
Un avión de patrulla marítima Atlantique 2 de la Marina francesa surcó a baja altitud las aguas del mar Báltico en una reciente misión de observación de embarcaciones rusas, como parte de la operación Baltic Sentry, una iniciativa lanzada por la OTAN para prevenir posibles actos de sabotaje contra infraestructuras críticas submarinas. La patrulla, realizada desde enero, responde a incidentes sospechosos que involucraron cables de comunicación y un gasoducto submarino.
El avión, desarmado salvo por sus equipos de vigilancia de alta tecnología, sobrevoló desde el norte de Alemania hasta la entrada del golfo de Finlandia. Durante la misión, el radar de una fragata rusa apuntó brevemente hacia la aeronave, en lo que el personal francés interpretó como una advertencia. Además, se detectaron intentos de interferencia con el sistema de posicionamiento GPS, cerca de la base naval rusa de Baltiysk, en Kaliningrado.
Según la OTAN, desde el inicio de la operación Baltic Sentry no se han registrado nuevos casos de sabotaje, aunque las autoridades europeas siguen vigilantes. “Es indicativo de la capacidad de la alianza para responder rápidamente a la desestabilización”, dijo en enero el General del Ejército de Estados Unidos Christopher G. Cavoli, comandante supremo aliado en Europa.

Los incidentes que motivaron el despliegue incluyen daños a cables eléctricos y de datos submarinos, así como a un gasoducto entre Finlandia y Estonia, provocados por buques comerciales cuyas maniobras se consideran sospechosas. En un caso ocurrido en diciembre, comandos finlandeses abordaron el petrolero Eagle S, acusado de cortar infraestructuras submarinas. En otros casos, como el del buque Yi Peng 3, de propiedad china, se sospechó una acción similar.
Aunque no se ha presentado evidencia concluyente que vincule estos incidentes directamente con el Kremlin, la repetición del mismo patrón –el arrastre de anclas sobre el lecho marino durante el tránsito– ha alimentado sospechas. Las embarcaciones implicadas no están registradas en Rusia ni comparten rutas u operadores, pero la similitud en su comportamiento ha sido suficiente para alertar a las autoridades.
“La situación es delicada”, afirmó Romain, teniente comandante a bordo del Atlantique 2, al diario The New York Times. Y explicó que cada miembro de la tripulación recibe un paracaídas ante la posibilidad de evacuación aérea. Durante la patrulla, el avión realizó acercamientos a barcos rusos y tomó imágenes de submarinos y fragatas visibles en la superficie.
La OTAN ha intensificado la cooperación entre países ribereños como Suecia, Finlandia y Polonia, con el apoyo de fuerzas del Reino Unido, Francia y Estados Unidos. A pesar de las tensiones, no se han producido enfrentamientos directos. El objetivo declarado de Baltic Sentry es disuadir cualquier acto de sabotaje sin provocar incidentes armados.

A bordo del Atlantique 2, la vigilancia también se ha extendido a buques sospechosos de pertenecer a la llamada flota en la sombra de Rusia, una serie de petroleros que, según expertos, transportan crudo eludiendo las sanciones occidentales. Aunque estos navíos han sido identificados, no existen mecanismos legales para abordarlos en aguas internacionales. “No hay procedimientos para detenerlos”, señaló Romain.
El Ministerio de Defensa francés denunció en la red social X los intentos rusos de intimidación durante las patrullas como “acciones innecesariamente agresivas que obstaculizan la libertad de navegación”. Moscú ha rechazado las acusaciones de sabotaje como “absurdas”.
Pese a su reciente implementación, Baltic Sentry es considerada una herramienta clave de la OTAN frente a operaciones híbridas atribuidas a Rusia desde su invasión a Ucrania en 2022. Analistas advierten que, si bien el mar Báltico está rodeado de países miembros de la alianza, la protección de infraestructuras críticas más alejadas, como las situadas en el mar del Norte o en el Atlántico, sigue siendo un desafío pendiente.
Amenaza rusa sobre el Ártico
Por otro lado, el presidente ruso Vladimir Putin adelantó el jueves pasado que evalúa el aumento de la presencia militar rusa en el Ártico, donde observa “de cerca” las acciones de países de la OTAN.

“Seguimos de cerca la evolución de la situación, construimos una línea de respuesta adecuada, aumentamos la capacidad de combate de las fuerzas armadas y modernizamos las instalaciones de infraestructura militar”, aseguró el jefe del Kremlin al intervenir en la sesión plenaria del foro ‘Ártico, territorio de diálogo’.
Putin dijo que a Rusia le preocupa que los países de la OTAN vean el extremo norte como territorio de posibles conflictos y ensayen tropas para combatir en esas condiciones. El mandatario hizo especial referencia a Finlandia y Suecia, que se sumaron a la OTAN en los últimos años, y con los que “hasta hace poco no hubo ningún problema”, dijo.
El jefe del Kremlin aseguró que el número de los militares rusos desplegados en el Ártico seguirá creciendo. “El número de los militares aquí irá creciendo”, dijo Putin desde Múrmansk, sede del foro ‘Ártico, territorio de diálogo’.
A la vez, aseguró que Rusia no amenaza a nadie en el Ártico y está abierta para la cooperación con otros países. “Lamentablemente, la cooperación internacional en las latitudes septentrionales atraviesa actualmente tiempos difíciles”, dijo en alusión a las sanciones contra Rusia por la guerra en Ucrania. Según Putin, esa circunstancia ha afectado, en particular, varios proyectos científicos, culturales y educativos.
(Con información de EFE)