El jefe del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), Rafael Grossi, informó este martes que estará viajando a Rusia la semana entrante, a fin de abordar con el Kremlin la situación de las centrales nucleares en Ucrania, cada vez más alcanzadas en los ataques.
La visita, según Grossi, es fundamental para “mantener los canales de comunicación constantes” y abiertos, evitar un accidente nuclear, y le seguirá a una inspección in situ que realiza por estos días en Kiev, una muestra del “compromiso inquebrantable del OIEA a la hora de prestar ayuda a Ucrania para garantizar la seguridad nuclear”.
“Hemos visitado nueve subestaciones que son de importancia crítica para el funcionamiento y el trabajo de seguridad de las centrales atómicas. Y, evidentemente, la situación es bastante crítica”, lamentó en las últimas horas.
“Una red eléctrica cada vez más frágil plantea un riesgo creciente para todas las centrales nucleares, no solo para la de Zaporizhzhia”, la más grande de Europa y la más afectada por la guerra desde su inicio, explicó el experto que, a su vez, alertó de que ya hubo “algunas ocasiones en las que estuvimos cerca de incidentes críticos”.
Si bien evitó responsabilizar a alguno de los dos bandos por dichos incidentes -aunque en su mayoría se trató de ataques de Rusia, que controla la central desde principios de 2022-, Grossi insistió en la necesidad de evitar nuevos episodios del estilo, que interrumpen los procedimientos de enfriamiento vitales en las plantas atómicas.
En los últimos meses, el Kremlin ordenó una serie de agresiones enfocadas principalmente en instalaciones energéticas cercanas a centrales nucleares, con el objetivo de paralizar la red de distribución en el país y privar a la gente de calefacción, electricidad y agua corriente, así como de interrumpir la fabricación de armamento de defensa.
De hecho, el equipo de expertos de la ONU desplegado en las inmediaciones de la central de Zaporizhzhia han registrado explosiones provenientes del exterior -incluso a corta distancia- casi a diario.
Sin embargo, los ataques han generado intranquilidad en la población y la comunidad internacional, que teme que las reiteradas agresiones puedan desencadenar consecuencias graves.
Cuando las subestaciones que proporcionan la electricidad a las plantas nucleares quedan fuera de funcionamiento por daños, los generadores de emergencia en las centrales se convierten en la “última línea de defensa” contra el desastre, “y cuando tienes una gran planta de energía nuclear, no quieres estar en la última línea de defensa”, advirtió Grossi.
Desde el inicio de la guerra, próxima ya a cumplir tres años, el jefe del OIEA visitó ya 11 veces Ucrania, la mayoría de ellas enfocadas en la situación en Zaporizhzhia. En septiembre, el gobierno de Volodimir Zelensky acordó con el Organismo la supervisión de la situación de subestaciones clave y de las tres principales centrales nucleares.
“Mientras continúe esta horrible guerra, el OIEA seguirá presente y activo, centrado en hacer todo lo posible para apoyar la seguridad nuclear en circunstancias extremadamente difíciles”, dijo el experto, que sumó que, por la fragilidad del escenario actual, la labor allí sigue siendo “esencial”.
(Con información de AP, EFE y Europa Press)