El presidente taiwanés, Lai Ching-te, dijo este viernes que confía en profundizar la relación con Estados Unidos bajo la administración de Donald Trump después de la llamada mantenida la víspera con el presidente de la Cámara de Representantes, el republicano Mike Johnson.
Aunque como la mayoría de países del mundo no mantiene relaciones diplomáticas oficiales con Taiwán, Estados Unidos es el principal apoyo y suministrador de armas de esta isla reivindicada por Pekín.
Pero durante la campaña, el presidente electo insinuó que Taiwán debería pagar a Estados Unidos por defenderla y acusó a la isla de estarles robando la industria de semiconductores.
“Taiwán está confiado en que continuará profundizando la cooperación con el nuevo gobierno para resistir la expansión autoritaria y crear prosperidad y desarrollo para los dos países”, dijo Lai desde Palaos, una pequeña nación insular del Pacífico.
El dirigente taiwanés cierra en este archipiélago su primer viaje internacional desde su nombramiento en mayo por los tres últimos países de la región que reconocen a Taipéi.
También hizo paradas en los territorios estadounidenses de Hawaii y la isla de Guam, recibidas con malestar desde Pekín, que se opone a cualquier contacto internacional de las autoridades de Taipéi.
Tras la llamada entre Lai y Johnson durante su visita a Guam, China urgió a Estados Unidos a “parar de enviar señales equivocadas” y advirtió del “grave daño que los actos separatistas de independencia de Taiwán presentan para la paz y la seguridad” en la zona.
Aunque China y Taiwán se gobiernan separadamente desde 1949, Pekín reclama la isla como parte de su territorio y en los últimos años incrementó la presión militar, diplomática y económica sobre ella.
Taiwán pidió al régimen de China no “levantar los puños” ante posibles maniobras militares de Pekín
Lai instó este viernes a China a “abrir las manos en lugar de levantar los puños”, en referencia al posible lanzamiento, por parte de Pekín, de una nueva oleada de maniobras militares en torno a la isla en los próximos días.
En declaraciones a los medios de comunicación en Palau, su última parada del Pacífico, Lai manifestó que el equipo de seguridad nacional de Taiwán mantiene “una estrecha coordinación y cooperación” con sus aliados, compartiendo el objetivo común de “garantizar la seguridad y estabilidad regionales”.
Respecto a unos eventuales ejercicios militares de China, que serían las terceras en lo que va de año, el mandatario taiwanés subrayó que “es mejor abrir las manos que levantar los puños”, y expresó su deseo de que China vuelva a la “normalidad internacional” y “ponga fin a cualquier acción unilateral” que cause “inquietud” en la región.
“No importa cuántos ejercicios militares realice China, ni cuántos buques de guerra o aviones despliegue para amenazar a sus vecinos, China no ganará el respeto de ningún país”, aseveró Lai, en declaraciones recogidas por la agencia estatal de noticias CNA.
El también líder del gobernante Partido Democrático Progresista (PDP) de Taiwán, una formación de tendencia soberanista, puntualizó que la isla “tiene el derecho y el deber de involucrarse de manera más activa en el mundo y contribuir al bienestar global”, en relación a la polémica suscitada por sus escalas en Hawaii y Guam.
“(Esto) no debería ser visto como una provocación por parte de ningún país autoritario, y la comunidad internacional tampoco respaldará esa interpretación”, zanjó el presidente isleño, quien tiene previsto regresar a Taiwán este viernes por la tarde.
Estas declaraciones se producen el mismo día en que las autoridades de Taiwán detectaron trece buques de la Armada china en las inmediaciones de la isla, la cifra más alta desde el pasado 14 de octubre, cuando Pekín lanzó sus últimas maniobras a gran escala en torno a este territorio.
(Con información de agencias)