El gobierno de Francia sobrevivió a una moción de censura el miércoles y el presupuesto del país para 2025 finalmente fue adoptado, aliviando parte de la agitación en una de las economías más grandes del mundo que había preocupado a los inversionistas y dañado a los 20 países de la eurozona.
El gobierno no tiene mayoría en el Parlamento y el primer ministro François Bayrou utilizó poderes constitucionales especiales para lograr que el proyecto de presupuesto fuera aprobado sin votación de los legisladores, lo que desencadenó la moción de censura.
Sólo 128 legisladores aprobaron la moción, lejos de los 289 votos —o la mitad de los escaños de la Asamblea Nacional— necesarios para su aprobación. Tanto los socialistas como los legisladores de la ultraderechista Agrupación Nacional se negaron a apoyarla. Según la Constitución francesa, el fracaso de la moción convierte automáticamente en ley el presupuesto de 2025.
La política francesa está sumida en el caos desde que el presidente Emmanuel Macron convocó elecciones anticipadas el año pasado, en las que ningún partido obtuvo una mayoría parlamentaria. Bayrou, un veterano centrista, fue designado en diciembre en medio de una crisis política provocada por disputas presupuestarias que llevaron al colapso del gobierno de su predecesor.
Una decisión tranquilizadora para Francia y Europa
Francia ha estado bajo presión de la Unión Europea para reducir su enorme deuda y déficit, que en 2024 alcanzó el 6,1% del PBI.
El gobierno ha argumentado que el país necesita un presupuesto operativo en un momento en que el presidente estadounidense, Donald Trump, está amenazando con nuevos aranceles a la UE y Rusia se está envalentonando cada vez más en Ucrania.
Bayrou reconoció el miércoles un “presupuesto imperfecto”, pero dijo que su adopción era una medida urgente “porque nuestro país no puede vivir sin un presupuesto”.
Un presupuesto destinado a reducir el déficit
El presupuesto pretende reducir el déficit de Francia al 5,4% del producto interior bruto este año, incluso mediante recortes de gasto y aumentos de impuestos por un valor total de 50.000 millones de euros.
Durante los debates destinados a buscar un compromiso en el Parlamento, Bayrou aceptó destinar 1.000 millones de euros adicionales a los hospitales y se comprometió a no suprimir 4.000 puestos de trabajo en la educación nacional.
También dijo el mes pasado que estaba abierto a renegociar un plan controvertido para aumentar la edad de jubilación de 62 a 64 años.
El gobierno dijo que tiene la intención de utilizar sus poderes especiales la próxima semana para aprobar el presupuesto de seguridad social, permitiendo que medidas financieras clave se implementen a finales de mes.
Una victoria política para Bayrou
En diciembre, una moción de censura obligó al primer ministro conservador Michel Barnier a dimitir mientras todas las fuerzas de la oposición, desde la extrema izquierda hasta la extrema derecha, se unieron para derrocar al gobierno.
Barnier había sido nombrado para resolver el impasse político creado por las elecciones del año pasado, pero su propuesta de presupuesto de austeridad profundizó las divisiones. Macron eligió a Bayrou con la esperanza de que pudiera tender puentes.
A diferencia de Barnier, Bayrou mantuvo intensas negociaciones con los socialistas encaminadas a alcanzar un acuerdo de no agresión sobre el presupuesto en virtud del cual acordarían no socavar a los demás.
En un parlamento donde ningún partido domina, todos tienen influencia, y Bayrou necesitaba convencer a un solo grupo de la oposición para que no apoyara la moción.
Los socialistas dijeron esta semana que “es hora de darle a Francia un presupuesto”.
(Con información de AP)