
El régimen de Irán y Estados Unidos comenzaron este sábado conversaciones en Omán en busca de un acuerdo sobre el programa nuclear iraní. Se trata de la reunión de mayor nivel entre ambos países desde que el pacto internacional de 2015 colapsó tras el retiro unilateral de Washington en 2018.
El portavoz del Ministerio de Exteriores iraní, Ismail Baghaei, anunció en X el comienzo de las conversaciones entre los dos países rivales en Mascate y aseveró que diplomáticos omaníes ejercen de intermediarios.
La fuente indicó que los equipos negociadores se encontrarán en dos salas separadas e “intercambiarán sus puntos de vista y posiciones a través del ministro de Exteriores de Omán”, Badr bin Hamad al Busaidi.
El ministro de Exteriores, Abas Araqchi, lidera el equipo de negociación de Irán, mientras que Estados Unidos está representado por el enviado especial para Oriente Medio, Steve Witkoff, en unas negociaciones que Washington asegura que serán directas y que Teherán insiste en que se producirán de manera indirecta.

Araqchi afirmó a su llegada a Mascate esta mañana que busca “un acuerdo justo y honorable desde una posición de igualdad” y si la posición de Estados Unidos es similar “habrá una posibilidad de un entendimiento inicial que conducirá a un camino de negociaciones”.
La Casa Blanca confirmó el viernes que las negociaciones se llevarán a cabo de forma directa, contradiciendo al régimen de Teherán, que sostiene que el diálogo será indirecto, con mediación del gobierno omaní. “Serán conversaciones directas con los iraníes. Quiero dejarlo muy claro”, afirmó en rueda de prensa la portavoz presidencial, Karoline Leavitt, quien añadió que el objetivo de Washington es “garantizar que Irán nunca pueda obtener un arma nuclear”.

Horas antes del inicio previsto de las negociaciones, Trump insistió: “Quiero que Irán sea un país maravilloso, grande y feliz. Pero no pueden tener un arma nuclear”. La reanudación de contactos fue anunciada el lunes pasado durante una comparecencia en la Casa Blanca junto al primer ministro israelí Benjamin Netanyahu, quien advirtió que la acción militar será “inevitable” si la diplomacia no avanza.
Desde Teherán, el asesor del líder supremo Ali Jameneí, Ali Shamkhani, confirmó que Araqchí viaja con “plena autoridad” para negociaciones indirectas. En un mensaje publicado en la red X, Shamkhani sostuvo que Irán busca un “acuerdo real y justo” y que existen “propuestas importantes e implementables listas”. Agregó que si Washington muestra buena voluntad, “el camino será tranquilo”.
Pese a la postura firme de la Casa Blanca, Witkoff dejó entrever cierta flexibilidad. En declaraciones a The Wall Street Journal, afirmó que la posición actual de Estados Unidos es exigir el desmantelamiento completo del programa nuclear iraní, aunque admitió que eso “no significa que no vayamos a encontrar otras maneras de alcanzar un compromiso”. Subrayó que la “línea roja” de Washington es que “no podrá haber militarización de su capacidad nuclear”.

Las negociaciones se producen en un momento de tensión creciente entre Irán, Estados Unidos e Israel. Desde el ataque del grupo terrorista Hamas contra Israel en octubre de 2023, Irán e Israel han intercambiado ataques directos por primera vez.
Grupos terroristas aliados de Teherán como Hezbollah en Líbano, Hamas en Gaza y la Resistencia Islámica en Irak han intensificado sus actividades armadas, mientras la presión internacional aumenta.
Además, Irán ha amenazado con expulsar a los inspectores de la Agencia Internacional de Energía Atómica (AIEA) si Estados Unidos mantiene sus presiones, una medida que Washington calificó como una “escalada”.
El régimen iraní también minimizó el impacto de nuevas sanciones anunciadas esta semana por el Departamento del Tesoro estadounidense contra su sector petrolero y nuclear. El jefe de la agencia atómica de Irán, Mohammad Eslami, declaró que “no han podido impedir el progreso de esta nación”.

El último informe de la AIEA generó alarma al revelar que Irán posee 274,8 kilogramos de uranio enriquecido al 60%, un nivel cercano al 90% necesario para armas nucleares. Aunque Teherán insiste en que su programa tiene fines civiles, los avances técnicos lo acercan cada vez más a la capacidad de fabricar un arma.
(Con información de EFE y AFP)