
Las autoridades de Ucrania anunciaron este martes la detención de un “topo” que habría ayudado al Ejército de Rusia a lograr avances en su contraofensiva en la región rusa de Kursk, escenario de una incursión de las tropas ucranianas desde agosto de 2024.
El Servicio de Seguridad de Ucrania (SBU) indicó en un comunicado que el detenido es “un agente de la Inteligencia Militar rusa” que operaba en la provincia ucraniana de Sumi (noreste) y que se dedicaba a “corregir” los ataques rusos contra “unidades” ucranianas en Kursk.
Así, subrayó que “el traidor fue reclutado por los ocupantes a través de un canal de Telegram, donde publicó comentarios en apoyo a los racistas”, en referencia a las autoridades de Rusia.
“Tras su reclutamiento, al agente se le encomendó la tarea de ‘integrarse’ en el Ejército de Ucrania para recopilar información de Inteligencia sobre Rusia”, especificó, antes de agregar que el detenido estuvo desplegado en un inicio en la retaguardia, tras lo que fue enviado a una brigada de combate implicada en la incursión en Kursk.

El SBU subrayó que “el topo preparó coordinadas para los ataques con misiles y bombas del ocupante contra ubicaciones de las tropas ucranianas mientras estaba en el frente”, incluidos ataques contra sistemas de guerra electrónica destinados a “proteger las posiciones de avanzada de los militares ante ataques con drones”.
“El agente entregaba la información recopilada a través de mensajes con fotografías de armas ucranianas, su ubicación en Google Maps y comentarios textuales y explicaciones”, manifestó, al tiempo que aseguró que fue detectado “al inicio de su cooperación con los ocupantes” y que finalmente fue detenido “con las manos en la masa”.
Por último, indicó que las autoridades incautaron el teléfono que usaba para contactar con las fuerzas rusas y agregó que fue imputado por “alta traición”, por lo que se expone a una pena de cadena perpetua en caso de ser declarado culpable.
Las autoridades rusas anunciaron durante las últimas semanas importantes avances en su contraofensiva en Kursk, incluida la reciente toma de Sudzha, la principal ciudad que tenían bajo su poder las Fuerzas Armadas de Ucrania tras irrumpir en la región a principios de agosto de 2024, abriendo un nuevo frente en la guerra.

El viernes, el Ejército de Ucrania aseguró que las Fuerzas Armadas de Rusia han sufrido más de 900.000 bajas en combate desde el inicio de la invasión, desatada en febrero de 2022 por orden del presidente ruso Vladimir Putin, sin que Moscú haya facilitado balances de víctimas desde hace meses.
Asimismo, recalcó que el Ejército de Rusia perdió además 10.394 carros de combate, 21.589 vehículos blindados, 24.848 sistemas de artillería, 1.111 sistemas antiaéreos, 370 aviones, 331 helicópteros, 30.080 drones, 28 buques, un submarino y diverso material militar.
(Con información de EP)