El nuevo secretario de Defensa de Estados Unidos, Pete Hegseth, reafirmó el jueves el compromiso de Washington con su alianza militar con Corea del Sur durante una conversación telefónica con el ministro interino de Defensa surcoreano, Kim Seon-ho, en un contexto de incertidumbre tras el regreso de Donald Trump a la Casa Blanca.
Ambos funcionarios destacaron que la cooperación en defensa fue el pilar central de la estabilidad en la península de Corea durante los últimos 70 años, según un comunicado del Ministerio de Defensa Nacional de Corea del Sur.
Hegseth subrayó el compromiso “férreo” de Estados Unidos con la seguridad surcoreana y enfatizó la importancia de fortalecer la cooperación ante los avances armamentísticos de Corea del Norte.
La conversación entre Hegseth y Kim ocurrió dos días después de que Pyongyang anunciara que su líder, Kim Jong-un, visitó una planta de enriquecimiento de uranio destinada a la producción de combustible para armas nucleares, asegurando que la confrontación con naciones hostiles “es inevitable”.
En una inspección a la instalación nuclear, Kim afirmó que 2025 será un año crucial para el fortalecimiento de las fuerzas nucleares del país.
“Es nuestra firme postura política y militar y nuestra invariable y noble tarea y deber desarrollar la postura de contraataque nuclear del Estado indefinidamente”, declaró el líder norcoreano, según la agencia estatal KCNA.
El anuncio se produjo tras la primera prueba armamentística del régimen norcoreano desde el regreso de Trump al poder. El sábado, Corea del Norte lanzó misiles de crucero guiados estratégicos mar-superficie, lo que ha incrementado las tensiones en la región.
Pyongyang sostiene que su programa nuclear es una respuesta a las amenazas de Estados Unidos y sus aliados, incluida Corea del Sur, con quien sigue técnicamente en guerra desde el conflicto de 1950-1953, que finalizó con un armisticio y no con un tratado de paz.
Hegseth y Kim también expresaron su preocupación por la creciente cooperación militar entre Corea del Norte y Rusia, luego de que Pyongyang suministrara armas a Moscú y enviara unos 11.000 soldados en apoyo a la invasión de Ucrania.
El posible acercamiento entre Trump y Kim Jong-un genera inquietud en Seúl, ya que el mandatario estadounidense ha señalado su intención de retomar el contacto con el líder norcoreano, a quien calificó de “tipo inteligente” en una entrevista la semana pasada.
Existen temores de que Trump pueda excluir a Corea del Sur en futuras negociaciones con Pyongyang, afectando los intereses estratégicos de la región.
Corea del Norte considera que los ejercicios militares conjuntos entre Estados Unidos y Corea del Sur son ensayos de invasión, mientras que Washington y Seúl han insistido en que son maniobras defensivas. En los últimos años, ambos países han ampliado el alcance de estas operaciones en respuesta a los avances en el programa nuclear norcoreano.
(Con información de EFE, AFP y AP)