
El Ministerio de Asuntos Exteriores de Rusia declaró este martes que la central nuclear de Zaporizhzhia, la mayor de Europa, constituye una instalación rusa y que no será transferida a Ucrania ni a ningún otro país, en respuesta a recientes informaciones sobre posibles negociaciones internacionales sobre su estatus.
Según el comunicado, “el retorno de la central al sector nuclear ruso es un hecho consumado que la comunidad internacional deberá reconocer”. El Ministerio subrayó que la entrega de la planta o su control a Ucrania, a Estados Unidos o a representantes de organismos internacionales es “imposible”.
La central de Zaporizhzhia se encuentra en una zona parcialmente controlada por fuerzas rusas desde el inicio de la invasión a gran escala a Ucrania, en marzo de 2022. En octubre de ese año, un decreto presidencial la incorporó oficialmente al sistema nuclear ruso, tras referendos celebrados en las regiones de Donetsk, Lugansk, Kherson y Zaporizhzhia, cuya legalidad no fue reconocida por la comunidad internacional. Estados Unidos y otros países occidentales calificaron dichos referendos como una “farsa”.
El Ministerio ruso argumentó que “todos los empleados de la central son ciudadanos de Rusia” y que no se puede “jugar con sus vidas”, haciendo referencia a supuestos actos violentos por parte de fuerzas ucranianas en la región. Además, rechazó cualquier posibilidad de gestión compartida de la planta al considerar que no existen precedentes internacionales de este tipo y que ello comprometería la seguridad física y nuclear del sitio.

La central, que cuenta con seis reactores, no está generando electricidad actualmente. No obstante, el Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) tiene monitores estacionados en ella, al igual que en todas las centrales nucleares ucranianas.
Ucrania insiste en que la central debe ser devuelta a su jurisdicción y rechaza la anexión de sus territorios en 2022 como una violación del derecho internacional. En este contexto, el presidente ucraniano Volodimir Zelensky reveló que ha discutido con su homólogo estadounidense, Donald Trump, la posibilidad de que Estados Unidos invierta en la reactivación de la central si esta regresa a control ucraniano.
Trump, por su parte, planteó en una conversación telefónica con Zelensky que Washington podría asumir la administración e incluso la propiedad de las centrales nucleares de Ucrania para garantizar su seguridad frente a amenazas externas, incluida la rusa. Rusia respondió a estas sugerencias advirtiendo que la presencia de países de la OTAN, con “un impresionante potencial de inteligencia”, imposibilita incluso el acceso provisional de sus representantes a la planta.
El Ministerio ruso sostuvo que, conforme a las convenciones internacionales del sector nuclear, la responsabilidad sobre la seguridad de las centrales recae exclusivamente en los Estados bajo cuya jurisdicción se encuentran, en este caso, “Rusia y nadie más”.
(Con información de EFE y Reuters)