El luchador de artes marciales mixtas Conor McGregor recibió un revés en su intento de construir una mansión de gran escala en Straffan, Co. Kildare, Irlanda. Su plan de demoler su actual residencia de cinco habitaciones y reemplazarla con una casa de más de 3.000 metros cuadrados fue rechazado por el Kildare County Council, que argumentó que la propuesta no cumplía con el plan de desarrollo del condado.
McGregor, quien compró la propiedad conocida como The Paddocks en 2019 por USD 3,1 millones, tenía previsto levantar una vivienda con un diseño lujoso que incluía dos piscinas, un cine privado y un bar en el sótano. Sin embargo, el consejo determinó que la construcción excedía los límites establecidos y que su acceso a la vía pública incumplía la normativa vigente.
Motivos del rechazo: dimensiones excesivas y acceso vial
El rechazo del permiso de construcción se debe a varios factores que el consejo local consideró incompatibles con el desarrollo urbano de la zona. Uno de los puntos centrales fue que la longitud, masa y escala de la nueva residencia superaban los límites recomendados por el Kildare County Development Plan. En julio de 2024, las autoridades habían solicitado a McGregor una revisión del diseño, pero el luchador optó por mantener la propuesta original.
Otro argumento fundamental fue el informe del departamento de transporte, que desaconsejaba la creación de nuevos puntos de acceso a la carretera pública. Según la normativa, se deben evitar accesos adicionales para garantizar la seguridad vial y minimizar el impacto en el tránsito local.
McGregor aún tiene la opción de apelar la decisión ante An Bord Pleanála, el organismo encargado de revisar este tipo de disputas urbanísticas en Irlanda. Sin embargo, la negativa se basa en lineamientos estrictos del plan de desarrollo, lo que hace incierta su aprobación.
Detalles del proyecto y argumentos de McGregor
La mansión rechazada habría sido una vivienda de dos pisos con sótano, equipada con una piscina cubierta de 19,6 metros y otra exterior de 21 metros. Además, el sótano contaría con estacionamiento subterráneo, un bar, una sala de juegos y habitaciones auxiliares.
Para defender su propuesta, McGregor presentó una serie de fotomontajes y estudios de impacto visual, en los que argumentó que la nueva construcción no afectaría a los residentes cercanos. Según sus asesores, el diseño estaba cuidadosamente ubicado para integrarse al paisaje y quedaría parcialmente oculto por árboles existentes y nuevos plantados para este propósito.
Sin embargo, los funcionarios de Kildare mantuvieron su postura de que la escala del proyecto no era compatible con la zona. Este rechazo representa un obstáculo para el deportista, que ya había realizado trabajos de demolición en la estructura original en 2022 con la intención de reconstruirla a su gusto.
Expansión de la propiedad y otros problemas legales
McGregor adquirió The Paddocks y además compró una segunda propiedad en No. 5 Castledillon, ubicada cerca de la residencia principal. Este movimiento amplió su terreno de 23.470 a 40.500 metros cuadrados, lo que pudo haber influido en su decisión de expandir la construcción.
Además de sus planes inmobiliarios, el excampeón de la UFC enfrenta problemas legales. En noviembre de 2024, un jurado del Tribunal Superior de Dublín falló en su contra en un caso de agresión sexual presentado por la irlandesa Nikita Hand. La demandante recibió una indemnización de USD 260.000, mientras que McGregor deberá cubrir la mayor parte de los costos legales, estimados en más de un millón de euros.
El tribunal escuchó recientemente que McGregor había eliminado las grabaciones de CCTV que estaban en el centro de la disputa legal. Como resultado, el juez Alexander Owens le prohibió divulgar cualquier imagen del caso en redes sociales, luego de que la demandante manifestara temor de que fueran utilizadas en su contra.
El rechazo a su proyecto en Kildare se suma a una lista de desafíos para el peleador, cuya imagen pública ha quedado expuesta por batallas legales y controversias fuera del octágono. Con la opción de apelar el fallo urbanístico, aún está por verse si McGregor logrará construir su mansión soñada o si deberá modificar sus planes para obtener el visto bueno del condado.