En un contexto global cada vez más afectado por fenómenos meteorológicos extremos, la meteorología se convirtió en una de las disciplinas clave para afrontar los retos del cambio climático.
Retos como los descriptos esta semana en un nuevo informe publicado por la Organización Meteorológica Mundial (OMM) y Climate Central reveló que el cambio climático alcanzó niveles sin precedentes en los últimos meses. Entre diciembre de 2024 y febrero de 2025, el aumento de la temperatura media global superó por primera vez los 1,5 ºC respecto a la era preindustrial, lo que convierte a 2024 en el año más cálido de los últimos 175 años.
Hoy 23 de marzo, en conmemoración del Día Meteorológico Mundial, se subraya la importancia de la cooperación internacional y la evolución de las ciencias meteorológicas para mejorar la predicción y la adaptación frente a los efectos adversos del clima.
Este día rememora la creación de la Organización Meteorológica Mundial (OMM), una agencia especializada de la ONU, y destaca la vital contribución de los Servicios Meteorológicos e Hidrológicos Nacionales (SMHN) a la seguridad global, un aspecto cada vez más relevante debido a la aceleración de los cambios climáticos.
Este año, el lema elegido para el Día Meteorológico Mundial, “Cerrando juntos la brecha de la alerta temprana”, hace referencia a la creciente necesidad de mejorar las predicciones sobre eventos extremos como huracanes, sequías e inundaciones. Aunque la meteorología avanzó considerablemente desde la fundación de la OMM en 1950, cuando las predicciones apenas podían realizarse con 24 horas de antelación, los desafíos actuales requieren nuevas innovaciones.
La inteligencia artificial, por ejemplo, comenzó a mostrar su potencial para revolucionar los pronósticos meteorológicos, lo que podría ser un avance crucial para salvar vidas y reducir los daños materiales.
La conmemoración de este día, además, coincide con el 152º aniversario de la fundación de la Organización Meteorológica Internacional (OIM), predecesora de la OMM, que hoy formalmente cumple 75 años. A lo largo de su historia, la OMM fue fundamental para promover el intercambio de información meteorológica entre naciones, una cooperación internacional esencial para poder anticiparse a fenómenos climáticos y tomar decisiones informadas.
“El ciclo hidrometeorológico no distingue fronteras nacionales o políticas, por lo que la cooperación entre países es indispensable, hoy más que nunca”, explica la OMM. En este sentido, la organización no solo desempeña un papel esencial en la predicción de fenómenos meteorológicos, sino también en la evaluación de los efectos del cambio climático, que, según datos recientes, aumentaron la temperatura global más de 1ºC desde 1873.
La mejora en las capacidades de predicción es uno de los logros más notables de la OMM en sus 75 años de existencia. Por ejemplo, la predicción de la trayectoria de huracanes mejoró sustancialmente, con una disminución de más de 300 kilómetros en el error promedio de las trayectorias de tres días desde la década de 1990.
Este avance permitió a los gobiernos y organismos internacionales tomar medidas preventivas con mayor antelación, protegiendo vidas y bienes materiales. La inteligencia artificial, por su parte, está empezando a aportar soluciones más precisas y rápidas al combinar grandes volúmenes de datos con el conocimiento humano, lo que permite mejorar aún más las predicciones meteorológicas.
A medida que el cambio climático acelera, el papel de la OMM se vuelve aún más crucial. Las predicciones precisas son fundamentales no solo para la seguridad de las personas, sino también para la planificación de políticas públicas en relación con el agua, la agricultura y la salud.
Como señala la OMM, el trabajo de la comunidad meteorológica mundial es indispensable para alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), particularmente el ODS 13, que tiene como objetivo tomar medidas urgentes contra el cambio climático. En este sentido, la información generada por la OMM también es clave para ayudar a las naciones a reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y adaptarse a los cambios climáticos.
