercado combinado de estas compañías había caído en 2,1 billones de dólares (un 14%) desde el 2 de abril, cuando Trump anunció los aranceles generalizados.
Parte de estas pérdidas se recuperaron el miércoles, cuando Trump puso en pausa los aranceles fuera de China, reduciendo la pérdida total en los “siete magníficos” a 644.000 millones de dólares (un descenso del 4%) desde el anuncio inicial. Con esta nueva exención, los expertos esperan otro repunte en las acciones tecnológicas cuando se reanuden las operaciones bursátiles el lunes, con Apple probablemente liderando la recuperación, ya que los iPhones fabricados en China siguen siendo su mayor fuente de ingresos.
La medida también debería aliviar las preocupaciones de los consumidores estadounidenses sobre posibles aumentos de precios en productos electrónicos que se han convertido en herramientas esenciales de la vida cotidiana.
Aunque la Casa Blanca no se refirió específicamente a estas exenciones en sus comunicaciones del sábado, la secretaria de prensa Karoline Leavitt indicó que la administración Trump sigue comprometida con reducir la dependencia tecnológica de China.
“El presidente Trump ha dejado claro que Estados Unidos no puede depender de China para fabricar tecnologías críticas como semiconductores, chips, teléfonos inteligentes y ordenadores portátiles”, afirmó Leavitt en un comunicado enviado por correo electrónico, añadiendo que la administración ha asegurado inversiones en suelo estadounidense de empresas como Apple, TSMC y Nvidia, que según ella están “apresurándose para trasladar su fabricación a Estados Unidos tan pronto como sea posible”.
La decisión se interpreta como un guiño a las grandes tecnológicas que han mostrado su apoyo a Trump. Varios líderes del sector, incluidos el CEO de Apple, Tim Cook, el CEO de Tesla, Elon Musk, el CEO de Google, Sundar Pichai, el fundador de Facebook, Mark Zuckerberg, y el fundador de Amazon, Jeff Bezos, aparecieron junto al presidente durante su toma de posesión el 20 de enero, en lo que muchos interpretaron como una muestra de lealtad y esperanza de que la nueva administración adoptara políticas favorables al sector tecnológico.
Apple, en particular, parece haberse ganado el favor presidencial tras comprometerse a finales de febrero a invertir 500.000 millones de dólares y crear 20.000 puestos de trabajo en Estados Unidos durante los próximos cuatro años, una promesa similar a la que realizó durante el primer mandato de Trump, cuando el iPhone también quedó exento de los aranceles a China.
(Con información de AFP y AP)