
La comunidad internacional no tardó en manifestar su descontento ante la decisión de esta tarde del presidente Donald Trump, de imponer un arancel del 25% a todos los vehículos que se fabriquen fuera de los Estados Unidos, en el más reciente paso de la guerra de tarifas que inició a su regreso a la presidencia.
Canadá, uno de los principales afectados por la noticia y por anuncios similares en el último tiempo, fue de los primeros en responder a la Casa Blanca.
El primer ministro Mark Carney acusó a Trump de “atacar directamente” a su país y adelantó que no se quedará de brazos cruzados ante esta medida sino que “reuniré mañana al gabinete para discutir opciones”, que podrían ir más allá de lo económico.
“Defenderemos a nuestros trabajadores, defenderemos nuestras compañías, defenderemos a nuestro país, y lo defenderemos unidos”, dijo antes de resaltar que, por el contrario, “Estados Unidos está dividido y eso es debilitador” y desfavorable para ellos.

“Esto dolerá pero, durante este período, estando juntos, saldremos más fuertes”, confió.
Por su parte, el gobernador de Ontario, Doug Ford, se pronunció al ser la principal provincia afectada por el anuncio, dado que allí se concentran las plantas de montaje de automóviles canadienses, y fue más severo al prometer “el máximo dolor posible” al pueblo vecino, con el objetivo de conseguir que Trump revierta las tasas.
“Podemos agacharnos como país y nos va a arrollar hasta que consiga lo que quiere o sentimos un poco el dolor y luchamos como nunca. Yo prefiero lo último. Creo en la lucha y tendremos un gran impacto sobre el pueblo estadounidense”, dijo con firmeza.

Al igual que Canadá, la Unión Europea dijo estar “profundamente” apenada por la medida, que sigue obstaculizando los intentos de acuerdo que el bloque confiaba en alcanzar en las próximas semanas y para lo que el pasado jueves decidió posponer hasta mediados de abril la entrada en vigor de sus contramedidas sobre productos del gigante norteamericano.
“Lamento profundamente la decisión estadounidense (aunque) la UE seguirá buscando soluciones negociadas” con Estados Unidos, dijo la presidente de la Comisión Europea, Úrsula von der Leyen.
En ese sentido, agregó que, en los próximos días, se reunirá con los aliados para debatir cómo continuar ante este y los aranceles anunciados previamente.

No obstante, aprovechó para -una vez más- alertar de que la postura adoptada por Trump solo generará un efecto negativo en las compañías y los consumidores, que acabarán pagando de sus propios bolsillos estos impuestos aduaneros.
“Como ya dije, los aranceles son impuestos, malos para los negocios, peores para los consumidores, tanto en Estados Unidos como en la Unión Europea”, dijo.
Este miércoles, Trump informó que a partir del próximo 2 de abril, “vamos a implementar un arancel del 25% a todos los automóviles que no se fabriquen en Estados Unidos” para hacer frente a las pérdidas de “fábricas de autos”, que “se estaban construyendo en Canadá, México y otros lugares”.

“Ahora, esas plantas se están mudando a Estados Unidos (y) vamos a cobrar a los países por hacer negocios en nuestro país y tomar nuestros trabajos, tomar nuestra riqueza”, agregó.
Este porcentaje se suma a los aranceles ya existentes sobre estos productos -que era del 2,5 por ciento- por lo que, en realidad, los vehículos importados pasarán a tributar al 27,5% de su valor. Asimismo, en el caso de los autos eléctricos chinos, que están gravados al 100% desde agosto, sus aranceles se elevarán al 125 por ciento.
(Con información de AFP y EFE)