El adolescente británico que había negado ser el asesino de tres niñas seguidoras de Taylor Swift ahora se declaró culpable

El adolescente británico, Axel Rudakubana, se declaró culpable de asesinar a tres niñas en un baile temático de Taylor Swift el pasado mes de julio, uno de los crímenes más espeluznantes de este siglo en el Reino Unido al que siguieron días de disturbios en todo el país.

En el que iba a ser el primer día de su juicio en el Tribunal de la Corona de Liverpool, Axel Rudakubana, de 18 años, sorprendió al juez, a los fiscales y a la policía al cambiar su declaración a culpable y admitir que llevó a cabo los asesinatos en la localidad de Southport, en el norte de Inglaterra, el pasado mes de julio.

También se declaró culpable de 10 cargos de intento de asesinato relacionados con el atentado, así como de la producción del veneno mortal ricina y de la posesión de un manual de entrenamiento de Al Qaeda.

“Está claro que se trataba de un joven con un interés enfermizo y sostenido por la muerte y la violencia. No ha dado muestras de remordimiento”, declaró Ursula Doyle, de la Fiscalía de la Corona británica. “Ha sido un atentado incalificable, que ha dejado una huella imborrable en nuestra comunidad y en la nación por su salvajismo y falta de sentido”.

Rudakubana, que tenía 17 años en el momento del incidente, se negó inicialmente a hablar cuando se le pidió que confirmara su nombre el lunes, como había hecho en todas las vistas anteriores, por lo que en diciembre se presentaron en su nombre declaraciones de “no culpable”.

Pero, tras consultar con su abogado, confirmó que deseaba cambiar esas declaraciones.

Admitió haber asesinado a Bebe King, de 6 años, Elsie Dot Stancombe, de 7, y Alice Dasilva Aguiar, de 9, que se encontraban en un acto celebrado para niños en las vacaciones de verano.

Doyle dijo que había llevado a cabo un “alboroto meticulosamente planeado” mientras los despreocupados e inocentes niños disfrutaban de un taller de baile y hacían pulseras de la amistad, convirtiéndolo en una “escena del horror más oscuro”.

El juez Julian Goose dijo que sentenciaría a Rudakubana el jueves y que la cadena perpetua es inevitable.

Las familias de las víctimas no estuvieron presentes, ya que no se esperaba que la acusación comenzara hasta el martes, pero Doyle declaró que los alegatos les habían evitado el calvario de un juicio.

Rudakubana, de origen británico, fue detenido poco después del atentado en la tranquila localidad costera situada al norte de la ciudad de Liverpool. A pesar del descubrimiento del manual de Al Qaeda, la policía ha declarado que el incidente no se está tratando como relacionado con el terrorismo, y se desconoce su móvil.

Tras los asesinatos, se produjeron grandes disturbios en Southport después de que se difundieran en las redes sociales noticias falsas de que el presunto asesino era un inmigrante islamista radical.

Los disturbios se extendieron por toda Gran Bretaña con ataques a mezquitas y hoteles en los que se alojaban solicitantes de asilo, y el Primer Ministro, Keir Starmer, atribuyó los disturbios a matones de extrema derecha. Más de 1.500 personas fueron detenidas.

The Guardian informó de que Rudakubana, hijo de cristianos devotos que se habían trasladado a Gran Bretaña desde Ruanda, había sido remitido tres veces a Prevent, el programa gubernamental que pretende contrarrestar la radicalización.

La primera vez fue porque se temía que estuviera consultando material en Internet sobre matanzas en escuelas de Estados Unidos, y después porque estaba buscando información sobre atentados terroristas del pasado. Sin embargo, se consideró que, aunque su comportamiento era preocupante, no constituía un riesgo terrorista, según el periódico.

El Ministerio del Interior británico no ha hecho ningún comentario al respecto.

Tras el horror que suscitaron sus crímenes, el rey Carlos visitó Southport para reunirse con los niños supervivientes y sus familias, mientras que el hijo del monarca, el príncipe Guillermo, y su esposa Kate también viajaron allí para reunirse con las familias en duelo.

La propia Swift también expresó su horror ante el incidente. “Eran sólo unos niños en una clase de baile. No sé cómo transmitir mis condolencias a estas familias”, declaró.

(Con información de Reuters)