
En un hallazgo que reescribe un capítulo del saqueo cultural nazi durante la Segunda Guerra Mundial, investigadores alemanes descubrieron fragmentos de la Tapisserie de Bayeux, una de las obras más emblemáticas del arte medieval, en los archivos de Schleswig-Holstein.
Se trata de pequeños restos de fibra textil que fueron sustraídos en 1941 por Karl Schlabow, un arqueólogo textil vinculado a la Schutzstaffel (SS) - organización paramilitar del régimen nazi, fundada en 1925 como guardia personal de Adolf Hitler y posteriormente convertida en una fuerza clave en la represión y en la implementación del Holocausto-, y que permanecieron ocultos por más de 80 años.
La reciente revelación sorprendió tanto a los especialistas como a las autoridades francesas, que ahora se preparan para recuperar estas piezas y reintegrarlas a la colección del Museo de la Tapisserie de Bayeux.

Un bordado con mil años de historia y un destino marcado por la guerra
La Tapisserie de Bayeux es un bordado de casi 70 metros de largo que narra, con sorprendente detalle, la conquista de Inglaterra por Guillermo el Conquistador en 1066. Realizada en el siglo XI, la pieza es considerada un testimonio excepcional del arte románico y un documento histórico invaluable sobre la batalla de Hastings.
Durante la Segunda Guerra Mundial, el tapiz se convirtió en un objeto de interés para el régimen nazi. En 1941, un equipo de la Ahnenerbe, la organización pseudocientífica de la SS, llegó a Bayeux para estudiarla en detalle. Entre los enviados estaban el arqueólogo Herbert Jankuhn, el pintor Herbert Jeschke y el especialista en textiles Karl Schlabow, quien, sin que nadie lo advirtiera en su momento, sustrajo pequeños fragmentos de la parte posterior del tapiz.
Los nazis intentaron llevarse la obra completa a Alemania en 1944, cuando la derrota del Tercer Reich era inminente. Sin embargo, el traslado fue frustrado y el tapete terminó en las reservas del Museo del Louvre, desde donde regresó a Bayeux tras la guerra.

El interés nazi en la Tapisserie de Bayeux: propaganda e ideología racial
El obsesivo interés del nazismo por el tapiz no era puramente artístico o histórico. Para la ideología hitleriana, los normandos —descendientes de los vikingos— encarnaban la supuesta superioridad de la “raza aria”. El tapete, al documentar la victoria normanda sobre los anglosajones en Inglaterra, se convirtió en una pieza clave para la narrativa propagandística del Tercer Reich.
El propio Heinrich Himmler, líder de la SS, ordenó que el tapiz fuera trasladada al castillo de Wewelsburg, que había convertido en un centro de culto a la mitología aria. En este contexto, la misión de la Ahnenerbe en Bayeux no solo buscaba estudiar la obra, sino también reafirmar la visión nazi de la historia europea.
Una recuperación inesperada tras 80 años
Durante décadas, se desconocía que Karl Schlabow había realizado cortes en el entapizado para extraer muestras de su tejido. No fue hasta marzo de 2025 que los Archivos de Schleswig-Holstein revelaron la existencia de estos fragmentos, hallados entre documentos personales del arqueólogo, durante un proceso de catalogación.
Los restos, resguardados entre placas de vidrio, no presentan bordados ni colores, lo que sugiere que fueron tomados de la parte trasera del tapete. Expertos del Museo de Bayeux ya confirmaron la autenticidad del hallazgo y expresaron su sorpresa, pues hasta ahora se desconocía que se hubieran realizado extracciones del textil en 1941.

El descubrimiento reabre la pregunta sobre otros posibles saqueos nazis que aún no fueron documentados. En 2018, los descendientes de Herbert Jeschke, el pintor que acompañó la expedición de la Ahnenerbe, donaron a Francia sus bocetos y acuarelas del tapizado, lo que sugiere que más materiales relacionados con este estudio nazi podrían seguir ocultos en archivos o colecciones privadas.
El regreso a Francia y el futuro de la Tapisserie de Bayeux
Las autoridades alemanas ya anunciaron que los fragmentos serán restituidos a Francia en los próximos meses. Antes de su devolución, serán expuestos en un museo de Schleswig, donde se explicará su historia y el contexto del saqueo nazi.
En paralelo, Francia se prepara para llevar a cabo una ambiciosa restauración del tapete. El Centro Guillermo el Conquistador de Bayeux, donde se exhibe la obra, cerrará al público por dos años a partir de septiembre de 2025 para permitir su conservación. Además, un nuevo museo dedicado al tapiz abrirá sus puertas en 2027, coincidiendo con el milenario del nacimiento de Guillermo el Conquistador.
Este hallazgo inesperado no solo devuelve a Francia una parte perdida de su patrimonio, sino que también arroja luz sobre la historia del saqueo cultural durante la Segunda Guerra Mundial. Y aunque los fragmentos recuperados son pequeños, su significado es inmenso: son testigos de un pasado que, a pesar del tiempo, sigue resurgiendo.