El Ejército de Israel informó este sábado que había ordenado la creación de un equipo externo de militares que tendrán la tarea de evaluar las investigaciones que se están llevando a cabo sobre el ataque perpetrado por Hamas, el 7 de octubre de 2023.
Específicamente, el jefe del Estado Mayor, Eyal Zamir, dijo que los oficiales reservistas estarán encargados de seguir los resultados del informe que se está realizando sobre el accionar de las Fuerzas de Defensa aquel sábado, profundizar en las conclusiones finales y presentar mecanismos de ejecución práctica y rápida, que permitan aprender de los errores cometidos.
“En las próximas semanas, el equipo presentará al jefe del Estado Mayor unas primeras conclusiones y, posteriormente, una propuesta de plan para aplicar las lecciones aprendidas de forma integradora, al tiempo que supervisará su asimilación en los distintos niveles”, escribió el Ejército en un comunicado.
Para estas tareas, añadió la nota, los miembros del grupo de trabajo se basarán en su “rica experiencia y profunda familiaridad con diversas y variadas áreas de la actividad militar”, así como en su “deseo de crear una mezcla que permita perspectivas diversas”.
Si bien hasta el momento no se ha presentado un informe final y completo sobre lo ocurrido aquel 7 de octubre en Israel, el Ejército ya ha recibido las primeras conclusiones de las investigaciones llevadas a cabo, que expusieron importantes fallas en su accionar.
La mayoría de ellas se centraron en los retrasos de las unidades de las FDI en su llegada a los kibutz, luego de la irrupción de los terroristas.
Por ejemplo, en el caso de Nir Oz, las tropas tardaron casi siete horas en presentarse en el lugar y, de hecho, cuando lo hicieron fue 40 minutos después de que los combatientes de Hamas abandonaran el lugar, tras haber masacrado a 46 civiles y secuestrado a otros 76.
En Alumim, si bien la demora fue menor, las casi cinco horas que los militares tardaron en llegar obligaron a los equipos de seguridad local a combatir por sí solos contra los terroristas e impidieron la correcta protección de los vecinos. En consecuencia, 57 personas murieron y cinco fueron secuestradas.
Por otro lado, un documento del Shin Bet dejó al descubierto que en la noche previa, del 6 de octubre, “no se tomaron medidas importantes” y se realizó una “comprensión incorrecta” de las actividades que el enemigo estaba llevando a cabo.
El informe de inteligencia evaluó el contexto general que rodeó la incursión y destacó como principales problemas la percepción errónea de Israel en lo que respecta a la capacidad militar de Hamas en los últimos años, las órdenes incorrectas dadas a los soldados el día del ataque y las malas decisiones tomadas durante la noche.
Entre ellas, señaló que las FDI habían reconocido en cinco oportunidades “actividades sospechosas” por parte de los terroristas, que incluyeron la activación simultánea de tarjetas SIM, pero acabó desestimándolas todas por considerarlas parte de algún ejercicio del grupo.
A raíz de estas observaciones, el ex jefe del Estado Mayor, Herzi Halevi, reconoció el “completo fracaso” de su trabajo y de su “misión de proteger a la gente” y presentó su renuncia en febrero.
“No tengo ningún problema, asumo mi responsabilidad. Es mía. Soy el comandante de las Fuerzas de Defensa. Tengo mi responsabilidad y la asumo”, dijo entonces.
(Con información de EFE)
