
La representante especial del secretario general de Naciones Unidas para Menores y Conflictos Armados, Virginia Gamba, celebró la liberación de 93 menores de edad que fueron integrados en el Tatmadaw, el Ejército de Birmania. Esta acción se enmarca en el esfuerzo por poner fin al reclutamiento de niños en las Fuerzas Armadas, un compromiso que se estableció en 2012 a través de un plan de acción.
Durante una declaración pública, Gamba calificó esta liberación como “un importante paso adelante” y subrayó la importancia de que este hecho vaya acompañado de “medidas adecuadas de protección”. En ese sentido, instó a todas las partes implicadas en el conflicto en Birmania a evitar violaciones contra la infancia, especialmente el reclutamiento de menores, y a asegurar el respeto al Derecho Internacional.
La representante de la ONU también destacó el compromiso del Ejército birmano, que emitió “certificados de exención” para los 93 niños identificados por el mecanismo de supervisión de graves violaciones. En este contexto, Gamba reconoció que la liberación se realizó “de forma incondicional”, sin que los menores deban enfrentarse a represalias. Además, enfatizó la necesidad de ofrecer un “apoyo exhaustivo” para la reintegración de los menores a la vida civil, que debe contar con el respaldo de sus comunidades y familias.

Sin embargo, la funcionaria expresó su preocupación por los altos niveles de abusos cometidos por todas las partes en el conflicto, particularmente por las Fuerzas Armadas y las milicias aliadas. “Me preocupa especialmente el uso continuado del reclutamiento de menores a gran escala”, sostuvo Gamba. En este contexto, le solicitó a la junta militar de Birmania la “liberación inmediata de todos los menores” y la garantía de que se respeten los “estándares judiciales”.
La representante de la ONU también instó a los grupos armados que operan en el país a cesar el reclutamiento de menores, los ataques contra escuelas y hospitales, y a proteger a la población civil. “Todas las partes deben comprometerse y desarrollar de forma urgente un plan que permita proteger a los niños para evitar graves violaciones”, agregó.
Por otro lado, el relator de la ONU para Birmania, Tom Andrews, alertó sobre los efectos devastadores de la reciente retirada de apoyo humanitario, especialmente por parte de Estados Unidos. En una rueda de prensa para presentar su informe actualizado, Andrews advirtió que este “caos” podría desestabilizar las fronteras del país y aumentar el número de personas que cruzan hacia países vecinos.

Además, expresó su preocupación por el posible resurgimiento de enfermedades infecciosas, como la tuberculosis resistente a los medicamentos, a medida que el sistema sanitario de Birmania se ve cada vez más afectado.
El conflicto en Birmania continúa siendo una grave crisis humanitaria, especialmente para los menores, quienes siguen siendo víctimas de violaciones a sus derechos fundamentales. La comunidad internacional sigue vigilante, esperando que se den pasos adicionales hacia la protección efectiva de los niños en conflicto y el respeto a los principios del Derecho Internacional. La liberación de estos 93 niños es un avance, pero el camino hacia la paz y la protección total de la infancia en Birmania aún enfrenta grandes desafíos.
(Con información Europa Press y EFE)