
Una mujer en Australia evitó la cárcel tras declararse culpable de intentar vender en el mercado negro dos dedos humanos que fueron regurgitados por perros en un refugio de animales donde trabajaba. Joanna Kathlyn Kinman, de 48 años, fue sentenciada a 18 meses de servicio comunitario por el Tribunal de Magistrados de Ringwood, en Melbourne, según informó NBC News.
El caso se originó en febrero de 2024 en el estado de Victoria, cuando dos perros fueron entregados a un refugio tras la muerte de su dueño. Posteriormente, los animales vomitaron restos humanos, incluidos dos dedos, que Kinman recuperó de un contenedor de basura y llevó a su casa, donde los conservó en un frasco con formol, de acuerdo con The Guardian.
Las investigaciones policiales determinaron que Kinman era miembro de un grupo en Facebook llamado “Bone Buddies Australia”, dedicado a la comercialización de restos biológicos. La fiscalía indicó que la mujer planeaba vender los dedos humanos en línea por aproximadamente 400 dólares australianos (253 dólares estadounidenses). Un informante anónimo alertó a la policía, que encontró en su vivienda otros restos, incluyendo una garra de caimán, un cráneo de ave, una pata de cobayo y dientes de sus hijos, reportó Australian Associated Press.
¿Quién es Joanna Kathlyn Kinman y qué cargos enfrentó?
Kinman, de 48 años, trabajaba en un refugio de animales en Victoria, Australia. Según la fiscalía, no estuvo presente cuando los perros regurgitaron los restos humanos, pero recuperó los dedos de un basurero y los llevó a su casa para preservarlos. Fue acusada de conducta ofensiva con restos humanos y enfrentaba hasta dos años de prisión, informó ABC News.
El magistrado Andrew Sim calificó su comportamiento como “asombroso” y “enteramente extraño”. Aunque enfrentaba una posible condena de cárcel, la corte decidió imponerle una orden de corrección comunitaria de 18 meses, que incluye 150 horas de trabajo comunitario, según The Guardian.

¿Cómo se descubrió el intento de venta de restos humanos?
El caso se conoció gracias a un informante anónimo que alertó a la policía sobre las actividades de Kinman. Durante el allanamiento de su vivienda, las autoridades encontraron los dedos humanos en un frasco con formol junto a otros restos biológicos. Además, se determinó que la acusada participaba activamente en el grupo de Facebook “Bone Buddies Australia”, donde los usuarios compran y venden especímenes biológicos, informó NBC News.
Durante su interrogatorio, Kinman admitió que tenía curiosidad por los dedos y que consideró venderlos porque conocía a personas interesadas en “objetos extraños”. También afirmó que había investigado su valor y que podría obtener hasta 400 dólares australianos por ellos, según Australian Associated Press.
Regulación del comercio de restos humanos en distintos países
El comercio de restos humanos es un tema regulado de manera diferente según el país. En Australia, la posesión y comercialización de restos humanos sin autorización es ilegal, y casos como el de Kinman han generado debates sobre la necesidad de fortalecer los controles sobre el tráfico de restos biológicos, según un análisis de The Sydney Morning Herald.
En Estados Unidos, la regulación varía según el estado. Algunos estados como Nueva York y California tienen normativas estrictas que prohíben la venta de restos humanos sin documentación, mientras que en otros, como Colorado y Tennessee, existen vacíos legales que han permitido la comercialización de restos en línea, según National Public Radio (NPR).
En Europa, la mayoría de los países prohíben la compraventa de restos humanos sin autorización médica o científica. En el Reino Unido, por ejemplo, la Ley de Tejidos Humanos de 2004 establece penas de prisión para quienes posean o comercien con restos sin una justificación legal, según un informe de BBC.
Casos similares en Estados Unidos y otros países
El caso de Kinman no es el único en el que restos humanos han sido objeto de transacciones ilegales. En 2023, varios empleados de la Universidad de Harvard fueron acusados de vender partes de cadáveres donados para investigación, según The New York Times. En otro incidente en 2018, un grupo de personas en Arizona fue investigado por la venta de restos humanos sin los permisos correspondientes, lo que llevó a una redada en un centro de donación de cuerpos, informó CNN.
En Asia, se han documentado casos en los que partes del cuerpo humano han sido comercializadas en el mercado negro. En China y India, las autoridades han desmantelado redes dedicadas al tráfico de huesos y órganos humanos, de acuerdo con un informe de The South China Morning Post.

Plataformas digitales y el comercio ilegal de restos biológicos
Redes sociales y plataformas de comercio en línea han sido señaladas por facilitar la compraventa de restos humanos. En EE.UU., plataformas como eBay y TikTok han prohibido explícitamente la venta de restos biológicos, pero algunos comerciantes han encontrado formas de evadir estas restricciones, según The Washington Post.
En el caso de Kinman, su participación en “Bone Buddies Australia” reflejó cómo estos grupos pueden operar a nivel global, con usuarios que intercambian especímenes sin una regulación clara. Autoridades en distintos países han advertido sobre la dificultad de controlar este tipo de transacciones en internet, especialmente en grupos privados dentro de redes sociales, informó The Guardian.
Kinman pierde su empleo y enfrenta repercusiones sociales
Además de la sentencia judicial, Kinman perdió su empleo en el refugio de animales y fue objeto de escrutinio público en redes sociales. Su abogado, Rainer Martini, afirmó que su clienta “lamentaba profundamente” sus acciones y que había sido humillada públicamente tras la difusión del caso, según ABC News.
Mientras tanto, la familia del fallecido, cuyos restos fueron ingeridos por los perros, optó por no divulgar el caso entre sus parientes para evitar mayor sufrimiento. Su hijo expresó en la corte que el incidente ya había sido suficiente carga para su familia, informó The Guardian.