La incursión del Ejército ucraniano en Kursk, uno de los golpes más duros infligidos a Rusia, cumple este jueves seis meses. La maniobra, completamente inesperada, permitió a Kiev irrumpir en territorio enemigo, provocarle bajas de cerca de 40.000 soldados y seguir dañando la reputación de Vladimir Putin ante su imposibilidad de expulsar por completo a los soldados.
En este medio año, las tropas rusas han conseguido recuperar poco más de la mitad del territorio; sin embargo, la escasez de personal y armamento a las que se enfrenta el Kremlin hace que esta última parte sea una tarea de gran dificultad para los 60.000 soldados que movilizó a este frente.
“Pienso que no podrán echarnos de su territorio en el corto plazo”, opinó el presidente ucraniano Volodimir Zelensky, en un intento por destacar que no gana quien más hombres tenga, sino quien lleve a cabo una defensa dinámica, con maniobras activas constantes y retiradas, y mejores tácticas.
De hecho, el mandatario señaló que esta persistente victoria mejora la postura de Ucrania de cara a una posible negociación, una opción que está cada vez más presente en los contactos diplomáticos.
“Los territorios en la región de Kursk son para nosotros un recurso para intercambiar por nuestras tierras actualmente ocupadas por Rusia”, dijo el vocero presidencial, Serguí Leshchenko a la par que celebró la exitosa ofensiva de sus tropas.
En este mismo sentido, el experto en seguridad internacional del Centro Razumkov en Kiev, Oleksí Melnik, opinó que “más que la superficie exacta bajo nuestro control, lo que importa es que continúa la ocupación de territorio ruso por parte de Ucrania”, desestimando así las críticas de un sector, que consideró que la maniobra privó de recursos clave a las brigadas envueltas en fuertes combates en el este del país.
Kursk acabó siendo una maniobra oportuna y efectiva que tuvo importantes consecuencias en el bando contrario y lo obligó a priorizar recursos y pausar ofensivas en frentes como Sumi y Kharkiv, explicó.
Según estimaciones del Estado Mayor ucraniano, Rusia perdió a unos 38.000 soldados producto de estos enfrentamientos, a los que se sumaron también otros -por lo menos- 4.000 norcoreanos, que fueron desplegados en el frente y rápidamente heridos o asesinados por su inexperiencia. Asimismo, otros 900 oficiales de las Fuerzas Armadas rusas fueron capturados y utilizados en favor de Ucrania para recuperar a cientos de sus hombres, presos en cárceles del Kremlin.
En este contexto, y consciente de su inferioridad en el lugar, Putin ordenó a sus funcionarios establecer “contactos” con la contraparte para poner en marcha un corredor humanitario que permita “ayudar a nuestro pueblo, que se ha encontrado en una situación tan difícil debido a las acciones agresivas del régimen de Kiev”, dijo el portavoz presidencial, Dimitri Peskov.
En las últimas horas, el este de Sudzha fue nuevamente blanco de agresiones producto del intento de oficiales ucranianos de tomar los pueblos de Cherkaskaya Konopelka y Ulanok.
El Ministerio de Defensa ruso aseguró que el operativo fue frustrado y precisó que el Grupo de Fuerzas del Norte, con el apoyo de la aviación, “identificaron a tiempo al enemigo e infligieron daños de fuego a los grupos de asalto”. No obstante, el bloguero militar conocido en línea como “Alex” apuntó que el bando craniano había conseguido avances en la zona y solo perdió cinco vehículos militares de combate.
(Con información de EFE y Europa Press)