
Las fuerzas militares de Corea del Sur y Estados Unidos concluyeron este jueves un ejercicio militar conjunto en Yeoncheon, una zona cercana a la frontera con Corea del Norte.
La maniobra, que se llevó a cabo entre el 15 y el 20 de marzo, tuvo como objetivo mejorar la interoperabilidad y la movilidad de las tropas aliadas en caso de un conflicto en la península.
El ejercicio incluyó la construcción de un puente flotante de 180 metros de longitud sobre el río Imjin, utilizando equipos de ingeniería militar tanto surcoreanos como estadounidenses. Esta maniobra permitió a las fuerzas aliadas entrenar la rápida superación de obstáculos acuáticos y facilitar el avance de unidades blindadas en un posible escenario de combate.

En la operación participaron alrededor de 600 efectivos de ambas naciones y se desplegaron más de 100 medios militares. Entre los equipos empleados destacaron los helicópteros de transporte CH-47 Chinook, los tanques K1E1 del Ejército surcoreano, los vehículos blindados Stryker de las fuerzas estadounidenses y los nuevos vehículos anfibios surcoreanos “Suryong”, diseñados para operaciones de movilidad táctica en entornos acuáticos.
El coronel Kim Young-mun, de la 5ª Brigada de Ingenieros del Ejército surcoreano, destacó la importancia del entrenamiento en el desarrollo de la cooperación militar entre ambos países.
“Este ejercicio nos permitió perfeccionar las tácticas de combate conjuntas en cada fase del cruce de ríos. Seguiremos fortaleciendo nuestra capacidad de operación conjunta para garantizar la movilidad de las fuerzas aliadas en cualquier momento y lugar”, afirmó en un comunicado oficial.
Ejercicio en el marco del Freedom Shield
Esta maniobra se realizó en el contexto del ejercicio Freedom Shield (FS), una serie de entrenamientos militares anuales organizados por Corea del Sur y Estados Unidos con el propósito de reforzar su capacidad defensiva y disuadir cualquier posible agresión en la región.

Las actividades del Freedom Shield incluyen simulaciones de guerra híbrida, ejercicios cibernéticos y entrenamientos de combate convencional, lo que permite a las tropas desarrollar respuestas estratégicas en diferentes escenarios. Según las autoridades militares de Seúl y Washington, estos ejercicios son fundamentales para garantizar la seguridad de la península y la preparación ante eventuales amenazas.
El Ministerio de Asuntos Exteriores de Corea del Norte condenó el Freedom Shield, calificándolo como una provocación que, según Pyongyang, “justifica de forma suficiente” la necesidad de fortalecer “indefinidamente” su disuasión de guerra nuclear.
El régimen norcoreano ha criticado reiteradamente este tipo de entrenamientos militares, argumentando que representan un ensayo para una eventual invasión de su territorio. En respuesta a ejercicios anteriores, Pyongyang ha realizado pruebas de misiles balísticos intercontinentales y ha intensificado su retórica contra Seúl y Washington.

A pesar de las objeciones norcoreanas, tanto Corea del Sur como Estados Unidos han reiterado que estos entrenamientos tienen un carácter puramente defensivo y que son esenciales para garantizar la estabilidad en la península.
La península coreana ha experimentado un aumento de las tensiones en los últimos meses, con Corea del Norte intensificando sus pruebas de armamento y reforzando su postura militar en respuesta a los ejercicios conjuntos entre Seúl y Washington.
El régimen de Kim Jong-un ha advertido que continuará desarrollando su programa nuclear y expandiendo sus capacidades militares como medida de “autodefensa” frente a lo que considera una amenaza directa de Estados Unidos y sus aliados.
(Con información de EFE)