El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, y el ministro de Defensa, Israel Katz, ordenaron “una segunda oleada de ataques contra decenas de objetivos de Hezbollah en Líbano” a última hora del sábado, según informó el Ministerio de Defensa.
“Las FDI atacaron centros de mando de Hezbollah, sitios de infraestructura terroristas, lanzadores de cohetes y un almacén de armas en todo el Líbano. Estos ataques se llevaron a cabo junto con los ataques realizados más temprano el día de hoy”, apuntó el Ejército en un breve comunicado. Y agregó: “Las FDI continuarán llevando a cabo ataques según sea necesario para proteger a los civiles israelíes”.
Se trata de “una respuesta al lanzamiento de cohetes contra Israel y una continuación de la primera serie de ataques llevados a cabo esta mañana” contra el sur del Líbano, donde en noviembre entró en vigor un alto el fuego entre Israel y Hezbollah.
Los medios de comunicación estatales libaneses informaron de que cuatro personas resultaron heridas en la importante ciudad costera de Tiro. “El ataque contra la ciudad de Tiro se saldó con un balance preliminar de cuatro heridos”, declaró la Agencia Nacional de Noticias oficial, añadiendo que Israel también atacó otras zonas del sur y el este de Líbano.

El Ejército israelí bombardeó Líbano este sábado, tras interceptar cohetes disparados desde el país vecino y pese a la tregua que rige con el grupo terrorista Hezbollah, que negó estar implicado en el ataque.
Un responsable del ejército del aire israelí informó que se dispararon seis cohetes en total.
El cuerpo armado informó que bombardeó “decenas de lanzacohetes y un centro de mando desde donde operaban terroristas de Hezbollah” en el sur de Líbano.
Pero el ataque contra el norte de Israel, de momento, no fue reivindicado y el grupo chiita negó “cualquier implicación” en los disparos.
“Las alegaciones del enemigo israelí forman parte de los pretextos para continuar sus ataques contra Líbano, que no han cesado desde que se anunció el alto el fuego”, denunció Hezbollah en un comunicado.

Un acuerdo de tregua puso fin el 27 de noviembre a dos meses de guerra abierta entre Israel y el grupo respaldado -y financiado- por el régimen de Irán.
El conflicto estalló tras meses de cruces de disparos en la zona fronteriza, donde los terroristas de Hezbollah llevaron a cabo ataques en respaldo a los extremistas palestinos de Hamas, tras la masacre que perpetraron en Israel en octubre de 2023.
La tregua logró mantenerse en líneas generales, a pesar de las acusaciones mutuas de repetidas violaciones.
El jefe del Estado Mayor israelí, el general Eyal Zamir, había advertido que el ejército respondería “severamente a los ataques de esta mañana”.
“No podemos permitir que se disparen cohetes desde Líbano hacia las comunidades de Galilea”, dijo, por su parte, el ministro de Defensa Katz.
Las sirenas antiaéreas sonaron en la mañana en Metula, una localidad del norte de Israel, en la frontera con Líbano.
Su alcalde, David Azoulay, informó que algunos habitantes decidieron dejar el pueblo tras los disparos de cohetes. Y detalló que solo un 8% de la población regresó al lugar desde el inicio de la tregua.

Lanzadores de cohetes desmantelados
El primer ministro de Líbano, Nawaf Salam, advirtió del “riesgo de que las operaciones militares se reanuden en la frontera sur”. “Esto podría arrastrar al Líbano a una nueva guerra, con consecuencias desastrosas”, indicó, según su oficina de prensa.
La agencia de noticias libanesa NNA señaló en la mañana que aviones israelíes sobrevolaron el sur de Líbano y que misiles interceptores estallaron en la zona.
Las tropas israelíes también realizan operaciones de barrido con armas automáticas en las colinas de Hamames, añadió la agencia.
El ejército libanés anunció que encontró “tres lanzadores de cohetes artesanales en una zona situada al norte del río Litani”, a unos 30 km de la frontera israelí, y “procedió a su desmantelamiento”.
La Fuerza de la ONU en Líbano (Finul), desplegada en el sur del país, expresó en un comunicado su preocupación por una “posible escalada” de la violencia.
Y el presidente libanés, Joseph Aoun, denunció que “la agresión [israelí] continúa contra Líbano”.

Cuando empezó la guerra entre Israel y Hamas en Gaza, Hezbollah era un actor clave de la vida política en Líbano y el movimiento más poderoso del país. Pero en septiembre de 2024, el cruce de disparos con Israel derivó en una guerra abierta con bombardeos masivos en Líbano.
El movimiento chiita, la única facción en Líbano que conservó las armas tras la guerra civil (1975-1990), salió muy debilitado del conflicto y su liderazgo quedó ampliamente diezmado.
Cuando empezaron los disparos transfronterizos en 2023, los habitantes de la zona recibieron órdenes de evacuación. Cerca de 60.000 personas se vieron desplazadas del norte de Israel.
En el lado libanés, más de un millón de personas huyeron del sur del país, de las cuales unas 100.000 siguen desplazadas, según la ONU.
Según los términos del acuerdo de tregua, Israel debía retirarse del sur de Líbano, donde sólo se desplegarían el ejército libanés y las fuerzas de mantenimiento de la paz de la ONU.
Pero el ejército israelí conservó cinco posiciones estratégicas a lo largo de la frontera sur de Líbano alegando motivos de seguridad para evitar el reposicionamiento del grupo terrorista en esa zona.
(Con información de AFP)