Miles de personas se manifestaron este domingo en París para mostrar su apoyo a las protestas que se vienen desarrollando desde hace cinco meses en Irán y reclamar un cambio de régimen que permita su democratización.
La marcha, organizada por el Consejo Nacional de Resistencia de Irán (CNRI) que lidera por Maryam Rajavi, sirvió también para reclamar a la Unión Europea (UE) que incluya en su lista de organizaciones terroristas a la Guardia Revolucionaria (CGRI, también llamados Pasdarán), organismo paramilitar que depende directamente del líder supremo Alí Khamenei, no del Gobierno.
“Los Guardia Revolucionaria debe ser incluida en la lista de organizaciones terroristas designadas por la Unión Europea”, declaró Rajavi, presidenta electa del NCRI, ante varios miles de personas.
“La valiente juventud tiene derecho a defenderse de la Guardia Revolucionaria, de los agentes encubiertos y de la andanada de balas que les atraviesan los ojos, la cabeza y el corazón”.
La concentración del domingo en París siguió a otra similar celebrada el sábado por iraníes afincados en Europa, pretendía poner de relieve el papel de los CGRI en la represión de los manifestantes, pero también sus actividades fuera de Irán.
“Será una revolución (...) Los jóvenes saben que no hay futuro bajo este régimen. Dicen que es mejor morir en las calles que vivir en este país con este régimen”, declaró a Reuters Ela Zabihi, profesora universitaria en Londres.
Los 10.000 participantes en el desfile, según los organizadores, en su inmensa mayoría iraníes en el exilio, recibieron el apoyo de algunas personalidades políticas extranjeras que no ocupan actualmente posiciones ejecutivas de alto nivel.
Estuvieron, en particular, el eurodiputado y antiguo primer ministro belga, Guy Verhofstadt, el antiguo presidente de la Cámara de los Comunes del Reino Unido, John Bercow, o la ex candidata ecologista a la presidencia de Colombia Ingrid Betancourt.
Los manifestantes, en sus pancartas y en sus proclamas, reclamaron libertad, democracia y un régimen que, entre otras cosas, garantice la igualdad entre hombres y mujeres.
Rajavi insistió en que “no es momento de mantener relaciones constructivas con un régimen que perpetúa atrocidades mediante ejecuciones y masacres”.
“Por el contrario -añadió- es imperativo presentar disculpas sinceras al pueblo de Irán por el apoyo prestado en el pasado a la tiranía religiosa”.
Massud Kiani, representante para la UE de la Unión de Asociaciones por un Irán Libre, señaló a Efe que esta movilización pretende mostrar “apoyo al pueblo iraní en su lucha por la democracia y la libertad” y “decir a al mundo que el pueblo iraní quiere un cambio de régimen, democracia, derechos humanos como todo el mundo aquí en Europa”.
Irán vive una sucesión de protestas desde la muerte el 16 de septiembre de Mahsa Amini tras ser detenida tres días antes por la Policía de la moral por llevar mal puesto el velo islámico, unas movilizaciones en las que se pide el fin de la República Islámica.
Teherán lleva desde septiembre aplicando una violenta represión contra los manifestantes, que incluye ejecuciones, y también ha detenido a decenas de ciudadanos europeos. La UE se ha mostrado cada vez más crítica con sus acciones.
Los lazos entre los miembros de la UE y Teherán también se han deteriorado en los últimos meses, al estancarse los esfuerzos por reactivar las conversaciones sobre el programa nuclear iraní y porque Irán ha transferido aviones no tripulados a Rusia para ayudarle en su guerra contra Ucrania.
Mientras que algunos Estados miembros de la UE y el Parlamento Europeo han presionado para que se incluya en la lista de organizaciones terroristas a la Guardia Revolucionaria, otros se han mostrado más cautelosos por temor a que ello pudiera llevar a una ruptura total de los lazos con Irán, perjudicando cualquier posibilidad de reactivar las conversaciones nucleares y poniendo en peligro cualquier esperanza de conseguir la liberación de sus nacionales.
La designación de la Guardia Revolucionaria como grupo terrorista supondría que pertenecer a ellos, asistir a sus reuniones y llevar su logotipo en público se convertiría en delito.
Creados tras la Revolución Islámica de 1979 para proteger el sistema de gobierno clerical chií, los Cuerpos de la Guardia Revolucionaria ejercen una gran influencia en el país, controlan amplios sectores de la economía y las fuerzas armadas y están a cargo de los programas nuclear y de misiles balísticos de Irán.
Con información de EFE y Reuters
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