A medida que la invasión de Rusia a Ucrania entra en su tercer año, un mapa interactivo publicado por el Instituto para el Estudio de la Guerra (ISW, por sus siglas en inglés) revela los dramáticos cambios en el control territorial desde la ofensiva de febrero de 2022, mientras se intensifican los esfuerzos diplomáticos para encontrar un camino hacia la paz.
La visualización, que sigue la evolución de los frentes desde el 23 de febrero de 2022 hasta diciembre de 2024, ilustra la actual ocupación rusa de aproximadamente el 20% del territorio ucraniano.
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La última evaluación estática, fechada el 12 de febrero de 2025, muestra que las fuerzas rusas mantienen su control sobre partes significativas del este y el sur de Ucrania, incluidas zonas de las regiones de Donetsk, Lughansk, Zaporizhzhia y Kherson.
Al mismo tiempo, también muestran (en azul) los avances ucranianos, tanto los que volvió a recuperar en su exitosa contraofensiva de 2023 como aquellos tomados en la región rusa de Kursk tras seis meses de ofensiva.
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Los cambios territoriales documentados en el mapa interactivo del ISW subrayan el profundo impacto de la guerra en la soberanía de Ucrania. Aunque las fuerzas rusas han logrado avances graduales en algunas zonas, especialmente tras la caída de Avdiivka a principios de 2024, el ritmo de los cambios territoriales se ha ralentizado considerablemente en comparación con los primeros meses de la guerra.
La situación sobre el terreno
Al mismo tiempo, el último informe del ISW indica que las fuerzas rusas se están posicionando para una campaña prolongada dirigida al crítico “cinturón de fortaleza” de Ucrania, una línea defensiva de 50 kilómetros que comprende cuatro ciudades importantes del este: Slovyansk, Kramatorsk, Druzhkivka y Kostyantynivka. Las fuerzas rusas se encuentran actualmente a entre 25 y 30 kilómetros de la periferia oriental de Slovyansk, a unos 20 kilómetros de la periferia oriental de Kramatorsk y a nueve kilómetros de la periferia nororiental de Kostyantynivka.
“Las fuerzas rusas aún no se han enfrentado a defensas ucranianas significativas y suficientemente construidas desde su campaña contra Bakhmut en la primavera de 2023 y Avdiivka en el invierno de 2023-2024″, señala el ISW en su última evaluación, añadiendo que “es poco probable que el método actual de las fuerzas rusas de avanzar utilizando su actual ventaja de mano de obra para llevar a cabo costosos asaltos de infantería logre los mismos resultados frente a defensas ucranianas significativas.”
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El mando militar ruso ha demostrado recientemente su compromiso con esta estrategia al redesplegar importantes fuerzas en la región. El observador militar ucraniano Kostyantyn Mashovets informa de que elementos de las divisiones 20ª y 150ª de fusiles motorizados, que comprenden unos 7.000 a 8.000 soldados cada una, han sido trasladados a las direcciones de Toretsk y Pokrovsk oriental. Este redespliegue sugiere que Rusia se centra en presionar Kostyantynivka, el punto más meridional de la línea defensiva ucraniana.
El análisis del ISW sugiere un patrón preocupante en el enfoque estratégico de Rusia: “El ejército ruso parece estar comprometiéndose a un esfuerzo de varios años para apoderarse del “cinturón fortaleza” de Ucrania en el óblast de Donetsk, lo que subraya aún más el aparente desinterés de Putin por una paz duradera y perdurable en Ucrania."
Sin embargo, los analistas militares cuestionan la capacidad de Rusia para mantener una campaña de varios años de duración. Las evaluaciones del ISW apuntan a crecientes pérdidas de personal y equipos rusos que pueden resultar insostenibles dada la actual generación de fuerzas y las capacidades industriales de defensa. La campaña contra el cinturón de fortalezas requeriría muchos más recursos que las operaciones anteriores en zonas de menor importancia estratégica.
El frente diplomático
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Mientras los cambios territoriales siguen desarrollándose sobre el terreno, las iniciativas diplomáticas están cobrando impulso. El ministro de Asuntos Exteriores ruso, Sergei Lavrov, tiene previsto llegar a Riad el lunes para entrevistarse con funcionarios estadounidenses, entre ellos el secretario de Estado, Marco Rubio. Las reuniones, fijadas para el martes, tienen como objetivo discutir la normalización de las relaciones bilaterales y sentar las bases para posibles negociaciones de paz sobre Ucrania.
Lavrov subrayó que Estados Unidos “puede ayudar a resolver el problema” y ha “desempeñado un papel importante en la crisis ucraniana desde el principio.”
El presidente ucraniano, Volodimir Zelensky, quien comenzó este lunes una gira por el golfo Pérsico, declaró por su parte que Kiev no había sido informada de las próximas conversaciones y añadió que Ucrania no reconocería los acuerdos alcanzados sin su participación.
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Se espera que Zelensky realice una visita oficial a Arabia Saudita el miércoles, aunque su portavoz, Sergii Nikiforov, subrayó que no está prevista ninguna reunión con funcionarios rusos o estadounidenses.
El momento en que se producen estos movimientos diplomáticos pone de relieve el delicado equilibrio en el que se encuentra Ucrania, preocupada por la posibilidad de quedar marginada en las negociaciones entre Washington y Moscú.
La situación militar actual, combinada con las iniciativas diplomáticas emergentes, sugiere un posible punto de inflexión en el conflicto. Sin embargo, recientes declaraciones del Kremlin ponen en duda la voluntad de Moscú de negociar de buena fe. El 16 de febrero, el portavoz del Kremlin, Dmitry Peskov, cuestionó la soberanía de Ucrania, estableciendo potencialmente condiciones para invalidar cualquier acuerdo futuro.