Karim al Hussaini Aga Khan IV, líder espiritual de los musulmanes ismaelitas y destacado filántropo, murió este martes en Lisboa a los 88 años, rodeado de su familia, según informó la Red de Desarrollo Aga Khan (AKDN).
El 49º imán hereditario de la comunidad chií ismaelita será sucedido por la persona designada en su testamento, cuyo nombre se hará público tras la lectura del documento en presencia de su familia y líderes religiosos en Lisboa.
Nacido el 13 de diciembre de 1936 en Creux-de-Genthod, Suiza, Aga Khan IV era descendiente directo del profeta Mahoma y asumió el liderazgo de la comunidad ismaelita en 1957, a los 20 años, mientras estudiaba en Harvard.
Su abuelo, Aga Khan III, lo eligió sucesor en lugar de su padre, con el argumento de que la comunidad debía ser guiada por un líder joven adaptado a los nuevos tiempos.
Durante más de seis décadas, combinó su papel espiritual con una destacada labor filantrópica y empresarial. A través de la AKDN, financió proyectos en salud, educación, vivienda y desarrollo económico en más de 30 países, con un presupuesto anual estimado en 1.000 millones de dólares.
Su red de hospitales llevó atención médica a comunidades vulnerables en Bangladesh, Afganistán y Tayikistán, entre otros países.
Además de su labor humanitaria, fue un ferviente promotor del arte y la arquitectura islámica, creando un prestigioso premio de arquitectura y programas en MIT y Harvard. También destacó en el mundo ecuestre como criador de caballos y representó a Irán en los Juegos Olímpicos de Invierno de 1964 en esquí.
Por su influencia global, fue tratado con honores equivalentes a los de un jefe de Estado. En 1957, la reina Isabel II de Reino Unido le otorgó el título de “Su Alteza”, pocas semanas después de su proclamación oficial como Aga Khan IV en Dar es Salaam, Tanzania.
Su fortuna personal, difícil de calcular, se estimaba en miles de millones de dólares, en parte gracias a los diezmos que los ismaelitas donan tradicionalmente a su líder. Sin embargo, siempre defendió que la riqueza debía usarse para el bienestar de la comunidad, afirmando en una entrevista en 2012: “Si Dios te ha dado la fortuna de ser privilegiado, tienes una responsabilidad moral con la sociedad”.
Su muerte generó muestras de condolencias a nivel global y muchos líderes mundiales compartieron mensajes en referencia a su fallecimiento. El primer ministro de Canadá, Justin Trudeau, lo calificó como “un líder global extraordinariamente compasivo”, destacando su compromiso con el desarrollo y el entendimiento intercultural.
Aga Khan IV residió en Francia y, en los últimos años, en Portugal, donde se estableció la sede del Imamat ismaelí. Será sepultado en Lisboa, aunque la fecha del funeral no ha sido anunciada.
(Con información de Associated Press, EFE y EP)