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(Enviado especial a Jerusalén, Israel) Marco Rubio llegó a Tel Aviv desde Múnich para iniciar su primera gira al Medio Oriente, adonde intentará avanzar con la propuesta presentada por Donald Trump para trasladar a los palestinos de Gaza y derrotar a la organización terrorista Hamas.
La gira del secretario de Estado es un desafío geopolítico.
Israel acepta la iniciativa del presidente de los Estados Unidos, pero no ha logrado un mínimo consenso en el mundo árabe. Jordania, Egipto, Arabia Saudita, Irán, Emiratos Árabes Unidos, Qatar y Líbano rechazaron la propuesta de Trump para terminar con Hamas en Gaza.
La iniciativa de la Casa Blanca tiene tres etapas: trasladar a los países vecinos -todos árabes- a los casi dos millones de palestinos que viven en Gaza, derrotar a Hamas que aún se esconde en los túneles de la Franja, y por último, convertir la actual zona de conflicto en la “Riviera de Medio Oriente”, como caracterizó Trump.
Los estados árabes se niegan a recibir a los palestinos de Gaza, y esa resistencia política pone en un callejón sin salida a la propuesta de la Casa Blanca. Trump intentó convencer al rey Abdullah II de Jordania, a quien invitó a Washington, pero todo quedó en la nada.
El líder republicano también había acordado un encuentro con Abdelfatah El-Sisi -presidente de Egipto- para explicar su propuesta en detalle. El-Sisi canceló la visita para evitar un roce diplomático con Estados Unidos. El presidente de Egipto, como el rey de Jordania, tampoco avala la propuesta de Trump para Gaza.
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“Todos estos países árabes dicen lo mucho que les importan los palestinos, pero ninguno de ellos quiere recibir a ningún palestino, ninguno de ellos tiene antecedentes de hacer algo por Gaza en ese sentido. Y entonces el Presidente (Trump) dice, muy bien, esto es lo que vamos a hacer. Nos encargaremos. Tendremos que trasladar a la gente. Es el único plan que hay en este momento”, dijo Rubio antes de volar a Medio Oriente.
Y agregó en un comentario directo al mundo árabe: “Ahora bien, si alguien tiene un plan mejor –y esperamos que así sea–, si los países árabes tienen un plan mejor, entonces será estupendo. Entonces, si dicen que lo tienen, lo van a presentar, lo vamos a analizar, a ver qué incluye y qué hace. Obviamente, puedo decirles que cualquier plan que deje a Hamás allí va a ser un problema, porque Israel no lo va a tolerar. Vamos a volver a estar donde estábamos. Pero les vamos a dar la oportunidad de presentar un plan”.
Esta perspectiva de Rubio desnuda la crisis en Medio Oriente.
Si los estados árabes no acompañan la propuesta de Trump, quedan dos caminos hacia adelante: Hamas permanece en Gaza y mantiene un jaque perpetuo a Israel, o Israel avanza sobre la Franja para terminar con la organización terrorista.
“Hamás tiene armas. Alguien tiene que enfrentarse a esos tipos. ¿Quiénes serán? No van a ser los soldados estadounidenses. Si los países de la región no pueden resolver ese aspecto, entonces Israel tendrá que hacerlo, y entonces volveremos a estar donde estábamos”, explicó el secretario de Estado para justificar la propuesta de Trump.

La reluctancia de los estados árabes respecto a la iniciativa de Washington, es un triunfo táctico de Hamas.
La organización terrorista opera desde la Franja, y asume que sin las potencias regionales -Arabia Saudita y Qatar-, Trump no tiene una palanca geopolítica para mover a los palestinos de Gaza y derrotar a los fedayines apoyados por Irán.
En este contexto, Benjamín Netanyahu tiene que decidir sus próximos pasos. Ya ratificó que no piensa ceder terreno en Gaza y que su objetivo es exterminar a Hamas para que no repita los ataques terroristas del 7 de octubre de 2023.
Pero esta hipótesis de conflicto choca con un reclamo mayoritario de la opinión israelí: exige -ante todo- que libere a los casi 90 rehenes -entre vivos y muertos-, que aún están la Franja.
El dilema político que enfrenta Netanyahu será uno de los asuntos que abordará con Rubio en Jerusalén. El primer ministro israelí y el secretario se encontrarán este domingo a las 10 AM (hora de Israel) con agenda abierta.
Rubio siempre respaldó al gobierno de Netanyahu, y el cónclave apunta a debatir cómo sigue el cese del fuego con Hamas, que es frágil y debería ingresar en una segunda etapa desde marzo.
La segunda fase de la tregua establece que Hamas debe liberar a todos los rehenes -vivos y muertos-, mientras que Netanyahu debe ordenar la retirada de todas las Fuerzas de Defensa de Israel que están desplegadas en Gaza. El premier israelí no quiere retirar las tropas, y eso implicaría que la organización terrorista no entregará un solo rehén más.
La negativa de Netanyahu tiene una razón militar: si las tropas propias se van de Gaza, Hamas se queda con el control territorial y puede atacar de nuevo.
A su vez, el 61 por ciento de la sociedad israelí -ultima encuesta publicada- exige que se logre la libertad de los cautivos. Sólo un 18 por ciento optó por ir a la guerra contra Hamas, en lugar de recuperar a los secuestrados en la Franja.
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Trump advirtió a Hamas que si no liberaba a todos los rehenes a las 12 AM del sábado (hora del Este), se rompía el cese del fuego y la guerra iniciaba otra vez. Hubo una intensa negociación liderada por Egipto y Qatar que permitió la libertad de tres rehenes y la continuidad de las conversaciones para avanzar hacia la segunda fase de la tregua.
En su red social, Trump festejó la libertad de los tres secuestrados y ratificó que avalaría todas las medidas que asuma Israel respecto a Gaza y Hamas. “Estados Unidos apoyara las decisiones que tome”, posteó el líder republicano.
Desde esta perspectiva, Netanyahu y Rubio trabajarán en Jerusalén para diseñar una respuesta a Hamas que permita liberar a los rehenes y mantener a las tropas del ejército israelí en la Franja. Los dos objetivos corren a la par, y no son excluyentes para el primer ministro y el secretario de Estado.
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Cuando termine su gira por Israel, adonde prevé un cónclave con Gideon Saar -ministro de Relaciones Exteriores- y una visita al Museo del Holocausto en homenaje a las víctimas del Tercer Reich, Rubio partirá a Emiratos Árabes Unidos y Arabia Saudita.
En Abu Dabi y Riad, el secretario de Estado se encontrará con otro escenario geopolítico. Estos países árabes rechazan a Hamas y condenan sus actos terroristas, pero respaldan la existencia de Palestina y descartan el plan de Trump para Gaza.
Rubio deberá extremar su capacidad diplomática para regresar de los Emiratos y Arabia Saudita con un resultado positivo.
En Medio Oriente, los espejismos forman parte del ejercicio del poder.