Los misterios de la lápida de Stephen Hawking: qué significa la inscripción

Los aportes del físico continúan siendo claves para entender el universo, mientras los científicos enfrentan retos para detectar su famosa teoría de modo experimental

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Stephen Hawking demostró que los agujeros negros emiten radiación detectable, contradiciendo teorías anteriores (foto: as.com)

La figura del físico británico Stephen Hawking, fallecido en 2018, sigue influyendo en la ciencia y la cosmología, gracias a sus revolucionarios aportes sobre los agujeros negros y el universo. Sus teorías, particularmente la famosa “Radiación Hawking”, continúan siendo un pilar para los avances en el conocimiento del cosmos, en impactando con tanta fuerza como lo hacían en vida de Hawking.

Su logro más emblemático es haber demostrado que los agujeros negros no son tan oscuros como inicialmente se pensaba, sino que emiten una radiación detectable. Esa contribución, que contradijo el paradigma establecido hasta la década de los setenta, revolucionó el estudio de la física teórica y abrió nuevas vías para entender el comportamiento de estos misteriosos objetos celestiales. Es tal la importancia de esta ecuación, que está inscrita en su lápida en la célebre Abadía de Westminster, junto a los nombres de Isaac Newton y Charles Darwin.

Uno de los puntos más fascinantes de este legado es la historia detrás de la radiación que lleva su nombre. Según precisa BBC News, fue el propio Hawking quien relató en conferencias de 2016 que, al estudiar el comportamiento de la materia cerca de un agujero negro en 1974, descubrió que estos objetos emitían partículas constantemente. “Como todo el mundo en ese momento, yo aceptaba la máxima de que un agujero negro no podía emitir nada. Por lo tanto, me esforcé mucho en tratar de deshacerme de este efecto embarazoso”, reconoció Hawking. “Pero cuanto más pensaba en ello, más se negaba a desaparecer, por lo que al final tuve que aceptarlo”, sostuvo el físico, según la publicación de la BBC.

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La lápida de Hawking en Westminster incluye su ecuación sobre agujeros negros, junto a Newton y Darwin

El enigma de esta radiación se explica mediante dos conceptos clave: la producción de pares y el horizonte de eventos. La producción de pares, como explicó a BBC News el físico Gerardo Herrera Corral, investigador asociado del CERN, ocurre cuando un fotón (partícula de luz) genera espontáneamente una partícula y su antipartícula. Según Herrera Corral: “Casi de inmediato estas partículas se aniquilan y regresan a ser un fotón”. No obstante, Hawking planteó que, si este proceso tiene lugar en el horizonte de eventos de un agujero negro, una de las partículas del par podría escapar, “dejando al otro miembro sin una pareja con la cual aniquilarse”, explicó el físico. De este modo, esa partícula emitida sería percibida como radiación, ahora conocida como Radiación Hawking.

Sin embargo, las implicaciones van mucho más allá. De esta teoría se desprende que un agujero negro no es eterno: pierde energía con el tiempo y eventualmente se evaporaría. De hecho, Gerardo Herrera Corral afirmó que el fenómeno de producción de pares en el horizonte de eventos “extrae un poquito de energía del agujero negro”, un proceso que, al repetirse miles de millones de veces, llevaría a su desaparición completa: “Después de miles de millones de años, el agujero negro se evaporará”, destacó el académico.

A pesar de estar verificadas matemáticamente, las implicaciones de la Radiación Hawking plantean desafíos experimentales para la comunidad científica. La NASA y el CERN han intentado detectar esta radiación a través de telescopios espaciales y el Gran Colisionador de Hadrones. Entre los esfuerzos más destacados se encuentra el telescopio Fermi, lanzado al espacio en 2008, diseñado para mapear las fuentes de rayos gamma en la galaxia.

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Hawking demostró que los agujeros negros no son eternos, ya que pierden energía y eventualmente se evaporan

A pesar de décadas de intentos, la Radiación Hawking aún no ha sido detectada de manera experimental. Según comentó en tono humorístico el propio físico británico en su conferencia de 2016: “Es una lástima, porque si lo hubieran logrado, yo habría ganado el Premio Nobel”. Sin embargo, su teoría sigue siendo esencial para explorar los misterios más profundos del universo.

La ecuación inscrita en su lápida es solo un recordatorio de su legado científico y un símbolo de la capacidad de Stephen Hawking para transformar el modo en que entendemos el cosmos. A siete años de su muerte, su trabajo continúa inspirando a generaciones de científicos. Su vida, marcada por enormes desafíos personales debido a la esclerosis lateral amiotrófica (ELA) que lo afectó desde los 21 años, sigue siendo un ejemplo universal de superación, inteligencia y creatividad en la ciencia.