
Ronen Bar, jefe del servicio de seguridad interior de Israel (Shin Bet), fue destituido este viernes por el primer ministro Benjamín Netanyahu, quien alegó una “pérdida persistente de confianza profesional y personal”.
Su salida, efectiva a partir del 10 de abril, se produce en medio de fuertes tensiones políticas tras el ataque del grupo terrorista Hamas el 7 de octubre de 2023, un operativo sin precedentes que dejó al descubierto fallas de inteligencia y que marcó un punto de inflexión en la carrera del veterano funcionario.
Bar, de 59 años, ingresó al Shin Bet en 1993 tras obtener títulos en ciencias políticas y filosofía por la Universidad de Tel Aviv y una maestría en administración pública por la Universidad de Harvard.

Antes de su carrera en inteligencia, fue parte de la unidad de élite Sayeret Matkal del ejército israelí, la misma a la que perteneció Netanyahu. A lo largo de tres décadas, Bar ocupó múltiples cargos dentro del Shin Bet, incluyendo la dirección de la División de Operaciones, desde donde lideró misiones clave en Gaza, Cisjordania y Líbano.
Entre sus operaciones más destacadas figura la eliminación de Ahmed Jabari, comandante del ala militar de Hamas en 2012, así como la búsqueda de tres adolescentes israelíes secuestrados en Cisjordania en 2014.
En 2018 fue nombrado número dos del organismo, y en octubre de 2021 asumió como jefe del Shin Bet, designado por el gobierno de entonces para un mandato de cinco años.

Sin embargo, su permanencia se volvió cada vez más controvertida tras el regreso de Netanyahu al poder a finales de 2022, respaldado por partidos de la extrema derecha.
Bar fue criticado por hablar de “terrorismo judío” para referirse a la violencia de colonos israelíes contra palestinos, y por advertir sobre el impacto de las políticas de seguridad en Jerusalén Este. También se opuso públicamente a que el ministro de Seguridad Nacional, Itamar Ben Gvir, visitara el sensible sitio religioso del Monte del Templo (Haram al-Sharif), desoyendo sus recomendaciones.
Durante las protestas masivas contra la reforma judicial impulsada por el gobierno en 2023, Bar advirtió a Netanyahu que existía una conexión entre la polarización social interna y las amenazas a la seguridad nacional. Su posición se volvió aún más frágil tras el ataque de Hamas en octubre, al asumir parcialmente la responsabilidad por la falla del sistema de inteligencia.

En una carta difundida esta semana, Bar denunció que su despido obedece a los intereses personales de Netanyahu y mencionó que el Shin Bet había alertado sobre cómo una política de calma permitió a Hamas rearmarse.
También hizo referencia a la investigación conocida como “Qatargate”, que implicaría a asesores cercanos al primer ministro en supuestos pagos por parte de Qatar, una pesquisa que habría tensado aún más su relación con el núcleo del gobierno.
Según analistas como el politólogo Yossi Shain, Bar se convirtió en la “bestia negra” de la coalición de derecha, y su destitución fue una promesa hecha por Netanyahu a figuras como Ben Gvir y el ministro de Finanzas, Bezalel Smotrich, para asegurar la estabilidad política de su gabinete.
Ronen Bar deja el Shin Bet como una de las figuras más experimentadas del aparato de seguridad israelí, pero también como símbolo de las fracturas internas en el liderazgo del país en uno de los momentos más críticos de su historia reciente.
(Con información de AFP)