En las profundidades del Mar del Sur de China, un descubrimiento conectó el mundo natural con el universo de la ciencia ficción.
Un equipo de investigadores de Singapur, Indonesia y Vietnam describió una nueva especie de isópodo gigante, que llamaron Bathynomus vaderi, cuya apariencia evoca de manera sorprendente al icónico villano de Star Wars, Darth Vader.
Se trata de un tipo de crustáceo. Su forma rectangular y aguda de la cabeza junto con detalles estructurales únicos inspiraron a los científicos para que la especie lleve un nombre en honor al temido Lord Sith.
De esa manera, los autores del hallazgo, que fue publicado en la revista ZooKeys, establecieron un vínculo peculiar entre el fondo marino y las estrellas ficticias de la galaxia muy, muy lejana.
La elección del nombre no solo rinde tributo a uno de los personajes más reconocibles de la cultura cinematográfica, sino que también busca captar la atención del público hacia la biodiversidad de los océanos profundos, un ámbito aún poco explorado.
Al igual que Darth Vader domina su entorno con un aura de misterio y poder, Bathynomus vaderi emerge como un recordatorio de la riqueza oculta en los hábitats más inaccesibles del planeta.
“Este descubrimiento subraya la necesidad de estudiar y proteger estas especies únicas de los mares del mundo. Cuando más se conozca sobre la diversidad de especies, hay más posibilidades de conservación”, afirmó el doctor en ciencias biológicas Mariano Diez, investigador en crustáceos del Centro Austral de Investigaciones Científicas (CADIC) del Conicet en Tierra del Fuego, en diálogo con Infobae.
Qué son los isópodos
Para comprender la relevancia de este descubrimiento, es importante entender qué son los isópodos. Son crustáceos pertenecientes al orden Isopoda, con cuerpos segmentados y aplanados dorsoventralmente.
Aunque la mayoría son pequeños y habitan en ecosistemas terrestres o costeros, algunas especies del género Bathynomus han evolucionado para vivir en aguas profundas y alcanzar tamaños sorprendentes.
Bathynomus vaderi es uno de los “supergigantes” del género, con una longitud de hasta 32,5 centímetros y un peso superior a un kilo, lo que lo posiciona entre las especies más grandes documentadas, pero no la más grande.
Ese título pertenece a Bathynomus jamesi, otra especie del género, que puede alcanzar hasta 50,8 centímetros de largo y pesar 2,6 kilos.
Cómo se encontró a la nueva especie
El equipo de investigadores recolectó especímenes de B. vaderi en mercados de Quy Nhơn y Hanoi, Vietnam, donde se comercializan como mariscos exóticos.
Identificaron a la nueva especie tras observar características físicas únicas, como “una depresión pronunciada en el hueso de la cadera” y “una cresta ósea que sobresale del hueso coracoides”.
También distinguieron que tiene una estructura con once espinas curvas hacia arriba, un “clypeo” rectangular (es una estructura de la cabeza de los crustáceos) y márgenes paralelos. Esas características lo separan de otras especies del género.
Los investigadores utilizaron técnicas de ilustración digital y análisis morfológico detallado para confirmar que se trataba de una nueva especie.
Cuál es la distribución global del género
Aunque la nueva especie se documentó cerca de las Islas Spratly, su género Bathynomus tiene una distribución más amplia.
Especies como Bathynomus giganteus habitan en el Golfo de México y el Caribe, mientras que otras se encuentran en el Atlántico occidental, el Indo-Pacífico y la costa de África occidental.
Estas especies suelen habitar a profundidades entre 200 y 2,000 metros, donde las condiciones extremas limitan la biodiversidad. Los investigadores sugieren que B. vaderi podría habitar otras áreas del Mar del Sur de China, pero su distribución completa aún no ha sido confirmada.
Implicancia para la conservación de los mares
El hallazgo de Bathynomus vaderi subraya la importancia de proteger los hábitats marinos profundos. Según los autores del estudio, “la pesca de Bathynomus podría amenazar a los isópodos gigantes si no se implementan regulaciones estrictas”.
Además, señalaron que “el mercado en rápido crecimiento podría dar tanto oportunidades como desafíos, ya que podría allanar el camino para regulaciones más estrictas y prácticas sostenibles en la pesca de aguas profundas”.
Desde 2017, Bathynomus ha ganado popularidad como delicadeza en Vietnam, donde se le conoce como “insecto marino”.
Inicialmente, un kilogramo podía costar hasta 80 dólares, pero los precios han disminuido a un rango de 27 a 40 dólares debido a un aumento en la oferta.
Los ejemplares más grandes, que superan los 2 kilos siguen siendo los más valiosos. Este interés culinario ha incrementado la presión sobre las poblaciones de isópodos gigantes en las aguas profundas del Sudeste Asiático.
El vínculo entre Bathynomus vaderi y Darth Vader combina ciencia y cultura popular para captar la atención del público.
Por supuesto: la especie de crustáceo no tiene los pulgares como los del personaje de Star Wars, que le permiten manejar su sable láser, pilotear naves espaciales y realizar gestos icónicos como el uso de la Fuerza para levantar o asfixiar a sus enemigos.
Pero la descripción de Bathynomus vaderi no solo amplía el conocimiento sobre las especies de aguas profundas, sino que también resalta la necesidad urgente de conservar estos ecosistemas únicos frente a la creciente explotación humana.
“El hallazgo es importante ya que clarifica, de alguna manera, un problema taxonómico entre especies con valor comercial. Eso es clave a la hora de establecer medidas de manejo sobre esas pesquerías”, dijo a Infobae el doctor Diez.
En el Océano Atlántico Sur, “la diversidad de isópodos es importante, pero hasta el momento no se han hallado especies de isópodos del tamaño de Bathynomus vaderi. Sí existen registros en la Antártida sobre isópodos gigantes”.