Del “Caníbal de la Guerrero” al “Monstruo de Toluca”: un asesino serial vuelve a causar terror en México

Tras revelarse el estremecedor caso del Monstruo de Toluca, un asesino serial que recientemente se burló de las autoridades y advirtió que seguiría matando mujeres, Infobae recopiló información para recordar a algunos homicidas que se dedican a atrapar a sus víctimas y cometer su delito.

El miedo cundió en Toluca, Estado de México, ya que Óscar García Guzmán, mejor conocido como el Monstruo de Toluca, mató a su novia de nombre Jessica y a otras mujeres.

En el hogar del agresor, ubicado en Ponciano Díaz 136, colonia Villa Santín, autoridades ministeriales se encontraron con un terrible hallazgo. En la cisterna estaban los restos de dos mujeres y en el patio también estaba el cuerpo de una víctimas más.

Jessica fue hallada también en el baño de esa vivienda, tras ser asfixiada. El pasado 4 de diciembre este “monstruo” puso a temblar a las damas de su región, ya que advirtió, por medio de algunos mensajes, que sino le regresaban a sus mascotas (tres perros y un gato) seguiría cazando mujeres. La tarde del pasado 6 de diciembre fue capturado.

Como resultado de algún trastorno o problema psicológico, los asesinos seriales terminan con la vida de sus víctimas por placer. Un asesino en serie realiza tres o más homicidios en un periodo de tiempo que ellos determinan y con un lapso de enfriamiento entre cada asesinato.

El primer ejemplo en la lista de este tipo de homicidas es el “Caníbal de la Guerrero”, quien escondía los restos de sus víctimas en el refrigerador.

José Luis Calva Zepeda fue detenido el pasado 8 de octubre de 2007, luego de haber asesinado a varias mujeres.

Adoptó el apodo del Caníbal de la Guerrero, pues en el momento de su detención, un grupo de oficiales encontraron un sartén con trozos de carne frita y los restos de una mujer.

Calva Zepeda habría asesinado a su novia, Alejandra Galeana. Su torso fue descubierto en el clóset de su hogar, ubicado en la calle Mosqueta 198, en la colonia Guerrero.

Las piernas y un brazo fueron localizados en el interior del refrigerador y el otro brazo en la cocina, donde guisaba carne humana.

No solamente las mujeres son las protagonistas en estas aterradoras noticias, el llamado “Sádico” o “Asesino del arcoíris” se enfocó en asesinar a homosexuales.

Raúl Osiel Marroquín cometió crímenes contra varias de sus víctimas, a quienes colocaba una bolsa de plástico para asfixiarlas o los ahorcaba con sus propias manos.

Por la manera en que el “Sádico” secuestraba a los homosexuales, luego los descuartizaba y finalmente los colocaba en maletas que abandonaba en diferentes sitios de la Ciudad de México, las autoridades revelaron que era homofóbico.

Personas de la tercera edad también dejaron de existir gracias a la habilidad de Juana Dayanara Barraza Samperio, quien con instrumentos médicos y la promesa de ayudar engañaba a sus víctimas.

“La Mataviejitas” fue arrestada en el 2006, tras estrangular a una mujer de 89 años de edad con un estetoscopio.

Se presume que Barraza Samperio arrebató la vida de al menos 40 mujeres, aunque las autoridades solamente pudieron constatar 17.

Mario Alcalá Canchola, el “Jack Mexicano”, fue un criminal que mataba a sexoservidoras. El resultado, según autoridades, es de 12 casos hasta el momento.

En 1962 fue condenado a 60 años de prisión y el día de su captura, el 19 de septiembre del mismo año, fue famoso en esa época, ya que era un imitador y fiel admirador de “Jack el Destripador”.

Su último crimen lo ejecutó contra una prostituta, llamada Julia, quien fue hallada en la habitación de un hotel, ubicado en la calle Mosqueta, en la colonia Guerrero.

La dinámica de este homicida era llevar a las mujeres a los hoteles, golpearlas brutalmente y estrangularlas.

Gregorio "El Goyo” Cárdenas es otro más de la lista. En los años 40, este hombre fue culpado de haberle quitado la vida a al menos cuatro mujeres, en su mayoría sexoservidoras.

Su caso fue muy sonado porque escapó del manicomio La Castañeda y al ser encarcelado en Lecunberri se aprendió el Código Penal y convirtió en abogado. Goyo asfixiaba a sus víctimas y las enterraba en el patio de su hogar.

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