
Los nuevos aranceles de China sobre productos agropecuarios de Estados Unidos entraron en vigor este lunes, en una medida que el gobierno chino justifica como respuesta a los gravámenes impuestos previamente por Washington a mercancías chinas, según informó el Ministerio de Comercio de China.
La portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores, Mao Ning, defendió la decisión del gobierno chino y aseguró que la actual situación comercial entre ambos países es resultado de las dinámicas del mercado y no de una intención deliberada de China de generar un déficit comercial en Estados Unidos. “La situación es consecuencia de las leyes del mercado y de las estructuras económicas de ambos países. Pero Estados Unidos también se ha beneficiado enormemente de su comercio con China”, afirmó en una rueda de prensa.
Mao Ning agregó que el comercio con China ha permitido a Estados Unidos importar productos de calidad a menor costo, beneficiando a los consumidores y fomentando la creación de empleos en sectores como el transporte, el comercio electrónico y las ventas minoristas. No obstante, advirtió que “quienes lanzan una guerra comercial acaban haciéndose daño a sí mismos” y que Washington debería “aprender lecciones y cambiar su actitud”.

A partir de este lunes, China aplicará un arancel del 15 % a las importaciones estadounidenses de pollo, trigo, maíz y algodón, mientras que productos como soja, carne de cerdo, carne de vacuno, productos acuáticos, frutas, lácteos, verduras y sorgo estarán sujetos a una tasa del 10 %. La medida, anunciada la semana pasada por el Ministerio de Comercio chino, amplía la lista de productos agropecuarios afectados por los aranceles en represalia a las acciones de Estados Unidos.
La administración de Donald Trump, quien regresó a la Casa Blanca en enero, decidió recientemente duplicar hasta el 20 % los aranceles adicionales impuestos a China. Según el presidente estadounidense, la medida se justifica por la falta de acciones de Beijing para frenar la entrada de fentanilo en Estados Unidos.
Sin embargo, China ha rechazado esta explicación y la ha calificado como un “pretexto”. Según Mao Ning, “la política antidrogas de China es una de las más estrictas del mundo”, por lo que considera injustificadas las acusaciones de Washington.
China ha sido históricamente uno de los principales destinos de las exportaciones agropecuarias de Estados Unidos. No obstante, las tensiones comerciales han reducido gradualmente la cuota de mercado estadounidense en el país asiático, favoreciendo a otros proveedores como Brasil y Ucrania.

En 2024, China importó 13,76 millones de toneladas de maíz, de las cuales 2,07 millones procedieron de Estados Unidos, según datos del portal especializado China Grain. Aunque en el pasado el país norteamericano fue el principal proveedor de maíz para China, su participación en el mercado ha disminuido en favor de Brasil y Ucrania.
En el caso del trigo, China importó el año pasado 1,90 millones de toneladas de grano estadounidense, lo que representó aproximadamente el 17,3 % del total de sus importaciones de este cereal.
“La diversificación de proveedores ha reducido la cuota de mercado de Estados Unidos en el sector agrícola chino”, especialmente en productos clave como la soja.
Las nuevas tarifas se suman a una serie de medidas tomadas por Beijing en los últimos meses en respuesta a las políticas comerciales de la administración Trump. En febrero, China ya había impuesto gravámenes de entre 10 % y 15 % a otros productos estadounidenses y estableció controles a las exportaciones de minerales estratégicos.

Además, Beijing anunció una investigación contra el gigante tecnológico Google, argumentando preocupaciones por prácticas anticompetitivas y posibles riesgos de seguridad nacional.
Durante su primera presidencia (2017-2021), Trump mantuvo una relación tensa con Beijing y aplicó múltiples rondas de aranceles que afectaron bienes chinos por un valor estimado de 370.000 millones de dólares anuales. China respondió entonces con medidas similares, lo que generó un periodo de alta volatilidad en los mercados internacionales.
Con su regreso al poder, Trump ha retomado su política de presión comercial sobre China, lo que ha reavivado las tensiones entre ambas economías y provocado nuevas represalias por parte de Beijing.
(Con información de EFE)