Un reciente informe del Instituto de Ciencia y Seguridad Internacional, con sede en Estados Unidos, reveló cómo Corea del Norte logró adquirir un horno de vacío, una pieza clave en la producción de ojivas nucleares, a través de una sofisticada operación de contrabando que involucró tres países.
Según el documento, el equipo fue enviado desde España con documentación aparentemente legítima que especificaba su función. Sin embargo, las autoridades de México, Sudáfrica y China no detectaron las irregularidades, lo que permitió que el horno llegara a territorio norcoreano. Esta herramienta, clasificada como de “doble uso” por las sanciones de la ONU, tiene aplicaciones civiles, pero también es esencial en la producción de uranio enriquecido para armas nucleares.
“Este tipo de horno es un elemento fundamental en un programa nuclear que utiliza uranio apto para armas, como el de Corea del Norte”, explicó David Albright, físico y ex inspector del Organismo Internacional de Energía Atómica, en el informe.
Albright también advirtió que el régimen de Kim Jong-un está expandiendo sus capacidades de enriquecimiento de uranio, lo que hace que este horno sea aún más crucial para su programa armamentístico.
Ruta de contrabando
El horno de vacío inició su trayecto en México, donde se le asignó un nuevo código en el sistema internacional de etiquetado de mercancías y fue clasificado como maquinaria genérica. Posteriormente, fue enviado a Sudáfrica, donde fue etiquetado como chatarra, y finalmente llegó a China, desde donde se dirigió a Corea del Norte.
El medio The Time aseguró que pese a las sanciones adoptadas por el Consejo de Seguridad de la ONU, China ha mostrado laxitud en su aplicación, especialmente a medida que sus relaciones con Occidente se deterioran.
El informe advierte que cualquier exportación hacia China que pueda tener fines militares debe considerarse sospechosa.
Más allá del contrabando
La adquisición de este horno no es el único ejemplo de cómo Corea del Norte financia y fortalece su programa nuclear. Según Estados Unidos, Japón y Corea del Sur, piratas informáticos norcoreanos robaron más de 600 millones de dólares en criptomonedas durante 2023. Este dinero también estaría siendo canalizado hacia el desarrollo de armas de destrucción masiva y misiles balísticos.
En un comunicado conjunto, los tres países destacaron que los ciberataques norcoreanos representan una amenaza seria para la seguridad internacional y el sistema financiero global. Además, alertaron sobre la creciente presencia de trabajadores de TI norcoreanos en el extranjero, quienes se hacen pasar por ciudadanos de otras nacionalidades para obtener empleo remoto en empresas internacionales.
Aunque las sanciones de la ONU obligan a repatriar a los trabajadores norcoreanos en el extranjero, se estima que al menos 10.000 expertos en informática permanecen activos fuera del país. Según los informes, gran parte de sus ingresos se destina al gobierno de Kim Jong-un, lo que refuerza sus reservas de divisas.