(Desde Washington, Estados Unidos) Donald Trump continuará las negociaciones con Vladimir Putin para acordar una tregua entre Ucrania y Rusia, pero ya descartó como interlocutor a Volodimir Zelensky. El presidente de los Estados Unidos inició un sondeo con líderes europeos para definir a un negociador oficial que represente los intereses de Kiev ante las exigencias de Moscú.
“He determinado que el presidente Zelensky no está listo para la paz”, posteó Trump en su red social Truth cuando el líder ucraniano ya había abandonado la Casa Blanca.
El presidente de los Estados Unidos nunca tuvo como interlocutor directo a Zelensky. Optó por el diálogo unilateral con Rusia y postergó hacia adelante la posible inclusión del líder ucraniano y de Europa en la mesa de negociaciones con los representantes de Vladimir Putin.
Pero la crisis geopolítica protagonizada por Trump, Zelensky y JD Vance -vicepresidente de Estados Unidos- terminó de desplazar al mandatario ucraniano de la hoja de ruta que la Casa Blanca había diseñado para cerrar una tregua con el Kremlin.
Cuatro horas más tarde, y pese a un mensaje conciliatorio que publicó Zelensky en su cuenta de X, Trump reiteró su posición de correr como negociador de un posible acuerdo con Rusia al presidente de Ucrania, que hace más de tres años enfrenta al Ejército Rojo.
“Está buscando seguir adelante y luchar, luchar, luchar”, describió Trump al mandatario ucraniano en el Jardín Sur de la Casa Blanca.
-¿Usted quiere que dimita?-, le preguntaron los periodistas.
-Quiero a alguien que haga la paz-, contestó elíptico el presidente de los Estados Unidos.
Las diferencias públicas entre Trump y Zelensky profundizaron la desconfianza mutua entre Estados Unidos y Europa. El Salón Oval se acercó sin cuestionamientos a Rusia, y los estados europeos temen una puñalada por la espalda.
Cuando caía la noche en Londres, el premier británico Keir Starmer dialogó -por separado- con ambos jefes de Estado en conflicto para encontrar una vía de acercamiento. Pero Trump se mantuvo reluctante, y en esa comunicación deslizó a Starmer que Zelensky estaba afuera de su estrategia de negociación con Putin.
Emmanuel Macron está en jaque por su política doméstica y Olaf Scholz perdió las elecciones frente al candidato derechista Friedrich Merz. En este contexto de debilidad política de Francia y Alemania, Starmer trata de colocar al Reino Unido como mediador obligado de la crisis que enfrenta a Trump con Zelensky.
El presidente de Estados Unidos avala el rol asumido por Starmer, que hace dos días estuvo almorzando en la Casa Blanca. Mañana en Londres, Starmer ha convocado a una cumbre para tratar la situación en Ucrania.
Y antes de este cónclave multilateral se reunirá con Georgia Meloni -premier italiana- y Macron, que apoya a Zelensky ante los cuestionamientos de Trump.
La reunión preparatoria entre Starmer, Meloni y Macron tiene un objetivo básico: encontrar una solución a la crisis sin resignar el apoyo a Zelensky, preservar la negociación con Rusia para dictar un armisticio en Ucrania y evitar que un apoyo político excesivo a Kiev coloque a Europa en la mira de Trump.
El temor básico de los estados europeos es que Trump los excluya sine die de las negociaciones y que en simultáneo les imponga aranceles a sus exportaciones a Estados Unidos como castigo económico por haber jugado al lado de Zelenski.
Mientras Europa resuelve sus propios dilemas políticos, Trump inició un movimiento de desgaste de Zelensky como presidente de Ucrania. El líder republicano ordenó a Elon Musk - controla los resortes burocráticos de Estados Unidos- que investigue el destino final de todos los fondos aportados por la Casa Blanca para sostener el esfuerzo bélico de Ucrania contra Rusia.
La cuenta básica arroja un resultado de 180 billones de dólares destinados por Estados Unidos a Ucrania, y Musk ya desplegó un batallón de burócratas para aportar sin dilaciones la información reservada que solicitó Trump. El presidente republicano desconfía de Zelensky, y quiere probar sus sospechas cuanto antes.
Asimismo, en otra fase del movimiento destinado a erosionar a Zelensky, Trump decidió pausar el envío de pertrechos militares a Ucrania y dilatar la cooperación de inteligencia de Estados Unidos para anticipar la ofensiva rusa.
Zelensky abandonó la Casa Blanca sin firmar el acuerdo sobre extracción de minerales en Ucrania, que era el punto de inicio de una probable tregua con Rusia. Y viajó a Londres para la cumbre multilateral sin el respaldo de Trump, que ya le busca un reemplazante para avanzar en la negociación con Putin.
Europa ahora es el jugador clave de la partida: sus próximas decisiones pueden abrir un proceso político inédito en Ucrania y Estados Unidos.
