
El Reino Unido suspendió este jueves las sanciones que mantenía sobre un total de 24 entidades en Siria, siguiendo a su anuncio de mediados de febrero, en el que manifestó su apoyo al nuevo Gobierno.
Según precisó el Ministerio del Tesoro británico, se trata de más de una veintena de compañías, tanto públicas como privadas, de los sectores bancario y petrolero -principalmente- que estaban “en la lista consolidada y no son ya objeto de una congelación de activos” dado que, de momento, no están “implicadas en la represión de la población civil en Siria” ni apoyan o benefician al régimen, como sí lo hicieron en el pasado.
Entre ellas, destacan el Banco Central sirio, el Banco Cooperativo Agrícola, el Banco Comercial de Siria, las empresas petroleras Al Furat, Dula, Ebla y la Corporación General del Petróleo, y la aerolínea Syrian Air, además de otras con sede en El Líbano y los Emiratos Árabes Unidos.
El anuncio se dio en consonancia con las declaraciones del secretario de Estado para Europa, América del Norte y Territorios de Ultramar, Stephen Doughty, de mediados de febrero, en las que dijo que el Reino Unido adaptaría sus sanciones a las nuevas circunstancias en Siria, tras la caída del dictador Bashar al Assad, y apoyaría al pueblo en la reconstrucción del territorio y en su búsqueda de seguridad y estabilidad.

Como parte de ello, adelantó entonces, se avanzaría con “una relajación de las restricciones aplicables a los sectores de energía, transporte y finanzas”, así como con cláusulas para “apoyar más la entrega de ayuda humanitaria”, aunque aseveró que Reino Unido “sigue decidido a exigir a Al Assad y sus socios que rindan cuentas por sus acciones contra el pueblo de Siria”.
Al igual que Londres, la Unión Europea también suspendió algunas estricciones que había adoptado contra el país, también en un intento por acompañar la “transición política inclusiva” allí.
El 24 de febrero, el bloque informó en un comunicado que se había acordado “facilitar las transacciones financieras y bancarias asociadas” a sectores clave como el energético y de transporte, con “fines humanitarios y de reconstrucción”.
Por su parte, Estados Unidos -bajo la Administración de Joe Biden- fue más cauteloso aunque igualmente dio una muestra de apoyo al nuevo Gobierno de Abu Mohammed al Golani y ordenó el 6 de enero relajar por seis meses algunas de las restricciones impuestas al envío de ayuda humanitaria, aunque sin levantar del todo las sanciones.
La decisión dio aval a Washington para realizar ciertas transacciones financieras con el Gobierno sirio, incluidas algunas ventas de energía, y facilitó el trabajo de las organizaciones humanitarias para proporcionar servicios esenciales, como agua y electricidad, según informó el Departamento del Tesoro en un comunicado, que advirtió, sin embargo, que esta postura podría ser revertida si las condiciones en el país no se mantienen en línea con las promesas de las nuevas autoridades.

La ONU, que ve con optimismo el actual cambio en Damasco, llamó en las últimas horas a seguir los pasos del Reino Unido, Estados Unidos y la Unión Europea, y apoyar a la nación en los nuevos desafíos que deberá afrontar tras más de una década de guerra civil.
“Tenemos que hacer las cosas bien desde el principio”, dijo el enviado especial de la ONU para Siria, Geir Pedersen, que insistió en que se trata de un momento de “grandes esperanzas”.
“Esperemos que las sanciones terminen pronto, para que podamos ver realmente una movilización en torno a la reconstrucción de Siria”, dijo.
(Con información de AFP y Europa Press)