Rebeldes respaldados por Ruanda capturaron gran parte de la ciudad más grande del este de República Democrática del Congo, incluido su aeropuerto, según Naciones Unidas, mientras el presidente de Ruanda se sumaba el miércoles a las peticiones de un alto al fuego en un conflicto que lleva décadas en marcha.
Gran parte de la asediada ciudad de Goma estaba tranquila la mañana del miércoles, después de un día en el que miles de personas que huían se refugiaron al borde de las carreteras mientras los misiles volaban y los heridos acudían en masa a hospitales desbordados.
Aunque las fuerzas gubernamentales aún controlan zonas de Goma, residentes que hablaron el martes con The Associated Press por teléfono dijeron que el grupo rebelde M23 controlaba gran parte de la ciudad.
El M23, que afirmó haber tomado la ciudad el lunes después de un avance de varias semanas, es uno de los aproximadamente 100 grupos armados que luchan por el control del este del Congo, rico en minerales. El conflicto se intensificó con la ofensiva de los rebeldes sobre Goma, que dejó cuerpos en las calles y obligó a cientos de miles de personas ya desplazadas a huir una vez más.
Después de enfrentarse con las fuerzas gubernamentales, los rebeldes tomaron el control del aeropuerto, dijo el portavoz de la ONU, Stephane Dujarric, en una conferencia de prensa el martes en la que advirtió del “riesgo de un colapso del orden público en la ciudad dada la proliferación de armas”.
Mientras los rebeldes consolidaban el control sobre la ciudad, cientos de mercenarios militares extranjeros cruzaron a Ruanda desde Goma tras rendirse a las Naciones Unidas,
Los hospitales de Goma están desbordados y han atendido al menos a 760 heridos, según fuentes médicas. El número exacto de muertos sigue sin estar claro, ya que muchas víctimas se producen fuera de las instalaciones médicas.
El presidente de Ruanda, Paul Kagame, dijo en X que habló con el secretario de Estado de Estados Unidos, Marco Rubio, sobre “la necesidad de asegurar un alto al fuego y abordar las causas raíz del conflicto de una vez por todas”.
Su gobierno niega apoyar a M23, a pesar de los informes de expertos de la ONU que estiman que hay hasta 4.000 soldados ruandeses en República Democrática del Congo. Ruanda ha acusado al país vecino de reclutar a rebeldes hutus y ex milicianos a los que culpa por el genocidio de 1994.
El ministro de Exteriores de Ruanda, Olivier Nduhungirehe, dijo a The Associated Press que el presidente congoleño, Félix Tshisekedi “tendrá que aceptar conversaciones con M23” para poner fin al conflicto.
El M23, compuesto principalmente por miembros de etnia tutsi, ha dicho a la AP que planea establecer un gobierno en la ciudad para que la gente pueda continuar con su vida normal y los desplazados puedan regresar a casa.
Los analistas han advertido que asegurar una retirada rebelde podría ser más difícil que en 2012, cuando M23 capturó Goma por primera vez pero se retiró después de días.
Murithi Mutiga, director del programa para África en el Crisis Group, dijo el grupo ha sido alentado por Ruanda, que siente que Congo está ignorando sus intereses en la región y le acusa de no cumplir los términos de acuerdos de paz previos.
“Anteriormente (el M23) exigía claramente su integración en el ejército de la RDC y una mayor participación en el proceso político”, afirmó por su parte Darren Davids, analista de Economist Intelligence Unit. Pero ahora, dijo, “parece que el M23, con la ayuda de Ruanda, tiene la intención de mantener el control de Goma y, más concretamente, de las rutas de la cadena de suministro en Kivu Norte”.
Los rebeldes podrían utilizar Goma como moneda de cambio, reforzando su posición en posibles negociaciones con el Congo.
(Con información de AP)