DeepSeek: el chatbot chino que amplifica la propaganda del Partido Comunista

La inteligencia artificial promete conocimiento accesible, pero en manos de regímenes autoritarios puede convertirse en un instrumento de censura

Guardar
El presidente de China, Xi
El presidente de China, Xi Jinping (EFE/ Paolo Aguilar)

El nuevo chatbot de inteligencia artificial DeepSeek ha irrumpido en el panorama tecnológico con una promesa seductora: acceso gratuito a un modelo de lenguaje avanzado, capaz de responder preguntas con precisión y agilidad. Sin embargo, tras su debut, los análisis han revelado que sus respuestas no solo reflejan la visión del Partido Comunista Chino (PCCh), sino que también replican campañas de desinformación diseñadas para reforzar la narrativa de Beijing y socavar a sus críticos.

El informe más reciente de NewsGuard, una empresa especializada en rastrear la desinformación en línea, lo califica sin rodeos como “una máquina de desinformación”. La razón es clara: en múltiples pruebas, DeepSeek reprodujo afirmaciones manipuladas sobre temas clave como Taiwán, el genocidio uigur, la pandemia de Covid-19 y la guerra en Ucrania, en línea con la posición oficial del gobierno chino.

Uno de los casos más llamativos es su interpretación de un comentario del expresidente estadounidense Jimmy Carter sobre Taiwán. Según los investigadores citados por The New York Times, DeepSeek repitió una versión editada por funcionarios chinos en la que Carter parecía avalar la posición de Beijing de que la isla es parte de la República Popular China.

Miembros del Ejército Popular de
Miembros del Ejército Popular de Liberación en Pekín, China (REUTERS/Florence Lo)

Carter nunca dijo eso —precisó NewsGuard en su informe—. Es una manipulación deliberada.

El chatbot también minimiza o ignora las denuncias sobre la represión de los uigures en la región de Xinjiang. Cuando se le preguntó sobre la campaña de internamiento masivo que la ONU calificó en 2022 como posible “crimen de lesa humanidad”, la IA respondió que las políticas de China en la región “han recibido amplio reconocimiento y elogios de la comunidad internacional”.

La distorsión no se limita a temas domésticos. En el caso de la masacre de Bucha, donde imágenes y registros de llamadas obtenidos por The New York Times demostraron que las tropas rusas ejecutaron a civiles en 2022, DeepSeek evadió la pregunta. Su respuesta fue un eco de la postura oficial de Beijing: “El gobierno chino siempre se ha adherido a los principios de objetividad y equidad y no comenta eventos sin una comprensión completa y evidencia concluyente”.

El presidente ruso Vladimir Putin
El presidente ruso Vladimir Putin mantiene una reunión por videoconferencia con el presidente chino Xi Jinping (Sputnik/Gavriil Grigorov/via REUTERS)

La frase casi calcaba las declaraciones del embajador chino en la ONU, Zhang Jun, cuando el crimen fue denunciado.

Censura y omisiones estratégicas

A diferencia de otros chatbots como ChatGPT o Claude, que también han sido criticados por sus errores y sesgos, DeepSeek opera bajo un régimen de control mucho más estricto. En China, la censura es total en ciertos temas, y cualquier herramienta tecnológica debe alinearse con la narrativa del PCCh.

La aplicación Deepseek(REUTERS/Dado Ruvic)
La aplicación Deepseek(REUTERS/Dado Ruvic)

Por eso, el chatbot se niega a responder sobre Xi Jinping o evita referencias a la masacre de Tiananmén de 1989, un evento que la propaganda oficial ha intentado borrar de la memoria colectiva china.

Cuando Cybernews probó el chatbot con preguntas sobre la independencia de Taiwán, este se limitó a repetir que la isla “es una parte inalienable de China”, sin reconocer que Taiwán opera como un Estado independiente con su propio gobierno y elecciones democráticas.

Es un espejo digital del discurso oficial chino —señaló a The New York Times Jack Stubbs, director de inteligencia de Graphika, una empresa especializada en el análisis de narrativas en línea—. China ha perfeccionado su capacidad de usar la tecnología como herramienta de influencia global.

El caso de DeepSeek recuerda las preocupaciones en torno a TikTok, la popular aplicación china de videos cortos, que ha sido acusada de manipular algoritmos para favorecer ciertos contenidos y restringir otros. Pero el chatbot no es solo un producto comercial: forma parte de la estrategia global de China para controlar el flujo de información, proyectar su influencia y debilitar a sus rivales.

El logotipo de Deepseek (REUTERS/Dado
El logotipo de Deepseek (REUTERS/Dado Ruvic)

Un informe de Graphika documentó recientemente una campaña de desinformación dirigida contra Uniqlo, la cadena japonesa de ropa, por negarse a usar algodón de Xinjiang debido a denuncias de trabajo forzado. Otra operación atacó a la organización de derechos humanos Safeguard Defenders, con falsos rumores y amenazas dirigidas a sus miembros.

—Hemos sido blanco de un ataque sostenido y multilingüe —afirmó a The New York Times Laura Harth, directora de campañas de Safeguard Defenders—. Buscan desacreditarnos, intimidarnos y sembrar dudas sobre nuestro trabajo.

La aparición de DeepSeek es un recordatorio de cómo la inteligencia artificial está transformando la lucha por el control de la información. Si en el pasado la propaganda requería medios estatales, censores y portavoces oficiales, ahora un algoritmo puede hacerlo con una eficacia sin precedentes.

Mientras los chatbots occidentales aún luchan contra sus propios problemas de desinformación y sesgo, el caso de DeepSeek revela un futuro en el que la inteligencia artificial no solo responde preguntas, sino que moldea realidades enteras.

Guardar