En un mundo cada vez más consciente de la sostenibilidad y la reducción de las emisiones de carbono, un material utilizado durante siglos en la construcción, está experimentando un renacimiento. Aunque su imagen está vinculada a casas de campo rústicas o a las tradicionales viviendas de los “cuentos de hadas”, en la actualidad está siendo considerada una alternativa moderna y ecológica para la construcción de viviendas, fábricas, escuelas y otros tipos de edificaciones.
La paja, que se utilizaba principalmente en zonas rurales, está encontrando un lugar en las construcciones urbanas de la nueva era. El uso de este material no es solo una tendencia estética, sino una respuesta a los desafíos ambientales y energéticos del presente.
En Eslovaquia, la empresa EcoCocon fue pionera en la fabricación de paneles prefabricados de paja, lo que representa una de las soluciones más innovadoras en la construcción modular. La fábrica automatizada de EcoCocon, que utiliza su propio producto en su construcción, simboliza cómo la paja, adaptada a los tiempos modernos, podría cambiar la industria de la construcción.
Peter Jensen, representante de la compañía en Estados Unidos, describió en FastCompany el proceso de producción como simple y eficiente, permitiendo la creación de estructuras con una mínima intervención humana: “Literalmente, pones pajitas, madera contrachapada y un paquete de tornillos en un extremo, y en el otro extremo tienes el producto terminado”.
Beneficios ambientales
Una de las principales razones por las cuales la paja está ganando terreno es su capacidad para contribuir a la reducción de las emisiones de carbono en la construcción. Fabricada a partir de desechos agrícolas, la paja tiene un importante rol como sumidero de carbono. De hecho, las paredes de paja toman alrededor de 1,5 libras de carbono por cada libra utilizada. Al ser un biomaterial, contribuye a un ciclo de vida sostenible, dado que se puede compostar al final de su vida útil, evitando los residuos de materiales más tradicionales que no tienen un ciclo de vida ecológico.
Además, este material también ofrece propiedades de aislamiento excepcionales, lo que ayuda a la eficiencia energética de los edificios. Los estudios realizados por el arquitecto Tom Bassett-Dilley, especializado en casas aisladas con paja, muestran que, al comparar las emisiones de carbono, las casas de paja tienen un 80% menos emisiones de carbono en comparación con las construcciones convencionales.
Construcciones de gran escala
Aunque la paja es más comúnmente asociada con viviendas pequeñas y rurales, está comenzando a formar parte de grandes proyectos de construcción. Un ejemplo notable es la escuela Feldballe en Rønde, Dinamarca, diseñada por la firma Henning Larsen, que utiliza madera, paja y algas locales para crear un edificio ecológico y minimalista.
En Malmö, Suecia, un proyecto aún en construcción está utilizando paja para construir una torre de apartamentos de 12 pisos, lo que demuestra que la paja no es solo un material para pequeños edificios, sino que tiene el potencial para ser utilizado en grandes edificaciones urbanas.
Desafíos y barreras
Pese a los beneficios evidentes de la paja en términos de sostenibilidad y eficiencia, su adopción enfrenta barreras importantes. Un desafío significativo es la percepción de que la paja es un material anticuado y rústico, lo que genera escepticismo entre arquitectos y constructores modernos.
El experto alemán Michael Burchert, especializado en construcción descarbonizada, le señaló a FastCompany que aunque la paja no requiere de innovaciones radicales, su uso se encuentra obstaculizado por las expectativas de los políticos y la industria de la construcción, quienes buscan tecnologías más “innovadoras”.
Las paredes de paja tienden a ser más gruesas, lo que podría ser un inconveniente en terrenos urbanos densamente poblados. Además, su implementación en proyectos de renovación es complicada, ya que no se puede integrar fácilmente en edificios ya construidos, especialmente cuando se usan aislamientos modernos como la espuma en aerosol.
La paja es un material extremadamente asequible. Aunque el costo del aislamiento de paja puede ser bajo en comparación con otros materiales, algunos expertos apuntan que el ahorro real se encuentra en el uso de paneles prefabricados, que ahorran en mano de obra y costos generales de construcción. Además, se puede recolectar mediante prácticas de agricultura regenerativa, lo que no solo hace que la paja sea económica, sino que también beneficia al suelo y la tierra.
Bassett-Dilley destaca que en Estados Unidos, la infraestructura de fabricación para la construcción con paja es aún insuficiente, lo que limita el crecimiento del sector. Sin embargo, la creciente demanda de este material en Europa, donde compañías como EcoCocon vieron un aumento del 100% en sus ventas durante los últimos seis años, sugiere que la paja tiene un futuro prometedor.
El futuro de la paja en la construcción
En definitiva, la paja está encontrando su lugar en la construcción moderna, no solo como una solución económica y ecológica, sino también como una forma de desafiar las normas de la industria. En un mundo donde la sostenibilidad es cada vez más urgente, este material antiguo tiene el potencial de redefinir cómo construimos nuestras casas y edificios, haciendo que los materiales más respetuosos con el medio ambiente se conviertan en una alternativa viable frente a los modelos tradicionales basados en materiales contaminantes.