Un ciudadano ruso de 18 años fue detenido este jueves en el aeropuerto de Berlín-Brandeburgo bajo la sospecha de que preparaba un atentado contra la embajada israelí en la capital alemana, según informaron en la jornada de hoy varios medios de comunicación alemanes.
Del detenido se cree que preparaba un atentado con motivación política, según la fiscalía del estado federado de Brandeburgo, citada por diversos medios.
De acuerdo con el diario Bild y con la cadena pública ARD, el detenido es checheno y residía en la capital brandeburguesa de Potsdam, a unas decenas de kilómetros de Berlín.
Según estos medios, las autoridades alemanas recibieron el indicio de que preparaba un ataque de parte de servicios de inteligencia extranjeros y el sospechoso no actuaba solo sino como parte de un grupo.
Fue detenido cuando intentaba abandonar el país y este viernes ha comparecido ante un juez de instrucción del Tribunal de Brandeburgo, que dictó su ingreso en prisión preventiva mientras se lo investiga por preparar un acto grave peligroso para el Estado.
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Esta detención se produjo en momentos de extrema tensión entre Israel y el grupo terrorista Hamas, que ayer devolvió los restos de cuatro rehenes israelíes, entre los que no estaban los de Shiri Bibas, pese a que habían anunciado lo contrario.
Las autoridades de Israel dijeron que los análisis forenses confirmaron que los niños Ariel y Kfir Bibas fueron asesinados por Hamas. De acuerdo con declaraciones del vocero militar Daniel Hagari, los menores no murieron por impactos de bala, sino que los milicianos los asesinaron “con sus propias manos”. Aseguró que los estudios respaldan datos ya manejados por la inteligencia israelí.
Hagari aseguró a los medios que este incidente es una muestra de la brutalidad ejercida contra civiles por los miembros de Hamas. “Confirmamos que los Bibas fueron asesinados por los terroristas de Hamas. No los asesinaron con armas, los mataron a los niños con sus manos y trataron de cubrirlo”, afirmó Hagari.
Este hecho, calificado por el vocero como una ejecución “a sangre fría”, ilustra la gravedad de las atrocidades cometidas durante esta fase del conflicto.
Un detalle especialmente perturbador en este caso fue la intención de los milicianos de ocultar su crimen. Según Hagari, Hamas intentó montar una escena para disimular lo ocurrido. “Tratamos de corroborar cada información con evidencia y, en este caso, los análisis forenses han sido esenciales para verificar lo sucedido”, añadió el vocero.
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La confirmación del asesinato de Ariel, de 10 meses, y su hermano Kfir, de 4 años, tiene lugar después de semanas en las que su estatus como rehenes mantenía la esperanza de un posible regreso.
Hagari también condenó la magnitud de la violencia perpetrada no solo contra los niños, sino también contra civiles israelíes y familias enteras. Además, puntualizó que la resolución del caso de la familia Bibas refleja su compromiso continuo de buscar justicia. “Haremos todo para traerla a casa. Nuestra misión no termina hasta que cada rehén regrese”, subrayó el portavoz israelí, destacando el propósito del Ejército para recuperar a todos los secuestrados en Gaza.
Hamas había dicho que los restos devueltos el jueves incluían los de Shiri Bibas y sus dos hijos pequeños, cuyo padre, Yarden, fue liberado por el grupo palestino en un intercambio de rehenes por prisioneros a principios de este mes.
Aunque Israel confirmó las identidades de los dos niños, dijo que el cuerpo que supuestamente era el de Shiri Bibas no era el suyo.