La gimnasta olímpica Levi Jung-Ruivivar, de 18 años, ha decidido dar un paso atrás en su carrera deportiva y académica para enfocarse en la recuperación de un trastorno alimentario. En un anuncio realizado el miércoles 22 de enero a través de su cuenta de Instagram, la atleta, quien compite por la Universidad de Stanford y representa a Filipinas en el ámbito internacional, compartió que tomará una licencia temporal de sus actividades para recibir tratamiento. Según detalló, esta decisión busca detener el impacto negativo que el trastorno ha tenido en su bienestar físico y mental.
Jung-Ruivivar explicó que su tiempo en Stanford había sido una experiencia enriquecedora, tanto en lo académico como en lo deportivo, pero que el trastorno alimentario estaba interfiriendo con su capacidad de disfrutar plenamente de estas áreas de su vida. En su mensaje, la gimnasta expresó: “Mi tiempo en Stanford ha sido todo lo que soñé y más. Me encanta la gimnasia y la escuela, y ambas cosas me han ido bien, sin embargo, sentí que el trastorno estaba afectando mi capacidad de disfrutar plenamente de estos aspectos de mi vida; estaba quitando una gran cantidad de mi energía mental y física de las cosas que aprecio”.
La atleta, quien debutó en los Juegos Olímpicos de París 2024 representando a Filipinas, también compartió que esta no es la primera vez que enfrenta este tipo de desafíos. Según reportó el New York Post, Jung-Ruivivar mencionó que había lidiado con un trastorno alimentario antes de su etapa en la Academia Mundial de Gimnasia Olímpica (WOGA) y Stanford. Sin embargo, decidió buscar ayuda profesional al notar que el problema estaba afectando su rendimiento y su calidad de vida.
En su publicación, Jung-Ruivivar reconoció que compartir su experiencia públicamente no fue una decisión fácil. La gimnasta admitió haber sentido “mucha inquietud” al revelar su lucha con el trastorno alimentario, ya que incluso algunas personas cercanas a ella desconocían la situación. No obstante, decidió hacerlo con el objetivo de ser honesta con quienes la apoyan y de ayudar a otros que puedan estar enfrentando problemas similares.
“Primero, quiero ser extremadamente honesta con todas las personas que forman parte de mi recorrido. Segundo, creo que al ser transparente puedo minimizar la vergüenza que siento al respecto. Tercero, quiero ser una voz para cualquier persona que pueda estar luchando con un trastorno alimentario, no estás sola”, expresó Jung-Ruivivar.
La gimnasta también aprovechó para educar a sus seguidores sobre los trastornos alimentarios, destacando que existen diferentes tipos y niveles de gravedad, pero que todos tienen un impacto significativo en la mente y el cuerpo. “Como atleta de élite, sentí que era vital detener el daño que estaba causando a mi cuerpo y mente buscando ayuda”, agregó.
Tras su anuncio, Jung-Ruivivar recibió una ola de apoyo tanto de la comunidad de gimnasia como de su entorno académico. La Universidad de Stanford expresó su respaldo a través de un mensaje en la plataforma X (anteriormente Twitter): “Apoyándote en cada paso del camino”. Además, el equipo de gimnasia de Stanford comentó en su publicación de Instagram: “Siempre serás parte de la familia SWG. ¡Estamos muy orgullosos de ti!”.
Compañeras gimnastas también se unieron al mensaje de aliento. La atleta olímpica estadounidense Hezly Rivera comentó: “Te amo Levi”, mientras que Skye Blakely, quien sufrió una lesión en el tendón de Aquiles antes de las pruebas por equipos de Estados Unidos, dejó un texto de apoyo con emojis de corazones. Por su parte, USA Gymnastics elogió la valentía de Jung-Ruivivar al compartir su historia, destacando que su honestidad podría inspirar a otros.
Según datos de la Asociación Nacional de Trastornos Alimentarios citados por el New York Post, aproximadamente el 9% de la población estadounidense experimentará un trastorno alimentario en algún momento de su vida. Estos trastornos no solo tienen consecuencias físicas, sino que también afectan profundamente la salud mental y emocional de quienes los padecen.
En su mensaje, Jung-Ruivivar expresó su gratitud hacia su familia, amigos, entrenadores y personal médico por el apoyo recibido durante este proceso. “Estoy sorprendida por la cantidad de personas que me han apoyado y estaré eternamente agradecida. Espero poder disfrutar de todo esto y mucho más a medida que supere mi trastorno alimentario”, concluyó.
Su mensaje final en Instagram reflejó optimismo y determinación: “El crecimiento no siempre es visible, pero está sucediendo. Brindemos por abrazar el viaje”.