Rusia lanzó un ataque masivo contra Ucrania con 99 drones durante la noche del martes, del cual 65 fueron derribados y otros 30 desaparecieron de los radares sin alcanzar sus objetivos, según informó el miércoles la Fuerza Aérea ucraniana, en medio de una renovada ofensiva terrestre en el frente oriental.
El ataque aéreo, que se produjo desde seis direcciones diferentes incluyendo Crimea y territorio ruso, causó daños significativos en seis regiones del país, afectando instalaciones industriales, edificios residenciales e infraestructura crítica, según informaron las autoridades militares.
En la ciudad sureña de Mykolaiv, dos personas resultaron heridas, incluyendo una mujer de 74 años que se encuentra en estado crítico, según informó el gobernador Vitalii Kim. El alcalde de la ciudad describió una noche de terror mientras los drones iraníes Shahed impactaban contra edificios de apartamentos.
“Estamos evacuando a la población. Estamos organizando comidas calientes y mantas para los residentes”, informó el alcalde Senkevych, quien confirmó que una casa privada fue destruida y que hay daños en una instalación de infraestructura.
Los servicios de emergencia también difundieron videos que muestran a trabajadores combatiendo incendios y removiendo escombros en Sumy, al norte del país, donde el ataque con drones dañó varias casas en un sector residencial. El alcalde en funciones, Artem Kobzar, informó que se desplegará un cuartel general de respuesta a emergencias para atender la situación.
En Kiev, la capital, la defensa aérea trabajó intensamente durante la noche. Los restos de un dron derribado cayeron en un estanque en el distrito de Dnipro, sin causar víctimas, según informó la Administración Militar de la ciudad.
Las unidades de defensa aérea operaron en diez regiones diferentes: Poltava, Sumy, Kharkiv, Cherkasy, Chernihiv, Kiev, Khmelnytskyi, Dnipropetrovsk, Mykolaiv y Odesa, evidenciando la amplitud del ataque ruso.
Avances rusos en el este
Mientras la guerra aérea continuaba, Rusia reivindicó la captura de la aldea de Zapadne, en la región de Kharkiv, marcando un nuevo avance en la zona del río Oskil. Este progreso es significativo ya que las fuerzas rusas lograron establecer una cabeza de puente al cruzar el Oskil, un río que había servido como barrera natural entre las posiciones de ambos bandos.
Las fuerzas rusas se encuentran ahora a pocos kilómetros de Kupiansk, un importante bastión ucraniano que antes del conflicto tenía 25.000 habitantes. La caída de esta ciudad representaría un importante golpe para las fuerzas ucranianas en la región.
En otro frente crítico, el ejército ruso está presionando cerca de Pokrovsk, un centro logístico militar y de industria carbonífera vital para las operaciones ucranianas. Las tropas del Kremlin también avanzan hacia la región de Dnipropetrovsk, en lo que podría ser un punto de inflexión del conflicto, ya que sería la primera vez que las fuerzas rusas penetran en esta región desde el inicio de la invasión en febrero de 2022.
Los intensos ataques y avances rusos se producen en un momento de incertidumbre sobre el futuro del apoyo occidental a Ucrania. El presidente Donald Trump, quien asumió el lunes su segundo mandato como presidente de Estados Unidos, expresó su intención de poner fin rápidamente al conflicto, aunque no ha especificado cómo planea lograrlo.
La intensificación de los ataques con drones por parte de Rusia en los últimos meses sugiere un cambio en la estrategia militar de Moscú. Según expertos militares, estos ataques buscan no solo causar daño físico sino también desgastar la moral de la población civil y las defensas aéreas ucranianas.