
Según Celeste Walander en su artículo para Foreign Affairs, la reciente suspensión temporal de toda la asistencia de seguridad de Estados Unidos a Ucrania a principios de marzo encendió las alarmas sobre la capacidad de Ucrania para defenderse de los ataques rusos. Esta pausa en el apoyo estadounidense, aunque alarmante, subrayó la importancia de que las potencias europeas tomen un papel más activo para llenar cualquier vacío en la ayuda, ya que Ucrania, gracias a sus propios recursos y capacidades, podría continuar defendiendo su territorio durante meses sin necesidad de asistencia estadounidense directa.
A pesar de que la ayuda estadounidense ha sido fundamental en el curso de la guerra, la posibilidad de que Ucrania siga enfrentando la agresión rusa sin este apoyo no es una incertidumbre inmediata. Walander argumenta que, con sus existencias actuales y capacidades de producción, Ucrania es capaz de mantener su defensa durante varios meses.
No obstante, destaca que la mayor preocupación es cómo las potencias europeas asumirán su responsabilidad en este escenario, ya que la falta de apoyo por parte de Estados Unidos podría cambiar el curso del conflicto a largo plazo.

En su análisis, Walander menciona que ningún país europeo tiene los recursos financieros o industriales necesarios para reemplazar completamente a Estados Unidos. Sin embargo, resalta que, si se coordinaran esfuerzos, las naciones europeas pueden proporcionar un respaldo significativo a Ucrania.
A lo largo de los tres años del conflicto, Europa ha incrementado su ayuda a Ucrania, suministrando capacidades que Estados Unidos no ha proporcionado. Entre estas se incluyen activos de ataque marítimo, tanques de batalla sostenibles, interceptores de defensa aérea de corto y medio alcance, sistemas de ciberseguridad y componentes industriales, entre otros.
De igual manera, Ucrania ha logrado expandir su producción interna de drones de ataque y municiones, los cuales ahora representan al menos el 40% de sus necesidades operativas diarias.
A pesar de que la asistencia de Estados Unidos sigue siendo crucial para la supervivencia a largo plazo de Ucrania, el artículo subraya que el papel de Europa será decisivo. El sistema de asistencia de seguridad de Estados Unidos ha estado basado en tres programas fundamentales: la Presidential Drawdown Authority (PDA), el Ukraine Security Assistance Initiative (USAI) y el Foreign Military Financing (FMF).
A través de la PDA, Ucrania ha recibido entregas de equipos militares provenientes de los inventarios de Estados Unidos, lo que permitió que el país modernizara su ejército y resistiera la invasión rusa desde 2022.
Ese año, el Congreso de Estados Unidos aprobó un presupuesto de 33.3 mil millones de dólares para Ucrania, que ha sido crucial para las entregas de sistemas de armas y municiones. El USAI, por su parte, ha proporcionado fondos para la adquisición de recursos más difíciles de obtener, como sistemas de defensa aérea, vehículos no tripulados (UAVs), y componentes industriales para apoyar la producción ucraniana.

El FMF también ha sido clave, con 6,7 mil millones de dólares destinados a fortalecer la defensa de Ucrania frente a las amenazas a largo plazo, financiando la adquisición de equipos militares sofisticados, como sistemas de defensa aérea, vehículos blindados y radares.
Pese a las preocupaciones por la suspensión temporal de la ayuda estadounidense, Walander recalca que estos programas de asistencia han aumentado considerablemente las capacidades defensivas de Ucrania durante los últimos tres años, lo que hace poco probable que una pausa en la ayuda estadounidense sea fatal para el país.
Según una evaluación realizada en la última parte de 2024, las existencias actuales de Ucrania, junto con la entrega de los paquetes de la PDA y los contratos del USAI, la ayuda europea y la creciente producción interna de municiones y UAVs, permitirían que Ucrania mantuviera sus planes de defensa hasta mediados de 2025.
La autora también destaca que la estrategia de Rusia, basada en un ataque implacable y la sacrificada ofensiva de tropas y equipos, ha resultado en avances lentos y progresivos, mientras que la resistencia ucraniana, apoyada por sus capacidades militares y el ingenio en el uso de drones, sigue siendo efectiva.
El artículo también subraya la importancia de la participación activa de Europa en la defensa de Ucrania. Aunque países como Dinamarca, Alemania, Noruega y el Reino Unido ya han aumentado su asistencia, la Unión Europea ha anunciado planes para crear nuevos mecanismos de financiación de defensa, que podrían generar hasta 840 mil millones de euros para cubrir tanto las necesidades internas de defensa como las de Ucrania.
A pesar de que Europa ya está destinando una cantidad significativa de recursos a la ayuda a Ucrania, sigue siendo capaz de llenar posibles vacíos con recursos adicionales, ya sea de sus propios inventarios de armas o mediante adquisiciones en los mercados internacionales de armamento.
A medida que las potencias europeas sigan aportando recursos y Ucrania mantenga su resistencia, la posibilidad de que el país se vea forzado a rendirse unilateralmente parece cada vez más remota. Según Walander, tanto Ucrania como Europa deberían mantener una postura firme frente a Rusia y no ceder demasiado rápido a sus demandas durante las negociaciones.
De esta manera, una alianza fuerte entre Ucrania y Europa podría garantizar que Ucrania no solo mantenga su resistencia frente a Rusia, sino que también logre que las negociaciones con Vladimir Putin se den en términos más favorables. A medida que la comunidad internacional refuerza su compromiso, Ucrania puede continuar resistiendo con el apoyo de Europa, sin depender exclusivamente de Estados Unidos, tal como ha demostrado en los últimos años.
La determinación de Ucrania, junto con el respaldo creciente de Europa, refuerza la idea de que no será fácil para Rusia conseguir su objetivo de forzar a Ucrania a rendirse. Tras resistir la agresión rusa desde 2014 y construir un ejército capaz de repeler la invasión de 2022, es muy poco probable que Ucrania se rinda ahora, especialmente con el apoyo de las potencias europeas dispuestas a asumir un papel más destacado en su defensa.