Coronel Juan Carlos Marossero: “En Ucrania no habrá una paz definitiva, sino una paz con fuego al mínimo”

En el podcast “En la Sala con Winston”, el especialista argentino en estrategia militar señaló que Kiev se encamina hacia una solución similar a la de la península de Corea

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Coronel Juan Carlos Marossero: "En Ucrania no habrá una paz definitiva, sino una paz con fuego al mínimo"

A tres años del inicio de la invasión rusa, la guerra en Ucrania ha entrado en una fase de estancamiento, donde los avances en el campo de batalla son mínimos y las fuerzas enfrentadas están al límite de su capacidad. Con el retorno de Donald Trump a la Casa Blanca, Estados Unidos ha cambiado su enfoque y ha dejado en claro que Europa debe asumir la carga del conflicto.

En este contexto, la posibilidad de un alto el fuego comienza a tomar fuerza y los expertos advierten que Ucrania se encamina hacia un escenario de paz parcial, con zonas desmilitarizadas y una división territorial que podría recordar a la de Corea.

“No será una paz definitiva, sino una paz con fuego al mínimo”, explicó el coronel argentino Juan Carlos Marossero, especialista en estrategia militar, en un diálogo con el economista Fabián Onetti, presidente de Winston Capital Advisors, en el podcast En la Sala con Winston. Según Marossero, la guerra ya no tiene margen para grandes ofensivas y el desenlace dependerá, en gran medida, de la voluntad política de los actores involucrados.

Ucrania y Rusia en un punto muerto

Cuando Rusia lanzó su invasión a gran escala en febrero de 2022, el Kremlin apostaba por una victoria rápida. Sin embargo, la resistencia ucraniana y el masivo apoyo de Occidente transformaron el conflicto en una guerra de desgaste, donde las líneas del frente se han mantenido casi invariables en los últimos meses.

“Es probable que Rusia avance un metro y Ucrania avance centímetros, pero no más que eso”, afirmó Marossero, describiendo la situación en el campo de batalla.

El problema principal es que ninguno de los dos países puede sostener este esfuerzo militar de forma indefinida. Rusia enfrenta sanciones económicas y una creciente presión interna, mientras que Ucrania depende de la ayuda de Estados Unidos y la Unión Europea, cuyo respaldo ya no es incondicional.

Un soldado ucraniano de la
Un soldado ucraniano de la brigada Azov es visto sobre un obús autopropulsado Dita tras disparar contra posiciones rusas en el frente de batalla, en la región de Donetsk, Ucrania, el jueves 23 de enero de 2025 (AP Foto/Evgeniy Maloletka)

Trump cambia las reglas del juego: “El Plan Marshall ya terminó”

Uno de los factores clave en este nuevo escenario es la postura del presidente Donald Trump, quien ha dejado en claro que Estados Unidos no seguirá financiando la guerra sin obtener algo a cambio.

“El Plan Marshall ya terminó”, ha dicho Trump en referencia al masivo apoyo económico y militar que Washington ha brindado a Ucrania. Según Marossero, esto significa que Europa deberá asumir un rol más activo en la financiación del conflicto, algo que ya genera tensiones dentro de la OTAN.

“El ciudadano norteamericano que paga sus impuestos cuando compra un McDonald’s o cuando va a ver un partido de fútbol americano está manteniendo la fuerza ucraniana o parte de Europa”, explicó Marossero, señalando que Trump busca redirigir esos recursos a su política interna.

La decisión de la Casa Blanca de reducir su apoyo a Ucrania también implicará cambios en el suministro de inteligencia militar. “Cuando Trump le dice a Ucrania ‘no hay más apoyo’, le está diciendo ‘no hay más inteligencia, no hay tanques Bradley, no hay satélites, no hay Patriot’”, advirtió Marossero, lo que pone en jaque la capacidad operativa de Kiev.

El presidente de Estados Unidos,
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, discutió con el presidente de Ucrania, Volodimir Zelensky, en la Casa Blanca el pasado 28 de febrero (REUTERS/Brian Snyder)

¿El nuevo muro de Berlín? Ucrania como frontera entre Occidente y Rusia

Ante la falta de avances en el frente, la posibilidad de un alto el fuego comienza a tomar forma. Según Marossero, Ucrania se encamina hacia una solución similar a la de la península de Corea, donde el conflicto nunca se resolvió del todo, pero las hostilidades cesaron.

“El Muro de Berlín se corrió hacia el este de Ucrania. Seguramente reconocerán esas regiones rusoparlantes del Donbás, pero sin una desmilitarización total de Ucrania”, explicó el analista.

En este escenario, se plantea la creación de una zona desmilitarizada, con la posible presencia de fuerzas de paz europeas que supervisen el cese del fuego. Esta alternativa permitiría a Occidente frenar la expansión rusa sin comprometerse a una guerra total, al tiempo que Ucrania conservaría parte de su soberanía.

Argentina y su posible rol en las fuerzas de paz

En medio de este panorama, Argentina busca posicionarse como un actor relevante en la política internacional, especialmente en su vínculo con Estados Unidos y Europa.

Según Marossero, el presidente Javier Milei ha expresado en reiteradas ocasiones su intención de que Argentina participe en misiones de paz en Ucrania, lo que significaría una señal diplomática fuerte de alineación con Occidente.

“Es muy probable que Argentina participe con fuerzas de paz en Ucrania, no en números significativos, pero sí desde el punto de vista diplomático”, afirmó el coronel.

“Argentina siempre jugó con ser la Atenas del Plata, el núcleo político de Latinoamérica. Su alineación con EEUU podría reforzar este rol”, comentó Marossero, en referencia a la oportunidad del país de ganar peso en el tablero geopolítico.

El presidente argentino Javier Milei
El presidente argentino Javier Milei asistió a la gala del America First Policy Institute (AFPI) en Mar-A-Lago en Palm Beach el 14 de noviembre de 2024 (REUTERS/Carlos Barria)

Europa en la encrucijada: rearmarse o perder influencia

Por otra parte, con Estados Unidos replegando su apoyo, Europa enfrenta un dilema estratégico: asumir el costo de la guerra o forzar a Ucrania a negociar con Rusia.

“La diplomacia sin armas son palabras en el viento”, advirtió Marossero, refiriéndose a que, sin un respaldo militar sólido, las declaraciones de apoyo a Kiev no tendrán un impacto real.

Países como Polonia y el Reino Unido ya han elevado su gasto en defensa, pero la mayoría de los países europeos aún no han alcanzado los niveles de inversión necesarios. En este contexto, se espera un incremento del gasto militar en la región, especialmente en armamento pesado y defensa aérea.

“El problema no es el equipamiento, la OTAN tiene material moderno en cantidades. El desafío es el entrenamiento conjunto, pero no estamos hablando de años, sino de seis meses”, aseguró Marossero, destacando que la rapidez con la que Europa pueda prepararse definirá su rol en el conflicto.

Con un frente estancado, una Ucrania debilitada y una Europa que aún no define su estrategia, el conflicto ha entrado en una fase de transición.

Si bien aún no se ha alcanzado un alto el fuego formal, las señales indican que las negociaciones serán inevitables en el mediano plazo. Lo que no está claro es bajo qué términos ni qué tan sostenible será la paz que pueda lograrse.

Por ahora, Ucrania se encamina a convertirse en una frontera militarizada entre Occidente y Rusia, con una estabilidad precaria y la constante amenaza de que las hostilidades puedan reanudarse en cualquier momento.