Un ejemplo claro de cómo la meteorología impacta en la vida cotidiana es el trabajo realizado en el ámbito de la seguridad alimentaria. Las predicciones meteorológicas ayudan a prever sequías o tormentas, lo que permite a los agricultores ajustar sus métodos de producción. Esto tiene un impacto directo en la lucha contra el hambre, ya que las predicciones precisas permiten mejorar la producción alimentaria, contribuyendo al ODS 2 de “Hambre cero”.
Además, la integración de la meteorología con la epidemiología permite gestionar mejor las enfermedades sensibles al clima, como las enfermedades transmitidas por mosquitos, que se ven favorecidas por las variaciones climáticas.
Los sistemas de alerta temprana, que forman parte de los esfuerzos globales coordinados por la OMM, también son fundamentales para minimizar los efectos de los fenómenos meteorológicos extremos. Estos sistemas permiten que las poblaciones vulnerables se preparen para huracanes, tormentas o inundaciones, lo que reduce significativamente la mortalidad y los daños materiales.
De acuerdo con la OMM, “los sistemas de alerta temprana contribuyen a reducir la pobreza porque dan a la población la oportunidad de prepararse y limitar el impacto de los fenómenos meteorológicos extremos”. Esto resalta la conexión directa entre la meteorología y el bienestar social, demostrando cómo la ciencia del clima puede ser un factor decisivo en la reducción de la pobreza y el fortalecimiento de la resiliencia de las comunidades.
La cooperación internacional y la integración de tecnologías innovadoras son elementos clave para enfrentar los desafíos del cambio climático. La OMM continúa promoviendo el intercambio de datos y conocimientos entre países para mejorar los sistemas de alerta temprana y las predicciones climáticas. Esto no solo mejora la seguridad de las naciones, sino que también apoya el desarrollo sostenible a largo plazo.
“El trabajo de la comunidad de la OMM es indispensable para adoptar medidas relacionadas con el clima y alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible en todos los ámbitos”, explica la organización.
A medida que los efectos del cambio climático se intensifican, las organizaciones meteorológicas a nivel mundial tienen un papel más relevante que nunca. La OMM, junto con sus miembros y asociados, trabaja para monitorear el estado del clima y los recursos hídricos, promover el conocimiento sobre el sistema Tierra y emitir alertas para facilitar la adaptación al cambio climático. En este sentido, la organización no solo desempeña una función técnica, sino también una de sensibilización y coordinación global.
Christian Garavaglia, meteorólogo y licenciado en Ciencias de la Atmósfera en la Universidad de Buenos Aires explicó los 4 grandes desafíos que tenemos como sociedad frente al cambio climático.
- 1- Aumentar la ambición y el compromiso de los países para cumplir con el Acuerdo de París, que busca limitar el aumento de la temperatura media global a 1.5 °C con respecto a los niveles preindustriales.
- 2- Impulsar la transición hacia una economía baja en carbono, que aproveche las oportunidades de las energías renovables, la eficiencia energética y la innovación tecnológica.
- 3- Fortalecer la cooperación internacional y la solidaridad, especialmente con los países más pobres y vulnerables, que sufren los mayores impactos del cambio climático y tienen menos recursos para adaptarse.
- 4- Involucrar a todos los actores sociales, desde los gobiernos y las empresas hasta la sociedad civil y los individuos, en la acción climática, fomentando la educación, la concientización y la participación ciudadana.
La cooperación internacional en el ámbito de la meteorología se convierte en una herramienta esencial para alcanzar un futuro más resiliente y sostenible frente al cambio climático.
Un dato anecdótico es que cuando fue fundada la OIM, las emisiones de las actividades humanas e industriales eran ínfimas y no tenían relevancia en la cadena de eventos severos del clima, como sí lo tiene hoy.
El Día Meteorológico Mundial de 2025 subraya, por tanto, la necesidad urgente de actuar ante el cambio climático y resalta cómo las predicciones meteorológicas y los sistemas de alerta temprana son esenciales para afrontar los desafíos de un mundo cada vez más afectado por el cambio climático.
Con 75 años de historia, la OMM continúa siendo una pieza clave en la respuesta global a la crisis climática, proporcionando las herramientas necesarias para mitigar los efectos adversos y adaptarse a un futuro incierto.
