Las fuerzas rusas están redoblando sus ataques en la región ucraniana de Donetsk, en el este del país, y tienen ahora a la ciudad de Velika Novosilka, según la última evaluación del Ministerio de Defensa británico publicada este domingo.
“En el centro de la región de Donetsk, las fuerzas rusas han ejercido una presión cada vez mayor sobre la ciudad de Velyka Novosilka”, indicó la Inteligencia militar británica en un comunicado publicado en la red social X.
Londres recuerda que “hasta enero de 2025, las fuerzas rusas han avanzado hacia el norte para apoderarse de las poblaciones de Neskuchne y Vremivka, esta última situada inmediatamente al oeste de la ciudad”.
Velika Novosilka ha estado en primera línea desde que Rusia lanzó su invasión de Ucrania. Moscú, recuerda el Ministerio de Defensa británico, fracasó en sus intentos de apoderarse de la ciudad en el verano de 2022, y Ucrania empujó a las fuerzas rusas hacia el sur en 2023.
Ahora “los avances de Rusia en este eje se producen después de que se apoderara de otras ciudades al este, en particular Vuhledar en octubre de 2024 y Kurajove a principios de enero de 2025”, remacha el comunicado.
Nuevo ataque
La ciudad de Zaporizhzhia sufrió un ataque que causó este sábado importantes daños en la catedral de San Andrés, perteneciente a la Iglesia ortodoxa de Ucrania (antiguamente del Patriarcado de Moscú), una de las mayores organizaciones religiosas del país con lazos históricos con la Iglesia ortodoxa rusa.
“La catedral ha sido alcanzada por una onda expansiva, que ha causado daños en su exterior e interior”, declaró el sacerdote Yaroslav Popov a la emisora pública ucraniana ‘Suspilne’ tras el ataque con dos misiles balísticos que mató a una persona e hirió al menos a diez, según el balance provisional de las autoridades locales.
“El techo se derrumbó. La decoración de la catedral, los iconos, también han sufrido daños importantes”, abundó Popov.
Las imágenes del lugar mostraban grandes daños en el techo y a sacerdotes y feligreses que retiraban grandes montones de escombros del interior de la iglesia mientras buscaban artefactos religiosos debajo.
Una persona estaba dentro en el momento de la explosión, pero no sufrió heridas.
La onda expansiva también destruyó la mayoría de las ventanas de la iglesia y dañó su cúpula.
En total, más de 630 iglesias han sido destruidas o dañadas desde el comienzo de la invasión rusa y más de 40 sacerdotes han muerto, según datos oficiales revelados el lunes.
En concreto, 14 sacerdotes de la Iglesia ortodoxa vinculada a Rusia fueron asesinados, más de 100 de sus iglesias fueron destruidas y casi 200 sufrieron daños, según Viktor Yelenski, Jefe del Servicio Estatal de Ucrania para la Etnopolítica y la Libertad de Conciencia.
“Mientras la Federación Rusa declara su deseo de proteger a la Iglesia ortodoxa ucraniana (con lazos históricos con Moscú), es la Iglesia la que debe ser protegida de Rusia”, subrayó.
El pasado agosto, el Parlamento ucraniano aprobó una ley que prohíbe las organizaciones religiosas afiliadas a la Iglesia ortodoxa rusa.
En última instancia, podría llevar al cierre de las parroquias de la Iglesia ortodoxa ucraniana (antes del Patriarcado de Moscú) que no puedan demostrar que ya no tienen ningún vínculo con Moscú.
La ley recibió el apoyo de la mayoría de los ucranianos, pero causó indignación en el Kremlin y dentro de la Iglesia ortodoxa rusa, cuyo Patriarca Kirill ha apoyado activamente la invasión de Ucrania.
(Con información de EP y EFE)