En las tranquilas riberas de los ríos británicos, la rata topera (Arvicola amphibius) alguna vez fue una figura cotidiana del ecosistema. Sin embargo, el pequeño mamífero inmortalizado por la literatura inglesa a través del entrañable personaje de Ratty en El viento en los sauces, enfrenta ahora una alarmante crisis: su población disminuyó en un 94% en el último siglo, colocándola al borde de la extinción. Según un artículo publicado por National Geographic, las ratas toperas son un emblema del paisaje natural británico y una especie clave para la salud del hábitat de humedales, por lo cual requiere de una urgente conservación.
Las ratas toperas ocupan un lugar especial en la cultura británica gracias a su representación en el clásico infantil de Kenneth Grahame (El viento en los sauces). El personaje de Ratty, aunque identificado erróneamente como una rata común, es una rata topera descrita como una criatura tierna y de hábitos acuáticos, con un pelaje marrón oscuro, ojos brillantes, orejas pequeñas y redondeadas. Su inclusión en el libro reflejaba la abundancia de la especie para la época, además de la conexión intrínseca con los paisajes fluviales británicos.
Durante el siglo XX, estos mamíferos formaban parte integral de los humedales, contribuyendo al encanto natural de los ríos y canales. Aunque, el vínculo cultural con las ratas toperas contrasta actualmente con su dramático declive. Mientras los personajes literarios perduran en la memoria, las verdaderas ratas toperas desaparecieron de muchas áreas de Gran Bretaña, una ausencia que refleja las tensiones entre la biodiversidad histórica y las presiones modernas sobre el medio ambiente.
Situación actual de la especie
La situación de las ratas toperas es crítica. De acuerdo con algunos estudios, su población cayó drásticamente desde principios del siglo XX, pasando de ocho millones de ejemplares a niveles que las califican como especie en peligro de extinción en Inglaterra y Gales, además de amenazadas en Escocia. Esta disminución las convirtió en el mamífero de mayor declive en el Reino Unido.
El declive fue impulsado por una combinación de factores; la pérdida de hábitat debido a la expansión urbana, la agricultura intensiva y el cambio climático, así como la contaminación de los cursos de agua. Estas presiones históricas se ven ahora agravadas por la introducción del visón norteamericano, un depredador invasor que representa una amenaza letal para la especie.
Sin embargo, existen esfuerzos significativos para revertir esta tendencia. Desde principios de la década de 2000, se pusieron en marcha programas de reintroducción en regiones donde las ratas toperas habían desaparecido por completo, como Cornualles, el Distrito de los Lagos y el Valle de Glamorgan. En septiembre de 2024, también se liberaron 80 ejemplares criados en cautiverio a lo largo del río Fowey.
Programas de conservación y erradicación del visón americano
Frente a la exponencial debacle de las ratas toperas en Gran Bretaña, los programas de conservación cobraron un papel crucial en su supervivencia. Estos esfuerzos, enfocados en la reintroducción de ejemplares criados en cautiverio y la restauración de hábitats, buscan devolver el equilibrio a ecosistemas que dependen de esta especie clave. Pese a esto, las iniciativas enfrentan un obstáculo mayor: la presencia del visón norteamericano, un depredador introducido que condujo a la rata topera al borde de la extinción.
En algunos lugares, los beneficios de estos programas ya son evidentes. En Malham Tarn, un lago en los Yorkshire Dales, la liberación de un centenar de ratas toperas en 2017 generó cambios significativos en el entorno fluvial. Roisan Black, guardabosques del National Trust, explicó que las orillas antes rectas y artificiales, “ahora presentan charcas naturales y una mayor diversidad de hábitats beneficiosos para invertebrados y peces pequeños”.
Las entidades gubernamentales comenzaron a respaldar estas iniciativas. En marzo de 2024, el gobierno británico destinó 25 millones de libras a la restauración de hábitats para especies emblemáticas, incluidas las ratas toperas. El apoyo financiero resulta vital para enfrentar los desafíos asociados con su conservación a largo plazo.
Asimismo, la erradicación del visón es una condición indispensable para garantizar la recuperación de las ratas toperas. Según Ali Morse, responsable de política de aguas de The Wildlife Trust, “antes de poder empezar a reintroducir ratas toperas, se deben limpiar la zona de visones”. Este proceso incluye el uso de trampas, la instalación de “balsas de visones” para detectar su presencia y la eliminación ética de los ejemplares capturados.