Fiscalía capturó a integrantes de una banda dedicada a vender carne de chigüiro en malas condiciones

Después de meses de investigación, este domingo, 13 de junio, la Fiscalía General de la Nación capturó a una red delictiva que se dedicaba a la caza indiscriminada de chigüiros en la Orinoquia colombiana para luego asesinarlos y comercializar su carne de forma ilegal. En total fueron capturados cinco presuntos integrantes del grupo que serán judicializados por dos delitos: concierto para delinquir agravado y aprovechamiento ilícito de los recursos renovables.

“La Fiscalía, en trabajo conjunto con la Policía Colombia, puso al descubierto una red delictiva señalada de promover la caza indiscriminada de chigüiros y la comercialización ilegal de la carne. Cinco presuntos integrantes de esta organización fueron capturados y presentados ante juez, entre ellos dos hermanos, quienes serían los líderes de la actividad criminal”, informó el ente acusador a través de un comunicado de prensa.

Los capturados fueron identificados como Germán Rodríguez Romero, quien sería el cazador principal y Pedro Alberto Vargas Sanabria y César Augusto Becerra, presuntos transportadores y distribuidores. En cuanto a los líderes, estos son los hermanos Yeison Javier y Juan Camilo Sosa López, quienes coordinaban y financiaban las acciones criminales.

Se detalló que el proceso de investigación y detención estuvo a cargo de la Dirección Especializada contra las Violaciones a los Derechos Humanos de la Fiscalía y de la Dirección de Protección y Servicios Especiales de la Policía Nacional (DIPRO). Estas entidades vienen trabajando en el caso desde hace más de seis meses y en este tiempo ya habían decomisado carne en mal estado que había sido provista por la red criminal.

Entre finales de 2020 e inicios de 2021, las autoridades incautaron cerca de cuatro toneladas de carne de chigüiro a esta organización en dos operativos distintos realizados en Bogotá y Yopal (Casanare). En las diligencias quedaron en evidencia las pésimas condiciones de salubridad en las que se almacenaba y transportaba el producto.

La Fiscalía y la Policía aseguran que el rapto de los animales se hacía principalmente en las sabanas y los cuerpos de agua del departamento de Casanare. Una vez los criminales cazaban a los chigüiros, estos eran sacrificados y posteriormente se distribuía la carne en Bogotá, la costa atlántica, Santander, Norte de Santander y otras zonas del país. De acuerdo con el material de prueba, la carne era vendida principalmente a plazas de mercado y restaurantes.

Se resalta que en ninguno de estos pasos los delincuentes cumplian con las medidas higiénicas estipuladas por las autoridades nacionales. La Fiscalía y la Policía señalan que la carne de chigüiro era llevada a los puntos de recepción en vehículos acondicionados para el transporte de pescado, esto con el objetivo de evadir a las autoridades.

Por estos actos, un juez de control de garantías le imputó cargos a los cinco miembros de la organización. A Vargas y Becerra, por solo encargarse del transporte y distribución de la carne, no les fueron asignadas medidas privativas de la libertad mientras llega su turno de judicialización. Por el contrario, al cazador Romero y a los hermanos Sosa López sí recibieron medida de aseguramiento privativa de la libertad en el lugar de residencia.

La Fiscalía recordó que seguirá investigando este y otros casos que atenten contra la salud de los colombianos y contra la fauna del país. Así mismo, se recordó que el chigüiro es una especie protegida y que todas las actividades de caza deben ser autorizadas y supervisadas por los organismos competentes.

“En Colombia, el chigüiro es una especie silvestre protegida y catalogada como patrimonio natural, por los que su caza está prohibida para garantizar la conservación y supervivencia. Excepcionalmente, se permite con permisos y licencias ambientales, requisitos que no reunía la estructura delincuencial afectada”, finalizó la Fiscalía.

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