
El presidente de Francia, Emmanuel Macron, ha reabierto el debate sobre la necesidad de un sistema de disuasión nuclear europeo, en un contexto de creciente incertidumbre sobre la defensa de Ucrania contra la invasión rusa tras la suspensión del apoyo militar de Estados Unidos. Macron ha expresado su disposición a “abrir la discusión” sobre una estrategia de defensa que incluya el arsenal nuclear francés, con el objetivo de fortalecer la autonomía estratégica del continente.
Durante el fin de semana, Macron dijo a los medios “estar disponible” para abrir una discusión: “Si nos permite (construir) una fuerza europea”. Según el mandatario, la doctrina nuclear francesa ha tenido históricamente una “dimensión europea”, lo que justificaría su integración en un esquema de defensa común para la Unión Europea (UE).
La propuesta del presidente francés cobra mayor relevancia después de que Estados Unidos confirmara ayer lunes la suspensión de su ayuda militar a Ucrania, un factor que, según París, refuerza a Rusia y debilita la capacidad de respuesta europea ante la amenaza del Kremlin.
Un debate reabierto
La idea de una disuasión nuclear propia para Europa no es nueva. Desde la década de 1960, Francia ha mantenido una doctrina de defensa nuclear independiente, diseñada por el general Charles de Gaulle y basada en la capacidad del presidente de la República para evaluar y responder de manera autónoma a amenazas a los intereses vitales del país.

Tras la salida del Reino Unido de la zona euro, Francia se convirtió en la única potencia nuclear de la UE, lo que ha llevado a Macron a proponer que su país asuma un papel central en la protección del continente. En febrero de 2020, el mandatario ya había mencionado la “dimensión genuinamente europea” de los intereses franceses en este ámbito.
Ahora, con la guerra en Ucrania en curso y una Rusia que, según Macron, ha adoptado una postura cada vez “más agresiva y sobrearmada”, el presidente ha insistido en que el bloque europeo debe “despertar estratégicamente” y tomar decisiones en materia de defensa sin depender exclusivamente del apoyo de Washington.
“Es hora de un despertar estratégico europeo”, afirmó Macron en su reciente entrevista. “¿Queremos elegir o padecer nuestro destino?” Su propuesta incluye un sistema de defensa financiado por la UE con al menos 200.000 millones de euros, inspirado en el modelo de respuesta conjunta que se utilizó en la pandemia de COVID-19.
Reacciones y desafíos del plan
El planteamiento de Macron no ha generado una respuesta inmediata por parte de los demás países europeos. Alemania, por ejemplo, ha sido tradicionalmente reticente a desarrollar una estrategia nuclear propia, mientras que otros estados de la UE dependen de la protección brindada por la OTAN, que sigue liderada por Estados Unidos.

Además, la ambigüedad que rodea a la doctrina nuclear francesa plantea desafíos en cuanto a su integración en una estructura de defensa compartida. Macron ha reconocido que su estrategia “conserva un cierto misterio porque la ambigüedad forma parte de su eficacia”, lo que implica que Francia no revelaría de antemano bajo qué circunstancias podría utilizar su arsenal nuclear.
Por otro lado, la discusión sobre cómo se financiaría un proyecto de este tipo también está en curso. La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, ha presentado recientemente un paquete de propuestas con el que se espera movilizar hasta 800.000 millones de euros en defensa, incluyendo un nuevo instrumento de préstamos por 150.000 millones de euros que podría destinarse a Ucrania.
El impacto de la retirada de Estados Unidos
El anuncio de Macron llega en un momento clave, justo en medio de la suspensión de Estados Unidos de su ayuda militar a Ucrania. Esta decisión ha generado preocupación entre los líderes europeos, quienes advierten que la falta de apoyo estadounidense podría fortalecer la posición de Rusia y debilitar a Kiev en el conflicto.

El secretario de Estado francés de Asuntos Europeos, Benjamin Haddad, calificó de “histórico” el próximo Consejo Europeo, previsto para el jueves en Bruselas, donde se debatirá la estrategia a seguir. Según Haddad, la suspensión del respaldo militar de Washington “refuerza al agresor” y obliga a Europa a asumir un rol más activo en su propia defensa.
En ese sentido, el funcionario ha instado a los países europeos a mostrar “responsabilidad” en la cumbre extraordinaria y a considerar el aumento de sus presupuestos militares. Francia, por su parte, ha anunciado que su gasto en defensa se duplicará durante los dos mandatos de Macron (2017-2027).
Otra cuestión que podría influir en la financiación de la defensa europea es el uso de los fondos rusos congelados debido a las sanciones occidentales. Se estima que hay 200.000 millones de dólares bloqueados, y aunque hasta ahora solo se han utilizado los intereses generados por esos activos, algunos líderes europeos han comenzado a debatir la posibilidad de emplear el capital principal.
El ministro francés de Economía, Éric Lombard, ha señalado que este dinero podría destinarse a Ucrania en el futuro, en el marco de un eventual acuerdo de paz para pagar indemnizaciones de guerra. Sin embargo, el gobierno de Francia ha advertido que su uso plantea “una cuestión de orden jurídico” y un “precedente económico” de gran magnitud.